Mame, abuelo (1).
Para los mames de Chiapas, curandero, a quien se atribuyen también poderes para enfermar.
Dentro de sus funciones más importantes está la de atender a los enfermos graves y llevar a cabo la ceremonia de "sembrar a los hijos" (entierro del cordón umbilical), con el fin de proteger a los recién nacidos de enfermedad y muerte (V. ombligo).
Entre sus métodos y recursos terapéuticos destacan el uso del temazcaly la práctica de la sangría, para la cual posee una colección de objetos punzantes (1) (V. took´). Uno de los requisitos ineludibles que impone a los pacientes para efectuar sus curaciones, consiste en realizar ofrendas a la tierra con el fin de solicitar los favores de las fuerzas sobrenaturales. De este modo, los chimames de Ixtahuacán se dirigen a los dueños de la tierra, cuya manifestación natural son los cerros.
Para invocarlos se coloca en un rincón, se tapa con un chamarro y la deidad llega en forma de mariposa (pacal), se para en su hombro y le transmite en el oído su mensaje para que el chiman lo repita... Cuando el paciente acude al chimam, éste le ordena guardar `dieta´, o sea, abstinencia sexual, de tres a cinco días para que esté limpio antes de acudir a solicitar ayuda del cerro; esta ayuda se pide llevando una vela en la mano que es `su sacrificio, su comida´, y tocando el cerro tres veces (1:186).
También se acostumbra realizar una ceremonia en la cual el paciente lleva un gallo que será decapitado para regar la tierra con su sangre, y de la que deberá beber una porción (2).
(1) Garza, M. de la, 1990.(2) Medina Hernández, A., 1973.