Biblioteca Digital de la Medicina Tradicional Mexicana
Universidad Nacional Autónoma de México
Diccionario Enciclopédico de la Medicina Tradicional Mexicana
Dolor de muela

(Camp) (1) (Chih) (2) (Chis) (3) (Coah) (4) (DF) (5) (Edo Mex) (6) (23)

(Gro) (7) (Gto) (21) (Mich) (8 a 10) (Oax) (11 a 13) (Pue)(14) (SLP) (15) (22) (Son) (16) (Ver) (17 a 19) (Yuc) (20). Sinónimo(s):: dolor de diente (Edo Mex) (25) (Son) (16) (Ver) (32) (Yuc) (26). Lengua Indígena Pame m´EK chii (15). Purépecha sini p´amérakua (10). Totonaco tisipanxtatzan (32). Zapoteco xla lay, duele el diente (29).

Molestia dental aguda desencadenada por diversos factores, entre los que destaca la antigua creencia en la presencia de animalitos o gusanos que se comen el diente, ocasionando dolor.

En Las Canoas, Michoacán, se cree que el dolor de dientes en la niñez es debido a la nerviosidad motivada por falta de comida (8 y 9); en la huasteca potosina, consideran que puede ser un malestar frío o caliente, y lo atribuyen a que "se sube la sangre a las venas de la cabeza" (15); en Milpa Alta, Distrito Federal, y en Sayula, Veracruz, se considera que su origen son las picaduras o manchas oscuras que aparecen en los dientes (5) (18).

En relación con la idea de un animal como agente causal, en San Juan Atzingo, Estado de México (25) y entre los nahuas de Huitziltepec, Guerrero, consideran que el dolor se debe a que un gusano se está comiendo la raíz de la muela (7); asimismo, en el Municipio de Dr. Mora, Guanajuato, lo atribuyen a unos "animalitos blancos" (21). Al parecer, la creencia de que la causa del malestar es un gusano que se come los dientes, es de origen prehispánico (7) (25), pues tanto aztecas, como mayas, mixtecos y zapotecos tenían esta idea e, incluso, daban un nombre específico a dicho gusano (27). Sin embargo, aún no hay completo acuerdo acerca de si estamos ante "concepciones puramente prehispánicas o si nacen en las primeras décadas coloniales por el contacto con las ideas europeas" (28).

La sintomatología asociada descrita, pasa por diferentes etapas: en sus inicios se reporta sólo el dolor intenso en la pieza afectada (3) (6) (15) (23) (29); también se identifica la presencia de manchas oscuras en los dientes (5). Posteriormente, llega a haber dolor de cabeza (15) (29), encías y "cachete" (20), hinchazón en la cara (20) (29) y, en ocasiones, fiebre (6) (29).

La terapéutica común incluye, en primer lugar, el empleo de remedios vegetales aplicados en forma directa sobre la pieza afectada -en el hueco de la muela-, para quitar el dolor, o remover la muela dañada; en segundo lugar, se aconseja realizar buches con el cocimiento de diversas plantas o bien administrar tratamientos por vía externa, que posiblemente desempeñen una función analgésica y desinflamatoria. Entre las medicinas vegetales usadas destacan: el clavo (Syzygium aromaticum) (3) (11) (15) (20) (22) (30), la hierbabuena (Mentha piperita) molida en fresco o soasada (12) (20), el ajo (Allium sativum) machacado (20) (22) (30), y el comino (Cuminum cyminum) tostado y molido (13). Con la resina o látex de plantas, se busca, por lo general, romper la pieza provocando así su desprendimiento; dentro de éstas están las del revientamuelas (?) (20), la hierba de la culebra o chac-cancel-xiu (Asclepias curassavica) (17) (26) (30), el árbol de moras (Morus celtidifolia) (14) (18) (30), la ortiga o mala mujer (Cnidoscolus multilobus) (22) (24) (32), el piñón o chuta (Jatropha curcas) (24) (30), la sangregrado (Jatropha dioica) (30) (33) y la del kankiriche (Acacia farnesiana), que sirve también para mitigar la molestia (26) (30). Se dice que la resina del chac-muc (Rauvolfia tetraphylla o R. heterophylla), colocada alrededor del diente, lo "afloja" en veinte minutos, aproximadamente; así, su extracción se hace con facilidad y poca molestia, ya que esta resina también tiene la virtud de "adormecer" la encía (26) (30). Se conoce también la aplicación de hojas de barbas de chivo (Clematis drummondii), guisadas con aceite (31), para acelerar la caída del diente. Los yaquis de Sonora colocan sobre las caries el hueso de víbora de cascabel tostado y molido con sebo de riñón de res (16). En Veracruz, los cocimientos utilizados para hacer buches se preparan con "sancocho" de mexnuxip (Clematis dioica) (26) (30), de balletilla o palo colorado (Hamelia patens) (17); en Tabasco, se hacen con clavos macerados en aguardiente (20). Entre los purépechas se aplican tratamientos de manera externa, que comprenden el uso de cataplasmas de cedrón (Aloysia triphylla) machacado, o de hojas de belladona (Atropa belladonna) soasadas con aceite de almendra sobre la zona hinchada (10), y la aplicación de la cubierta de las hojas de tabaquillo (Nicotiana glauca) sobre el lugar afectado (10) (30).

Por su singularidad, resulta interesante conocer la descripción de un tratamiento para curar las picaduraz y dolor de muelas, en la localidad de Morisquillas, de Dr. Mora, Guanajuato, en donde se acostumbra calentar en el fogón una hoz, mientras se mezcla un poco de cera de abeja con semillas de tomatillo (Solanácea). Cuando la hoz está al rojo vivo, se coloca sobre un recipiente con agua limpia, sin que hoz y agua entren en contacto, colocándose parte de la mezcla que se hizo en la zona más caliente de la hoz. El paciente toma un jarro con un orificio en la base, lo embroca sobre la mezcla y aspira el humo que despiden las semillas al quemarse, exhalándolo pero sin tragarlo, repitiendo la acción hasta que las semillas se terminan de quemar. El terapeuta retira la hoz y la coloca nuevamente en el fogón; luego, observa lo que quedó en el agua del recipiente, explicando que allí caen semillas y cera quemadas y unos animalitos blancos, que son los que salen de la boca de las muelas picadas. Procede a cambiar el agua del recipiente y repite nuevamente la operación. Si los animalitos son muchos, quiere decir que la muela está muy picada y repite la operación de seis a diez veces (lo que el paciente soporte), ya que el humo es muy fuerte y puede incluso marear. Se estima que cuando la muela o muelas están demasiado picadas, después de ocho o quince días de hacerse esta curación, se caen en trozos sin dolor; en caso de haber hinchazón, dolor fuerte y mal aliento, con dos o tres curaciones desaparecen los malestares sin sufrir recurrencia. Los "animalitos" que aparecen son blancos, de 0.5 centímetros de largo aproximadamente, con forma de orqueta, y se les puede identificar como cotiledones de semillas del género Physallis sp. (21).

Tanto por la sintomatología referida, como por el reconocimiento de las manchas oscuras en la(s) pieza(s) enferma(s), es factible que, en la mayoría de los casos, este dolor se deba a la presencia de caries desde una etapa temprana, hasta situaciones en que el padecimiento ha evolucionado al grado de que el único tratamiento posible es la extracción de la muela o diente afectados (34).

Índice de Autores

(1) Zavala Ramos F. 1990.

(2) Bennett, W., et al., 1978.

(3) Moscoso Pastrana, P., 1981.

(4) Latorre, F., et al., 1976.

(5) Palacios de Westendarp, P., 1986.

(6) Gómez López, J. M., 1990.

(7) Weitlaner, R. J., et al., 1946.

(8) Sassoon Lombardo, Y., 1979.

(9) Sassoon Lombardo, Y., 1980.

(10) Pérez, R. M., et al., 1983.

(11) Nader, L., 1969a.

(12) Weitlaner, R., et al., 1973.

(13) Alejandre, V., et al., 1988.

(14) Villalobos Contreras, G., 1989.

(15) Chemin Bässler, HL., 1984.

(17) Hernández y López, J. A., 1988.

(18) García, A. M., 1982a.

(19) Gerónimo Mateos, J., 1979.

(20) Garcés Medina, A., 1987.

(21) Estrada Lugo, E. I. J., 1984.

(22) Reyes Antonio, A., 1982.

(23) Esquivel Romero, E. A., 1989.

(24) Santos García, A. de los, et al., 1988.

(25) Bushnell Hempstead, J., 1955.

(26) Zimbron Levy, A., et al., 1989.

(27) Sepúlveda, M. T., 1988.

(28) Civera Cerecedo, M., 1984.

(29) Beltrán Morales, F., 1982.

(30) Fernández, V., et al., 1989.

(31) González Elizondo, M., 1984.

(32) González Cerecedo, A., 1980.

(33) García Regalado, G., 1989.

(34) Berkow, R., 1978.

IL