En algunos mercados populares del Distrito Federal, se refiere que tomar en ayunas el caldo de cuervo (Corvus sp.) es recomendable para curar la rabia; además, si se ingiere la carne y el caldo acompañados de un baño de temazcal, se logra la cura de los sifilíticos (1).
Los otomíes hidalguenses mencionan que para curar a los epilépticos se debe cazar un cuervo, extraer su corazón, secarlo al sol y pulverizarlo para tomarlo disuelto en café o pulque, mientras que la carne se cuece sin condimentos para darla al enfermo en ayunas, repitiendo varias veces la dosis (2).
(1) Barajas Casso-López, E., 1951.(2) Guerrero Guerrero, R., 1983.