Seri. Esencia vital de las plantas. Se supone que en cada planta vive un espíritu, y cada uno de ellos se encuentra imbricado con los demás, formando una red invisible. Dicho tejido espiritual se asemeja a un insecto velludo y recibe el nombre de icor.
El haaco cama, curandero seri, manipula el icor para realizar sus prácticas curativas: con tejido vegetal, hace un polvo que posteriormente guarda en un tubo de carrizo (Phragmites australis). Se considera que este tubo contiene icor en su estado puro, y es usado para curar enfermedades, como talismán de buena suerte y para embrujar a otras personas. Si bien todas las plantas poseen espíritu, algunas tienen un icor particularmente poderoso, tal es el caso de la yanasemita (Lophocereus schottii), simlaá (Ferocactus wislizenii) y cototaj (Fouquieria columnaris). Los seris además creen que el icor despide un polvo en la atmósfera destinado a formar nubes y lluvia (1).
(1) Felger, R. et al., 1985.