Biblioteca Digital de la Medicina Tradicional Mexicana
Universidad Nacional Autónoma de México
Diccionario Enciclopédico de la Medicina Tradicional Mexicana
Caballos para los lacandones

Leyenda lacandona protagonizada por Hachäkyum, el dios creador y Äkyantho, el dios de los extranjeros y el creador de las armas de fuego y la escritura.

Esta leyenda explica la situación social que vive este grupo étnico, especialmente en cuanto a su relación con los ladinos; también versa sobre el origen de las enfermedades, atribuido al dios de los extranjeros, Äkyantho.

La relación entre enfermedad e influencia extranjera resalta una dimensión histórica de esta etnia: el pueblo actualmente designado como lacandón tiene sus orígenes en una migración maya de finales del siglo XVI y principios del XVII, que salió de Yucatán, huyendo de las epidemias y la explotación española, para asentarse en la selva lacandona (1).

La leyenda es por demás elocuente, ya que sintetiza la derrota histórica de un pueblo por el mercantilismo, la enfermedad, los animales europeos domesticados y los instrumentos de metal. A continuación se reproduce el texto íntegro de la leyenda "Caballos para los lacandones":

Hachäkyum hizo caballos para los lacandones. Hachäkyum hizo caballos.
Hizo ganado. Hizo cerdos. Hizo perros. Hizo gatos e hizo palomas con gallinas.
Las hizo con Äkyantho.
Äkyantho hizo caballos para los ladinos.
Hizo ganado. Hizo cerdos. Hizo perros
Hizo gatos e hizo palomas con gallinas... Hizo la medicina. Con la medicina hizo
la enfermedad. Hachäkyum no las hizo. Äkyantho hizo
todas las enfermedades. Äkyantho y Hachäkyum terminaron sus
creaciones y se las dieron a los
lacandones. Hachäkyum dijo: "Aquí están los
caballos, encerradlos bien, cuidadlos bien, dadles agua. Aquí hay cerdos para vosotros. Hay
pavos... hay gallinas. Tomadlos
todos". Los lacandones tomaron los animales.
Los encerraron pero en la mañana
todos los animales se habían
escapado. Äkyantho le dio los animales a los
ladinos. Dijo: "Aquí hay caballos,
ganado, cerdos, ovejas para vosotros. Cuidadlos bien". Los ladinos los cuidaron bien. Vigilaron
a los cerdos.
Vigilaron a los caballos y al ganado. Los animales eran todos domésticos, y
los ladinos los cuidaron bien. Dieron agua y comida a todos los
animales. Äkyantho estaba satisfecho. Ningún
animal había escapado. Hachäkyum dijo: "Muy bien. Los
caballos cargarán a los ladinos para
siempre".
Äkyantho le dijo a los ladinos: "Podéis comer la carne del ganado, pero no comáis a los caballos... ellos son para cargar cosas".
Äkyantho le dio dinero a los ladinos.
Dijo: "Para que paguéis a la gente que trabaja para vosotros".
Äkyantho dijo: "En cinco días podéis soltar a los animales. Soltad al ganado. Soltad a los caballos. Soltad a los cerdos. Soltadlos a todos.
Ellos no escaparán. Están domesticados".
Después de cinco días todo estaba bien.
Hachäkyum dijo: "Eha, ahora no estoy satisfecho.
Ahora no habrá machetes de hierro para los lacandones.
Nadie hará machetes ni hachas de metal para ellos.
Buscarán piedras para hacer sus herramientas para trabajar sus milpas.
Buscarán los hormigueros. Plantarán en los hormigueros.
Tendrán flechas, no armas de fuego.
Harán las flechas de piedra, buscarán las
piedras" [ Hachäkyum castiga a los lacandones por haber perdido a los animales. El castigo consiste en negarles instrumentos de hierro.]
Äkyantho contestó: "No señor. Los lacandones pueden comprar machetes porque yo le enseñaré a los ladinos a hacerlos".
Hachäkyum contestó: "Bien. El ganado no escapará. Sus animales no escaparán. Los ladinos tendrán todas las cosas.
En cinco años los lacandones podrán comprar lo que necesiten.
Harán flechas y las venderán para así tener dinero para comprar hachas, velas y machetes.
Todas estas cosas comprarán.
Los lacandones nunca tendrán dinero."
Hachäkyum dijo: "Bien, muy bien. Hay sal, eso es bueno.
Los lacandones comerán las cenizas de kun (Acanthorrhiza moccini; palma espinosa y salada), las cenizas de la madera...
(1:20-21).

Índice de Autores

(1) McGee, J. R., 1990.

DM