Tarahumara. Ave mágica utilizada por los brujos para mandar una enfermedad a sus víctimas. Tiene un tamaño comparable a la punta del dedo meñique, pero es invisible a todos menos a los brujos y curanderos. La posesión de estas aves es secreta, pero se dice que pasa de padres a hijos. Por orden de su dueño, el animalito va a la casa de la víctima y defeca sobre su comida, impregnándola así de sustancias nocivas que desencadenan un proceso enfermante.

Tanto el ave como su dueño tienen una especial aversión al chile, por eso, un medio preventivo contra las enfermedades de este tipo consiste en comer el mencionado vegetal. Existe la posibilidad de que un curandero capture al disagíki de un brujo. Si el curandero decide quemar al animalito, su dueño enfermará y únicamente recobrará la salud si el curandero en cuestión decide brindarle atención médica (1).

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(1) Bennett, W., et al., 1978.

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