La imagen fué proporcionada por: Atlas de las Plantas de la Medicina Tradicional Mexicana |
Echinocactus williamsii Lem. ex Salm-Dyck.; Anhalonium williamsii Rumpler; Mammillaria williamsii Coulter; Ariocarpus williamsii Voss.
Biznaga. Guerrero: señi; Nayarit: chice, curi (cora), jicuri (huichol).
Es un pequeño cactus globular, redondo y de menos de 12cm de diámetro con un color verde azulado glauco, Carece de espinas y en lugar de estas posee unas prolongaciones lanosas de color blanco o ligeramente amarillento similares al algodón. Sus flores pueden ser de color rosa pálido o blancas y brotan al centro. El peyote es originario de América boreal y habita entre los 1000 y los 2200msnm, en las zonas áridas del Altiplano que abarca la mayor parte de los estados de Chihuahua, Coahuila, Durango, Nuevo León, Zacatecas, Aguascalientes y San Luis Potosí.
Los tarahumaras cuentan que "cuando el padre sol abandonó la tierra para habitar arriba dejó el peyote o jíniculi para curar los males y desdichas". Dicen que "canta y habla conforme va creciendo y que cuando es recogido por ellos canta feliz en los costales durante el trayecto de regreso a sus casas; de esta manera les habla Dios por intermedio de la planta". La importancia religiosa del peyote se finca en sus poderes sobrenaturales. Colectan los cactus en Chihuahua y son consumidos frescos o en agua, después de haber macerado la planta seca. La ingestión de la planta hace posible al chamán "ver" mejor y ayudar al tratamiento del paciente.
Los huicholes lo utilizan como alucinógeno en ceremonias curativas, adivinatorias y en rituales religiosos (V. hikuli). Se toma en grupo durante la ceremonia del maíz o individualmente para tener conocimientos sobre el futuro o evitar peligros.
Entre una larga lista de "ciertas hierbas que emborrachan": "Hay otra hierba, como tunas de tierra que se llama peyotl....los que la comen o beben ven visiones espantosas o de risas. Es como un manjar de los chichimecas que los mantiene y les da ánimo para pelear y no tener miedo, ni sed, ni hambre y dicen que lo guardan de todo peligro".
"...y es una raíz, que llaman peyote... pues bebiendo estas yerbas las consultan como a oráculo para cuantas enfermedades pretenden curar y para cuantas cosas desean saber... a que el conocimiento humano no puede llegar, para saber el origen de las enfermedades, principalmente si son la prolixas y largas y las atribuyen al hechizo.... la misma veneración se tiene al peyote y tanta que es muy recevido entre todos ellos y como para algunas medicinas es menester molerlo, dicen que para que haga este efecto ha de ser molido por mano de doncella. El modo de beber esta bebida es señalar el día, el que ha de beber, informándose muy bien de la causa, porque se ha de tomar si es por enfermedad....o por saber si lo que padece es hechizo y de quién sospecha".
El peyote era la planta más usada en el México antiguo para predecir el futuro, incluso cuando se deseaba saber en dónde encontrar más plantas. El encargado de efectuar la ceremonia de comer peyote debería ser un sacerdote al que se le pagaba muy bien. Se adornaba el adoratorio con flores, ramas y perfumes; enseguida el adivinador inquiría acerca de la pérdida, tomaba el peyote ya preparado -que debía haber sido molido con agua por una doncella- y cuando hacía efecto dictaba su adivinación. La deidad del peyote se guardaba dentro de una petaca en un cestillo; se le veneraba y hacían ofrendas.
En varias regiones del país el uso principal del peyote es como analgésico para aliviar dolores reumáticos, con tal fin, se frota la parte afectada con la planta molida o con su tintura. En Jalisco, lo preparan con alcohol y alcanfor para curar las artritis o se le agrega diferentes hierbas como guaco (Aristolochia taliscana), ruda (Ruta graveolens), aguacate (Persea gratissima), nuez moscada (Myristica fragrans), valeriana (Valeriana sp.), albahacar (Ocimum basilicum), romero (Rosmarinus officinalis), pirul (Schinus molle), jengibre (Zingiber officinale) y bálsamo de Perú (Myroxylon balsamum var. pereirae), así como gasolina blanca. En ambos casos se deja fermentar por ocho días, para aplicarla por las noches o cada tercer día, procurando no bañarse el día del tratamiento.
Los aztecas referían que tomado en cantidad moderada, aliviaba el reumatismo y la artritis. Hoy se maceran cabezas de peyote en alcohol para frotar las partes del cuerpo doloridas.
De manera general, se le emplea para dolor de cuerpo, dolores musculares y de piernas. En Durango, para el dolor de muelas, aplican un emplasto con la planta molida al igual que en dolores de aire, para los cuales también se frota el cuerpo con una tintura de peyote.
De la misma manera sirve para tratar contusiones, magulladuras, fracturas y heridas en Chihuahua y Sonora. Para las heridas y llagas, la planta se pulveriza en seco y se aplica localmente o bien, se pone una cataplasma con la planta humedecida o masticada, al igual que en quemaduras. Se le considera como inmunizante.
Asimismo, la planta se aplica o ingiere contra las picaduras de animales venenosos, en Chihuahua y Nayarit, como en caso de piquete de escorpión o picadura de alacrán y mordedura de víbora. También se recomienda para tratar la fatiga o cansancio y para aumentar la resistencia de los corredores. Se puede frotar en las articulaciones o ingerirlo. Se reporta además para fiebre, fiebre amarilla y estreñimiento.
Los huicholes efectúan la recolección de la cactácea, en la zona desértica de Real de Catorce, San Luis Potosí, en el lugar mítico llamado Wirikúta (lugar de origen de los ancestros). Salen en su búsqueda un grupo compuesto por hombres, mujeres y niños que se purifican por medio de la confesión, ayunando y haciendo abstinencia sexual; guiados por el a maracame maracame (V. mara´akáme) o "chamán", encargado a lo largo del viaje de recolección, de iniciar a aquellos que van por primera vez, hacer las ofrendas pertinentes y narrar los mitos de origen del peyote. La recolección del peyote es anual y el complejo ritual huichol se basa en la trinidad simbólica venado-maíz-peyote, que se remonta a sus mitos originarios. Al primer peyote que encuentran le lanzan una flecha, identificándolo con el venado, que muere temporalmente y al que ofrecen semillas de maíz, que le harán renacer.
El viaje es una empresa a la que muchos indios aspiran, cuando menos una vez en su vida y a la que los aspirantes a chamán deben dedicarse un mínimo de cinco veces.
El peyote lo toman de dos maneras: fresco, entero o cortado en pedazos, lo que equivale a la carne del venado; o macerado con agua, combinación que simboliza la interdependencia de las estaciones húmeda y seca; caza y agricultura, hembra-macho (cacto y venado son masculinos, el agua, femenina).
Este grupo cree que cuando se come peyote por mucho tiempo, la especie de pelusa que tiene el peyote en centro se les "atora", en el abdomen y cabeza. El tratamiento consiste en una curación chamánica en donde se extrae la pelusa del peyote, que en una mujer embarazada provocará aborto o parto prematuro; ésta debe ser extraída por el maracame.
El maracame tumba suavemente al enfermo sobre el zacate y realiza sobre él un simulacro del sacrificio de un venado. Durante este acto muere el alma del venado causante del mal y queda atrapada en la trampa puesta ex profeso. Para finalizar se hace el simulacro de quitarle la piel al enfermo como si fuera un venado. Primeramente se realiza con el enfermo boca arriba (decúbito dorsal) y después boca abajo (decúbito central). Dicho ritual se realiza sólo en temporadas de la fiesta del tambor (tetel neiira) o en la fiesta del peyote (jicuri neiira).
Esta enfermedad llamada márrarriyá, es muy importante para los huicholes, seguramente debido a la naturaleza divina que se les atribuyen al venado y al peyote.
Por un fenómeno de sincretismo constante, el peyote se encuentra en México identificado con las divinidades o los santos católicos, estos son: el niño Jesús, Jesucristo, la Santísima Trinidad, San Antonio, San Pedro y sobre todo Nuestra Señora (bajo el nombre de Santa María o Santa Rosa María), en su parte femenina y con San Nicolás (Rosa de San Nicolás) en su parte masculina, pues se le atribuye una diferenciación sexual que no está justificada a nivel botánico.
El peyote identificado con el Espíritu Santo, es considerado como un ser todo poderoso que puede dirigir los sentimientos y las pasiones humanas.
Entre los aztecas otro de los usos de este cactus era como ingrediente en la predicción amorosa, que se inicia con la simple práctica de adivinación. La técnica de adivinación de circunstancias amorosas puede ser la del agua, en la que los actores son simbolizados por tres trozos de cactus. El cuarto personaje que interviene es el equivalente al Espíritu Santo, que de manera directa o independiente, inspira al adivino. Este pide al denunciante dos reales de plata, un saacal (recipiente) y una candela de cera. Habiéndose dado lo pedido, en su presencia se llena el yanasaacal de agua, se pone la vela encendida junto a él y entonces saca cuatro pedazos de la yerba peyote. Los hecha al agua del saacal diciendo "Este eres tú, éste tu marido, éste la mujer que se lo llevó y éste es el Espíritu Santo". Los peyotes se menean en el agua del saacal juntándose unos con otros. El adivinador debe interpretar dichos movimientos.
La primera referencia encontrada la proporciona el Códice Florentino en el siglo XVI y la indica "como atenuante, comida una pizca de la planta para calenturas".
A inicios del siglo XVIII, Juan de Esteyneffer describe el uso del peyote en polvo, en emplasto, para mitigar el dolor en las heridas y los nervios.
A inicios del siglo XX, la Sociedad Mexicana de Historia Natural relata su uso para tener alucinaciones visuales, alucinógeno, antiespasmódico, para el escalofrío, estimulante, hipnótico, hipocondría, histeria, jaqueca, melancolía, midriático, sedante y tónico cerebral. Por los mismos años el Instituto Médico Nacional la menciona como digitálico, diurético y narcótico. Posteriormente, Alfonso Herrera, señala que según observaciones, es dudosa la eficacia medicinal, en neurastenia, histeria, asma, neuralgia y reumatismo. Maximino Martínez la señala como digitálico y estimulante. Luis Cabrera la describe para las aftas asistolia y disnea. La Sociedad Farmacéutica de México presenta al peyote como digitálico y finalmente, Schultes y Hoffmann la refieren como alucinógeno.
La química de la L. williamsii ha sido ampliamente investigada, aunque se ha restringido al estudio de los alcaloides, de los cuales se han caracterizado más de 55 diferentes y otros componentes relacionados, presentes en la planta. Así entonces, de los alcaloides del grupo de la fenetilamina, se han identificado la mezcalina, la N-acetil mezcalina, N-meti-límezcalina, tiramina, N-metilítiramina, hordenina, candicina, 3,4 dimetoxi-fenil-etilamina, peyonina, N-formil mezcalina, N-formil y N-acetil-dimetoxi-hidroxifenilíetilamina, N-trimetoxiífeniiletil-succinimida y maleinimida. De los alcaloides del grupo de la isoquinolina se han aislado la anhalonina, peyotín, anhalonidina, lofoforina, anhalamina, anhalinina, anhalidina y su derivado metilado; mezcalotamo, peyoglutamo, anhalotina, peyoforina, peyotina, lofotina, N-formilanhalinina, N-formil-O-metilanhalonidina, N-formil y N-acetil anhalonina. Otras aminas alcaloideas, conjugados de ácidos del ciclo de Krebs, han sido detectadas como la maleimida, citrimida, lactona de isocitrimida y el derivado pirrólico raro peyoglunal entre otros. Por último, los aminoácidos no proteínicos ácido mezcaloxílico, mezcalorúvico, peyorúvico y peyoxílico, han sido también identificados.
Mucho se conoce acerca de la experiencia de ingerir peyote: que provoca cambios profundos en las percepciones sensoriales. El sistema nervioso central del hombre es afectado significativamente, provocando alucinaciones visuales, auditivas, gustativas, olfatorias y táctiles. Experimentando además macropsia, despersonalización, desdoblamiento de la personalidad, alteración o pérdida de la percepción del tiempo, acompañado de efectos aterradores. Estos efectos han sido reproducidos parcial o totalmente con algunos de los alcaloides aislados de la planta.
La mezcalina es el alcaloide más importante del peyote tanto por su elevado contenido en la planta, como por su variada acción biológica en el organismo. Un gran número de investigaciones clínicas se han llevado a cabo. Entre éstas, los resultados de los trabajos resumen los efectos globales presentados por los individuos; éstos consisten en incremento de la presión sanguínea, cambios del pulso, alteración del reflejo patelar, dilatación de las pupilas, incremento en la actividad motora, así como la frecuencia y amplitud de la respiración, el azúcar sanguíneo, la excreción urinaria con un fuerte deseo de defecar, un incremento marcado en la producción de leucocitos y salivación, además de inestabilidad para mantenerse erecto y caminar, transpiración inmediata, hipotermia seguida después de cuatro horas de una ligera hipertermia, disminución del potasio sanguíneo, un bloqueo general del ritmo alfa en el electroencefalograma en el momento de las intensas percepciones visuales, temblor y escalofrío y sensaciones de calor y frío. Estos síntomas se presentan después de la ingestión oral de 5 mg de mezcalina por kg de peso corporal.
Los alcaloides anhalodina, anhalonidina y peyotina tienen un efecto sobre el sistema nervioso central, lo cual ha sido comprobado en ranas en las que causan un efecto hipnótico. La peyotina es la más activa de los tres alcaloides. Los alcaloides anhalonina y lofoforina provocan hiperexcitabilidad en conejos, que a dosis mayores resulta en violentas convulsiones tetánicas. La lofoforina sin embargo es más tóxica en relación a la anhalonina.
Dosis tan bajas como 12mg/kg de lofoforina en conejos, 10mg/kg de peyotina en ranas y 5mg/kg de mezcalina en el hombre produce los síntomas tóxicos ya descritos. La dosis letal media de mezcalina en ratas es de 370mg/kg, por vía intrataperitoneal y de 212mg/kg en ratón, 328mg/kg en cuyo, 54mg/kg en perro y 130mg/kg en mono por vía intravenosa. La dosis letal de anhalonina en conejos es de 160-200mg/kg.
Esta planta tiene efectos narcóticos y alucinantes. No se ha demostrado que cause adicción fisiológica.
Planta de origen americano de uso muy antiguo en nuestro país. Su aplicación en calenturas intermitentes con frío, o en dolores de las articulaciones han persistido a través del tiempo y se han confirmado experimentalmente los efectos que ejerce la planta y que se relacionan con su acción curativa, aunque también se han puesto en evidencia los efectos tóxicos que sus alcaloides producen en el hombre y el riesgo del uso interno de la misma.
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