En algunas comunidades de Puebla y Tlaxcala, enfermedad que sobreviene después de que el alma de una persona se "escapa" hacia el agua o la tierra.
Para su recuperación, es necesario que el curandero acuda al sitio del accidente y realice una ceremonia, durante la cual ofrenda flores, un huevo, una vela y copal. Primero se llama al alma, después se barre el suelo con el ramo de flores, si aquella se fue a la tierra, o simplemente se arroja al agua si se metió en ella. Posteriormente, en el punto debido se enciende la vela, se quema el copal y se deja el huevo, que previamente ha sido perforado por un extremo. Si el alma huyó al agua, es necesario además empapar con ella una prenda de vestir del enfermo y humedecer a éste cuanto antes con el líquido (1).
(1) Nutini, H. G. et al., 1974.