Diarrea

Entre los habitantes de los grupos indígenas de Baja California, al igual que en otras zonas rurales del país, la diarrea es un padecimiento común y frecuente, cuyo origen puede obedecer a varias causas. La más importante de ellas se relaciona con la ingestión de "comida o agua mala", esto es, alimentos en mal estado o que son preparados en condiciones poco higiénicas; con respecto al agua, por lo general los informantes hacen referencia a su calidad, ya que la mayoría de las veces ésta no ha sido tratada y el aumento en su consumo en tiempos de calor provoca el incremento de casos de diarrea. La enfermedad aparece también como uno de los síntomas de afecciones tales como la caída de la mollera o el empacho, muy frecuentes entre la población infantil de las regiones indígenas. El signo más importante para identificar la enfermedad es el aumento del número de evacuaciones. Según su aspecto, la diarrea puede ser "aguada" o "con sangre". En ambos casos, el mal va acompañado de vómitos y, muchas veces, de calentura.

Cualquiera que sea el tipo de diarrea, el tratamiento recomendado consiste en la administración oral de preparados de diferentes plantas curativas, cuyo propósito es "cortar la diarrea". Entre los cochimí y kumiai se emplean diferentes cocimientos: de raíces de escobilla y de cholla -el cual quita la diarrea en uno o dos días-, de hierba colorada, de valeriana, de hierbabuena y epazote, de epazote y estafiate, o de mirto, estafiate y prodigiosa. Para la diarrea con sangre se utiliza la raíz de peonía. Los pai-pai usan el té de flor de manzanita o el de kulshpuk para los mismos fines, pero el que recomiendan con más frecuencia es el que se prepara con un octavo de semilla de aguacate y "lo que agarren tres dedos" de estafiate y de hierbabuena, para una ollita de agua. Todas estas preparaciones se administran como agua de uso, hasta la completa desaparición de la enfermedad. Mientras dure el tratamiento, el enfermo debe hacer una dieta alimenticia en la que sólo le está permitido el consumo de atoles.

Por lo general, un cuadro diarreico tiene una rápida evolución, lo que obliga a buscar la ayuda médica casera inmediata; de lo contrario, el enfermo se debilita, se le secan la piel y los ojos, y en los niños se deprime la mollera. En todas las comunidades indígenas del norte del país, la diarrea constituye un serio problema de salud, especialmente durante los meses de verano, "cuando el agua está enferma".