En Morelos, padecimiento del recién nacido motivado por el "desplazamiento" de los huesos del cráneo.
Es considerado congénito y los síntomas presentes son decaimiento, somnolencia y tristeza.
Al detectarse por el tacto la separación de los huesos de la cabeza, se procede a sobarlos con movimientos circulares para que vuelvan a su lugar, luego se venda la cabeza del niño -vendaje que deberá mantenerse durante los tres días siguientes-. Si con la primera curación no se logra la corrección del problema, ésta puede repetirse dos o tres veces (1).
(1) Mellado Campos, V. et al., 1989.