Totonaco, gran estrella.
El planeta Venus, cuando repunta en el horizonte matutino; en esta fase, es considerado un ente benéfico que auxilia a los curanderos en sus terapias.
Las parteras también invocan al gatla stáku pues, según sus creencias, junto con la Luna incide, tanto en el acto sexual humano, como en la concepción posterior. Ichon reporta las oraciones de un terapeuta durante un ritual curativo:
Vas a salvar al enfermo, te doy la ofrenda donde estás sentado floreado. Tú eres la Estrella que amanece, la Estrella Grande, la Túmida Estrella La Estrella que da calambre Túmida mujer Estrella y muchachas Estrella. Tú compones a los hombres, todos son iguales. ¿Quién es el tirador parado? ¿Quién es el tirador sentado? (1:116).
Resulta significativo el atributo de una persona que arroja proyectiles, pues en varios textos prehispánicos, por ejemplo el Códice de Dresde, las deidades que encarnan al planeta aparecen en posición de ataque y con una lanza en la mano. Ichon señala que para los totonacos modernos, tal característica hace alusión a las cualidades protectoras del lucero, quien dispara contra los númenes enfermantes (1).
(1) Ichon, A., 1973.