Biblioteca Digital de la Medicina Tradicional Mexicana
Universidad Nacional Autónoma de México
Diccionario Enciclopédico de la Medicina Tradicional Mexicana
Tesgüino

Tarahumara batári, navaiti, paciki, suguíki, túrisi, urúbisi. Del náhuatl tecuin, latir el corazón (1)

Bebida ceremonial y curativa preparada con maíz fermentado, de aspecto lechoso y gusto agradable parecido al de la cerveza, complemento de la alimentación de los pueblos indígenas del norte y noroeste de México, como los yaquis y pimas de Sonora, guarijíos de Chihuahua y Sonora, tepehuanos de Durango y huicholes de Jalisco y Nayarit. (2).

Las etnias han desarrollado diferentes formas de elaborar el tesgüino, que están directamente relacionadas con la disponibilidad de materias primas. El nombre que recibe en cada región varía de acuerdo con éstas y con las plantas utilizadas como catalizadores o fortificadores: así, el preparado con granos de maíz se conoce como batári, suguíki o navaiti; si se emplea jugo de caña de maíz lo llaman paciko ma batári; en el caso de usarse frutas, como las bayas de madroño (Arbutus sp.), su nombre será urúbisi, y túrisisi se emplean duraznos; si se utilizan granos de trigo, se le denomina suguíki, y si se elabora con granos de sorgo o con el jugo de hoja de maguey, se le llama simplemente tesgüino (2).

La primera fase de su preparación lleva de dos a tres días, durante los que se muele y hierve el maíz previamente germinado; luego, en un periodo mayor de siete días, se deja fermentar hasta alcanzar su sazón final. Para que el proceso de fermentación sea más efectivo, en algunos casos se le agrega trigo silvestre o gatuno, yerba rica en enzimas. En algunas regiones de Chihuahua se emplea maíz tierno, no maduro, y en otras, el corazón de la planta de maguey. En el primer caso, se muele el maíz tierno antes de hervir, luego éste se pasa por un tamiz antes de que fermente; también se ocupa la caña de maíz molida y hervida como base de un fermentado posterior. Es costumbre agregar estos preparados al tesgüino elaborado con maíz maduro. En el segundo ejemplo, encontramos los asentamientos de las regiones bajas de la tarahumara, donde la bebida recibe el nombre de meki, para lo cual asan el corazón del maguey en una fosa, moliéndolo luego con un mazo de encino sobre una roca con forma de olla, agregando agua antes de tamizarlo. El líquido que resta se guarda y se deja fermentar, antes de unirlo al tesgüino. En la actualidad, los tarahumaras suelen agregar raíces, semillas y hojas de toloache (Datura spp.) con el fin de potenciar su poder intoxicante (3). También acostumbran adicionar cactáceas como la Lophophora williamsii (peyote) y la especie Ariocarpus fissuratus, con el mismo fin de realzar sus efectos alucinógenos.

El tejuino es una bebida similar elaborada por la población mestiza de las regiones indígenas mencionadas anteriormente, en el que se emplean nixtamal o granos de maíz germinados y molidos, azúcar y piloncillo, sin catalizadores, añadiendo únicamente un "pie" de tejuino viejo para ayudar al proceso de fermentación. El resultado es una bebida de escaso contenido alcohólico, a la que se le agrega nieve y jugo de limón, y que es usada como refresco, alimento o diurético (2).

Lumholtz define la relevancia ceremonial del tesgüino diciendo que "nada esta más cerca del corazón de los tarahumaras, que su licor". El curandero tarahumara, owirúame, lo usa en todos sus rituales, en los que comúnmente traza una cruz en las muñecas y en la frente del enfermo con un crucifijo y un rosario, sumergidos previamente en un jícara de tesgüino (4).

Esta particular bebida es ofrecida también como regalo en diferentes fiestas, en calidad de remuneración de las tareas llevadas a cabo por la comunidad, servida en las tesgüinadas, importantes celebraciones tarahumaras realizadas a lo largo del año, durante las cuales se deciden cuestiones políticas y económicas. En los rituales indígenas, el "mayor" ofrece tesgüino al Sol y a la madre tierra; igualmente sirve de compañía al difunto, envuelto en su cobija "para que su espíritu suba al cielo" (2).

Diluido en agua es un complemento importante de la alimentación, proporcionado inclusive a niños y lactantes. La cantidad media consumida por personas es de 250 mililitros por día, medida que varia dependiendo de los hábitos personales, la estación del año, la edad del consumidor, etcétera (2).

Índice de Autores

(1) Róbelo, A. C, 1948.


(2) Ulloa, M.. et al., 1987.

(3) Schultes, R. E. et al., 1982.

(4) Lumholtz, C, 1987.

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