Entre los huaves de San Mateo del Mar, Oaxaca, ceremonia que realiza el neaxomüy, el que cura el espanto, para ofrendar a la tierra, y así poder recuperar el alma del enfermo (V. pérdida del alma).
En el lugar donde sufrió el percance la persona, el terapeuta confecciona una ofrenda de copal (Bursera sp.) y velas. Reza y le pide a la tierra "que todo lo ve", "que todo lo oye", que suelte al alma del enfermo; que le devuelva "su sangre" al cuerpo. Este rito se repite tres veces, siempre acompañado de igual número de velas: una para la cruz, una para la tierra y otra destinada a los muertos (1).
(1) Ramírez Castañeda, E., 1987.