Mayo (1) y yaqui (2). También jit´ teberi(2).
Entre los yaquis, denominación local que recibe el curandero.
Como anuncio del poder curativo concedido, todo aspirante a jiteeberi debe tener apariciones de santos o espíritus, revelados en el humo de sus cigarros rituales, macuche; tales visiones son representativas de la fuerza y el poder de comunicación con el mundo sobrenatural. Dichos espíritus se convertirán en sus aliados; algunos para hacer el bien y otros para provocar el mal. El ideal es que llegue a poseer un número equilibrado de ambos, pues los necesitará para mantener una dualidad en sus facultades.
Antes de obtener su nombramiento dentro del reducido grupo de curanderos, el jiteeberi es sometido a pruebas para determinar si sus inclinaciones son para la curación o para ejercer la hechicería. Una de ellas consiste en pasar una piedra-imán sobre su cuerpo y arrojarla luego al agua, en donde aparecerán figuras en la superficie: si se forma un corazón, su personalidad como curandero será buena; si la imagen es la de una espada, sus poderes serán maléficos; mientras que la aparición de una cruz, revelará la personalidad de un futuro santo. El número de éxitos y fracasos mostrados en el desempeño de sus curaciones, además del enriquecimiento de su acervo en cuanto a recursos y prácticas curativas, serán indicativos de su calidad como terapeuta.
Sus habilidades en el diagnóstico y pronóstico, giran en torno a sus poderes adivinatorios; en sus tratamientos hace uso de muy variadas técnicas y recursos, fundamentalmente remedios herbolarios; en algunos casos, despliega un verdadero método psicoterapéutico que acompaña con maniobras como el soplido, el barrido y la succión con carrizos huecos, materializando posteriormente el mal en pequeños objetos raros. Suele acompañar sus curaciones con oraciones y, en el caso de rompimiento de tabúes sexuales, con la confesión de la persona que los ha infringido (1).
Terapeuta de mayor jerarquía entre los curanderos mayos. Para sus actividades diagnósticas y terapéuticas, suele emplear el tabaco macuche. Es un personaje muy respetado por la comunidad y por las autoridades indígenas tradicionales (2).
(1) Ochoa Robles, H. A., 1967.(2) Campos-Navarro, R., 1993b.