Los zoques de Tapalapa, Chiapas, distinguen a las piezas dentarias con nombres especiales que aluden a su función: así los frontales, windøts, son los cuchillos, cortan; los caninos, akombajø, son los sembrados, desgarran; los molares, okjaka, son los metates, muelen (1).

Un simbolismo especial guarda para los huaves oaxaqueños de San Mateo del Mar, la caída de los primeros dientes (los de leche), pues significa el paso a una nueva etapa de la vida, con problemas distintos. Acostumbran enterrarlos en un lugar húmedo para que influyan en el buen crecimiento de los dientes nuevos; los dientes de los adultos también son enterrados en un lugar seguro y bien conocido para que la persona "recuerde el lugar preciso" en el momento de su muerte, ya que habiendo Dios creado al hombre completo, éste debe regresar igualmente completo a él (2).

En el ámbito de la religión y los mitos, los dientes poseían gran importancia en la época prehispánica, al igual que en las actividades de orden médico y estético. Gutierre Tibón hace alusión a la simbología de los dientes entre los antiguos nahuas, escribiendo:

... los verbos que forman con tlantli, diente, son una revelación sicológica. Tlantía significa, en un sentido figurado, ´ser poderoso, ejercer el poder´; omotlanti equivale a `ha tomado las riendas del gobierno´, y tlantlaza, `romperse los dientes´ corresponde a `perder su reputación´... (3:68).

Existen evidencias de la práctica de mutilaciones dentarias, que consistían en el limado e incrustación de piedras semipreciosas, como la turquesa y el jade, quizá como un simple adorno corporal o símbolo de poder, o bien por veneración o culto a una o varias deidades. Parece ser que quien ejercía las prácticas anteriores era lo mismo un sacerdote, un médico-hierbero o un joyero; lo cierto es que el trabajo requería de cierta maestría, lo que revela conocimientos de anatomía dentaria (4).

Índice de Autores

(1) Reyes Gómez, L., 1988.

(2) Signorini, I., et al., 1979.

(3) Tibón, G., 1972.

(4) Civera Cerecedo, M., 1984.

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