Los zoques se llaman a sí mismos o´de püt, que significa "gente de idioma", "palabra de hombre" o, en otras palabras, "verdadero", "auténtico".
Según Swadesh, la filiación lingüística del zoque pertenece al grupo Maya-Totonaco, tronco Mixcano, familia Mixcana. Para algunos lingüistas, existen cinco dialectos: el de la sierra de Pantepec; el de Copainalá y Tecpatán; el de Pichucalco, Ostuacán, Tupilula y Soluchiapa; el de Jitotol y el de los Chimalapas, en Oaxaca, sin hacer referencia a los zoques tabasqueños.
De acuerdo con el Censo de población de 1990, el total de hablantes del zoque era de 53 997 individuos, de los cuales 10 837 pertenecían al grupo etario de cero a cuatro años que habitaban en hogares cuyo jefe habla esta lengua, y 43 160 eran mayores de cinco años. Aproximadamente el 15% de los 34 810 zoques mayores de cinco años que habitan en Chiapas, son monolingües.
Debido a su movilidad geográfica, es muy difícil establecer una delimitación exacta del territorio que habitan. De acuerdo con las áreas cubiertas por los Centros Coordinadores Indigenistas de Copainalá, Ixtacomitán y Ocozocoautla, la mayor concentración se da en tres zonas bien diferenciadas, que son: la zona serrana, que comprende los municipios de Coapilla, Ocotepec, Pantepec, Rayón y Tapalapa; la vertiente del Golfo, en la que se encuentran los municipios de Amatan, Chapultenango, Francisco León, Ixhuatán, Ixtacomitán, Ostuacán, Solosuchiapa y Tupilula; y finalmente, la depresión central, en donde se asientan los municipios de Copainalá, Chicoasén, Ocozocoautla y Tecpatán. Es importante señalar que esta lista no es exhaustiva, pues existen poblaciones zoques en los municipios de Tuxtla Gutiérrez, Cintalapa, Pueblo Nuevo, Solistahuacán, Pichucalco, Reforma, Estación Juárez, Chiapa de Corzo, Villaflores, Acala y la selva lacandona, algunos de cuyos asentamientos se formaron como consecuencia de la reubicación de damnificados por la erupción del volcán Chichonal.
El medio ecológico de las zonas serrana y de la vertiente del Golfo corresponde a las llamadas montañas del norte, con altitudes máximas superiores a los 2 000 msnm en los cerros de la Danta y del Calvario, ubicados en los alrededores de Tapalapa y Ocotepec. En la sierra se forman profundos cañones por donde corren ríos como el Napak y el Cuachi, que siguen en dirección noroeste hasta desembocar en el Golfo de México. El clima predominante va del tropical húmedo al templado, con temperaturas menores a los 10°C en diciembre y enero. La mayor parte del año es lluvioso, excepto en los meses de marzo y abril, y durante la "canícula", en los días secos de agosto y septiembre. Anteriormente, la vegetación serrana estuvo formada por selvas y bosques tropicales, así como por bosques de pino-encino-liquidámbar; en contraste, el paisaje actual está conformado por milpas, cafetales, tierras en barbecho, pastizales y tierras inutilizables, como son los acantilados rocosos y páramos. La fauna estaba compuesta por jaguares, monos, dantas, pavas, venados, jabalíes y ardillas, entre otros animales; hoy en día, estas especies se han alejado a lugares menos perturbados por la acción humana.
Por lo que respecta a la vertiente del Golfo, las partes bajas de la zona están cubiertas de pastizales para la engorda de ganado, propiedad de ganaderos mestizos, mientras que en los lomeríos y faldas de los cerros prospera el cultivo del cacao, tanto de propiedad privada como ejidal. En esta región se descubrieron yacimientos petroleros que ahora están en explotación por parte de PEMEX; la población campesina ha sido desplazada de varios lugares y muchos campesinos no han tenido otra opción que trabajar como peones en las compañías perforadoras.
En la depresión central, que comprende la selva de Malpaso, la altitud varía entre 500 y 800 msnm en la medida que se avanza hacia el noroeste. La vegetación es variable, con predominancia de acacias y nanches en los alrededores de Tuxtla Gutiérrez y los valles de Ocozocoautla y Jiquipilas. Hacia el norte, en la selva de Malpaso, predomina el bosque lluvioso con árboles de más de 40 m de altura cubiertos de orquídeas y epífitas varias. La zona es atravesada por el río Grijalva, a lo largo de cuyo curso (dentro del área zoque) se construyeron las presas hidroeléctricas de Chicoasén y Malpaso.
La agricultura es la actividad fundamental de los zoques. Debido a la diversidad climática, los cultivos son muy variados, predominando el maíz, chile, fríjol y calabaza por constituir la base de la alimentación. La falta de tierras cultivables y la mala calidad de la mayoría de los suelos, originan que la producción sea deficitaria en casi toda la región. Los cultivos comerciales son el café, que se produce en varios municipios; el cacao y la pimienta gorda, que se explotan en Tapalapa y Copainalá, respectivamente. Los frutales como: mamey, plátano, anona y guayaba proporcionan también algunos ingresos. El barbasco, del que se extraen ciertas hormonas, se recolecta principalmente en Chapultenango, pero su producción ha decrecido por falta de mercado. La ganadería vacuna está poco desarrollada entre los indígenas y los pocos pastizales que existen son aprovechados por los mestizos. En algunos municipios la tenencia de la tierra es ejidal, mientras que en otros prevalece la propiedad privada. Aun cuando nominalmente la parcela es amplia y puede llegar a 10 ó 12 ha, de ellas sólo dos o tres son cultivables, y muchos zoques carecen de tierra. Esta situación y la baja productividad, obligan a los indígenas a buscar un trabajo asalariado en las fincas mestizas o en las ciudades aledañas.
Las vías de comunicación que acceden a la región zoque están constituidas por tres carreteras principales: Tuxtla Gutiérrez-Villahermosa, Tuxtla Gutiérrez-Tecpatán y la Panamericana, en su tramo Tuxtla Gutiérrez-Ocozocoautla. Todas ellas tocan las cabeceras municipales de varios pueblos, o bien llegan a diversas ramales de brecha y terracería que comunican a las comunidades indígenas. El traslado de personas y mercancías a las diferentes poblaciones, rancherías y ejidos se realiza por medio de autobuses, taxis y camionetas de transporte mixto ejidal. En las cabeceras municipales más importantes se cuenta con servicios de telégrafo y correos, y en las zonas más rurales con servicio de radiotelefonía.
Los servicios educativos son aceptables pues aun en las rancherías más pequeñas existen escuelas federales que, por lo menos, enseñan hasta segundo grado de primaria. Sin embargo, cerca del 50% de la población zoque mayor de 15 años es analfabeta. Solamente en las cabeceras municipales hay escuelas federales y estatales que dan instrucción primaria completa. En Ocotepec existe un albergue escolar perteneciente al sistema de educación indígena. Para continuar estudios más avanzados, los estudiantes pueden optar por inscribirse en las telesecundarias ubicadas en las cabeceras municipales. El bachillerato puede realizarse en Copainalá, Tecpatán, Ocozocoautla, Tuxtla Gutiérrez y Pichucalco. Algunos zoques han podido concluir estudios profesionales en la Universidad de Chiapas o en la de Oaxaca; sin embargo, la mayoría de los jóvenes concluyen sus estudios una vez que han aprendido a leer, escribir y realizar las operaciones aritméticas fundamentales, conocimientos que aplican en sus relaciones de intercambio comercial.
Las viviendas tradicionales con techo de zacate, paredes de bajareque y piso de tierra, en la actualidad sólo se pueden observar en las rancherías más alejadas, ya que este tipo de casa se ha sustituido por construcciones de lámina galvanizada y, en algunos casos, con cemento y paredes de tabique o piedra. Es común que la construcción sea de forma rectangular con una sola habitación, con un anexo más pequeño que sirve como cocina; en la habitación grande se encuentran bancas pegadas a las paredes para recibir a las visitas, una hamaca en el centro y un altar con imágenes religiosas. Las personas duermen en camastro de madera cubierto con petates, o en petates puestos directamente sobre el piso. Por lo general, las viviendas cuentan con un patio donde se cultivan diversos árboles frutales y flores, así como plantas comestibles y medicinales. Las familias con mayores recursos económicos pueden contar con estufa de gas, pero prefieren seguir utilizando leña como combustible, lo que sucede aun entre los zoques que viven en la ciudad. En las comunidades rurales solamente las viviendas que se ubican alrededor de la plaza en las cabeceras municipales cuentan con servicio de drenaje; en las demás, sus ocupantes defecan al aire libre entre las plantas del solar doméstico o en los matorrales cercanos. El agua entubada es de uso general en todas las localidades, cuyos habitantes previenen celosamente la contaminación de los manantiales.
La infraestructura de servicios médicos es amplia; así, cada cabecera municipal y los ejidos más poblados cuentan con una unidad médica rural del IMSS-Solidaridad. Pese a esta aceptable infraestructura, las enfermedades gastrointestinales son frecuentes y adquieren mayor gravedad por el bajo nivel nutricional de la población, cuya alimentación está constituida por tortillas, frijoles y chile, complementada con algunas verduras y, en ocasiones, con arroz y pastas.
Al parecer, los zoques no establecen una relación directa entre las condiciones higiénicas y las enfermedades; atribuyen a éstas un origen mágico relacionado con la brujería y la envidia. Persiste la creencia en el nagualismo (V. nagual) y en seres sobrenaturales, como los dueños de la tierra, los vientos, los espíritus de las montañas, del bosque y de las cuevas. Algunos de estos seres se han sincretizado con deidades católicas, como la virgen María con la Luna, y Cristo con el Sol. Para evitar que los seres sobrenaturales causen daño o enfermedades, deben ser propiciados por medio de rituales mágicos a cargo de los brujos.
La medicina tradicional es ejercida por diferentes tipos de curanderos, algunos de los cuales se agrupan en la Organización de Médicos Tradicionales Indígenas-Zoque de Chimalapa (OMTIZCH), que fue creada en 1990, con sede en San Miguel Chimalapa. Esta organización está constituida por 24 terapeutas de 10 comunidades indígenas, y tiene como objetivo principal la capacitación y difusión de la medicina tradicional para beneficio de la población.