La lengua que habla este pueblo pertenece al grupo lingüístico Maya-Totonaco que, según la clasificación de Swadesh, constituye un solo tronco y una sola familia: la Totonaca. Dicha lengua está emparentada con el tepehua.
El XI Censo general de población y vivienda de 1990 registra un total de 207,876 hablantes de totonaco, distribuidos en 25 municipios del estado de Puebla, y 13 del estado de Veracruz. Entre los primeros cabe mencionar: Amixtlán, Ayotoxco de Guerrero, Hermenegildo Galeana, Zapotitlán de Méndez y Zihuateutla; entre los segundos destacan: Coxquihui, Espinal, Papantla, Tihuatlán y Tlachichilco. Es precisamente en estos municipios donde se recabaron los datos relativos a la práctica médica tradicional que conforman este capítulo de nuestra obra.
La región abarca desde el río Cazones, al norte, hasta Jalacingo, al sur; y desde Xicotepec de Juárez y Zacatlán en el estado de Puebla, hasta las costas del golfo de México. Se subdivide en dos áreas ecológicas distintas: la llamada sierra, es decir las pendientes orientales de la sierra Madre Oriental, localizada principalmente en el estado de Puebla, y la planicie costera, donde viven los totonacos veracruzanos. Por lo tanto, el territorio presenta variaciones altitudinales que van desde el nivel del mar hasta los 1,000 msnm. Siguiendo el gradiente altitudinal, la vegetación progresa de bosque tropical a bosque mesófilo de montaña y bosque de confieras, según la clasificación de Rzedowski. Asimismo, existe un gradiente de climas cálidos húmedos con lluvias de verano, en la planicie, a climas templados y fríos, con fuertes neblinas y lluvias abundantes, sin una definida estación de secas, en la sierra. Surcan la región los ríos Cazones y Tecolutla. Los tipos de suelo predominantes son los litosoles y los regosoles.
Varios caminos cruzan la región, entre ellos: la carretera Puebla-Tuxpan, Veracruz, la que va de Tihuatlán a Álamo, Puebla, la de Zihuatentla a Cuaunepixca y la de Zihuatentla a G. Camacho. De Tihuatlán sale un camino de terracería que conduce a Metlatoyuca, Puebla; otro camino similar es el que comunica a Mecapalapa con Coatzintla, en Puebla. Finalmente, existe una brecha que une a Jalpan y Pantepec, ambas poblaciones de la serranía poblana, con la carretera Tuxpan-Puebla.
La actividad económica principal es la agricultura. En la sierra se cultivan maíz, fríjol y calabaza para el autoconsumo, y café para la venta. En la planicie, además de los cultivos antes mencionados, se siembra vainilla, caña de azúcar, tabaco, algodón y cacao, de los cuales se obtienen ingresos monetarios.
La vivienda es por lo regular cuadrada y consta de uno o dos cuartos; presenta dos aspectos principales, acordes con cada una de las regiones ecológicas en las que habita este pueblo indígena. En la sierra, el piso es de tierra, las paredes son de madera, y el techo de lámina de cartón o, en menor proporción, de teja. Sin embargo, en la misma zona existen variantes: en el municipio de Zapotitlán de Méndez, la mayoría de los hogares se construyen con paredes de adobe. Las casas de la planicie presentan suelos de tierra, paredes de madera, o bien de carrizo, palma o bajareque (varas entretejidas, cubiertas de lodo); los techos pueden ser de palma, lámina de cartón o metálica, o bien de teja. En ambas regiones, existen viviendas con piso de concreto, y paredes de ladrillo o tabicón; sin embargo, su número es menor al de aquéllas mencionadas arriba.
En lo tocante a los servicios, tomando como muestra los municipios donde se realizó esta investigación (salvo el de Papantla, puesto que allí los datos están influidos por la presencia de una ciudad grande), el XI Censo general de población y vivienda de 1990 arrojó los siguientes datos: 25% de los hogares tienen drenaje, pero en el 32% del total de éstos, desemboca al suelo o a un río, contaminando los cuerpos de agua, sean freáticos o superficiales. 60% de los hogares tienen algún tipo de excusado (por lo tanto, en 40% de las casas se defeca al aire libre), pero de ese total, el 84% lo tiene como letrina, 47% de las viviendas tienen agua entubada, y el 56% cuenta con energía eléctrica; pero sólo 15% de los hogares tienen los tres servicios de agua entubada, luz y drenaje. Evidentemente, estos datos están sesgados pues se tomaron de los totales por municipio, es decir, incluyen tanto a la población indígena como a la mestiza, si bien en dichas localidades hay una fuerte concentración de totonacos. Estos resultados se pueden comparar con datos semejantes obtenidos para los poblados donde se levantaron las encuestas de la presente obra: Amixtlán, Zihuateutla, Nanacazlan, San José Buenavista y Coyoy, en Puebla; y Coxquihui, Espinal, Poza Larga Zapotal, Arroyo de la Laja, Tihuatlán y Chintipan, en Veracruz. Así, 24% de las viviendas en estas comunidades disponen de agua entubada; 73%, de energía eléctrica; y el 36% tiene algún tipo de drenaje. Cabe hacer una aclaración: el censo presenta cifras por municipio, salvo en dos volúmenes llamados Integración territorial, donde los datos acerca de los servicios, entre otros indicadores, se presentan, además, por cada comunidad en dichos territorios políticos. Sin embargo, las categorías de análisis de la Integración territorial difieren de aquellas que aparecen en los demás volúmenes de la obra: por ejemplo, no presentan información acerca del número de viviendas con excusado, tipos de drenaje, etcétera, para cada poblado.
En cuanto a los servicios médicos, en los municipios donde se levantaron las encuestas, la distribución es la siguiente: Amixtlán cuenta con una unidad médica rural del IMSS-Solidaridad; en Zihuateutla hay cuatro unidades médicas de consulta externa, tres del IMSS-Solidaridad y una de la SSA/INI; en Zapotitlán de Méndez existen dos unidades médicas de consulta externa de la SSA/INI; en Ayotoxco de Guerrero hay dos unidades médicas, una del IMSS-Solidaridad y una de la SSA/INI; y en Hermenegildo Galeana existen dos unidades del IMSS-Solidaridad, y una del ISSSTE. En los municipios veracruzanos estudiados existen los siguientes servicios: en Coxquihui hay cuatro unidades, tres del IMSS-Solidaridad, y una de la SSA; en Espinal hay siete unidades médicas, cuatro del IMSS-Solidaridad, dos de la SSA y una del ISSSTE; Papantla cuenta con 29 unidades médicas, 22 del IMSS-Solidaridad, dos de la SSA, una del DIF, una del INI, una del IMSS, una del ISSSTE y una más de PEMEX; Tihuatlán tiene en su haber doce unidades médicas rurales, cinco del IMSS-Solidaridad, cinco de la SSA, una del DIF y una más del ISSSTE; por último, Tlachichilco dispone de siete unidades, seis del IMSS-Solidaridad y una de la SSA.
Tomando los datos que proporciona la SSA para sus jurisdicciones sanitarias de Huauchinango, Puebla, y Poza Rica, Veracruz, es posible obtener información con respecto a las principales enfermedades que aquejan a este pueblo indígena, pues a estas jurisdicciones están adscritos la mayor parte de los totonacos. Estas enfermedades son: infecciones respiratorias agudas, infecciones intestinales, amibiasis, ascariasis, sarna, dermatofitosis y dermatomicosis, traumatismos y envenenamientos, oxiuriasis, hipertensión arterial, diabetes mellitus, paratifoidea y otras salmonelosis, neumonía y bronconeumonía e influenza.
Además de los servicios de salud oficiales, los totonacos cuentan con la atención médica que les brindan sus propios terapeutas tradicionales. En los últimos años, estos hombres y mujeres de conocimiento se han agrupado en tres corporaciones para promover el uso y conservación de plantas medicinales, así como para ejercer sus prácticas curativas. Dichas instancias son: a) la Organización de Médicos Indígenas de la Región Totonaca, Puebla, Kuchina Xanat (OMIRT), fundada en agosto de 1991, con sede en Amixtlán, e integrada por 28 médicos tradicionales provenientes de los municipios de Bienvenido, Tepango de Rodríguez, San Pablo Comocuautla y Amixtlán; b) la Organización de Médicos Indígenas de la Sierra Norte de Puebla (OMISNP), esfuerzo conjunto de nahuas y totonacos consolidado en abril de 1991, que agrupa a 60 terapeutas tradicionales, los cuales brindan sus servicios en el Hospital Mixto de Campo del Instituto Nacional Indigenista en Cuetzalan, Puebla; y c) la Organización de Médicos Indígenas Totonacos (OMIT), constituida en septiembre de 1991, con sede en Papantla, Veracruz, la cual agrupa a 85 terapeutas tradicionales.