(Gto) (1) (Hgo) (2) (Mor) (3) (Yuc)(4y 5). Sinónimo(s): escoriaciones de la boca (Ver) (6), úlceras bucales (Dgo) (7). úlceras de la boca (Mor) (8) (Yuc) (4), vejigas orales (ECN) (9). Lengua Indígena: Maya (Yuc) k´aak (10).
Lesiones o llagas blancas, redondas y dolorosas que aparecen dentro de la boca -generalmente después de un episodio de fiebre- y que llegan a durar de una a tres semanas, desapareciendo en forma espontánea (11).
La información es escasa en descripciones y en referencias a las causas; en cambio, hay datos abundantes sobre la terapéutica. Al igual que en otros malestares bucales, en el tratamiento de las aftas se realizan aplicaciones (toques), untadas o enjuagues con el látex, la maceración o el cocimiento de diversas plantas, con variaciones regionales importantes. En Veracruz y Yucatán, se utiliza el látex del piñón o pomolché (Jatropha sp.), de reconocida acción cicatrizante (4) (6). En Morelos, los terapeutas emplean el tomillo (Thymus vulgaris) (3), que posee propiedades antiinflamatorias y bactericidas, la capitaneja (Verbesina crocata) (8) y el ajo (Allium sativum) (3), entre otras muchas especies vegetales. En Durango, se usa la hierba de san Juan (7), y en Baja California Norte el aceite de limón (Citrus aurantifolia) (9).
Resulta interesante hacer notar que el término afta -del griego aphthai, quemaduras-, era un término genérico que se utilizaba desde la época de Hipócrates para designar afecciones de la mucosa bucal (12). Posteriormente, se delimitaron las diferentes clases de aftas, y las aquí tratadas corresponderían a las aftas genuinas o estomatitis aftosa, ocasionadas por diversos agentes, como herpes, bacterias y hongos. Se trata, en general, de "una erupción, en la mucosa bucal, de vesículas que varían en color, forma y tamaño" (12), y cuya sintomatología se asemeja a algunas de las registradas para los fuegos.
Al igual que en otros padecimientos bucales (V. algodoncillo y mal de boca), la delimitación entre ellos no siempre es clara, y la denominación popular es usada indistintamente para diversas afecciones que, incluso, pueden presentarse simultáneamente. Sin embargo, ciertos elementos permiten distinguirlas de los granos de la boca o fuegos -cuya denominación es reconocida a nivel nacional- o del algodoncillo, para el que se poseen descripciones detalladas y referencias epidemiológicas abundantes. // En Yucatán, fuegos (10).
(1) Estrada Lugo, E. I. J., 1984.(2) Espinosa S., A. J., 1985.(3) Magdaleno Mora, R., 1987.(4) Zimbrón Levy, A. et al., 1989.(5) Real Academia Española, 1984.(6) Hernández y López, J. A., 1988.(7) González Elizondo, M., 1984.(8) Baytelman, B., s/f.(9) Javis S., M., 1985.(10) Barrera Vásquez, A. et al., 1980.(11) Werner, D., 1976.(12) Enciclopedia universal ilustrada europeo americana, 1986.