Signo vital de suma importancia para algunos terapeutas tradicionales, quienes diagnostican el origen y la gravedad de las enfermedades, de acuerdo con sus características y ubicación (V. pulsador).
Lo localizan en la muñeca, la palma de ambas manos, o bien en las coyunturas de brazos y piernas. Así, los zoques de Veracruz, lo buscan en la palma, apretando suavemente con un pedazo de copal blanco o negro, y si no aparece, es señal de que la persona sufre de susto (1). Los ensalmadores nahuas de Mecayapan, Veracruz, también lo ubican en las manos y en las coyunturas de los brazos. Según los ancianos, en estas partes del cuerpo tenemos los corazones del espíritu, y si en alguna de ellas la vena no late, significa que el susto es grave (1 y 2). Los curanderos huastecos establecen la gravedad y el pronóstico de vida de sus pacientes, auxiliándose de los datos que les revela el pulso: si se localiza en la muñeca, diagnostican una enfermedad leve; si lo ubican en el codo, entonces estiman un estado grave; pero si sólo lo detectan en el hombro, el pronóstico es fatal (3) (V. pulsar).
(1) Hernández, E., et al., 1982.(2) Sedeño, L., et al., 1985.(3) Alcorn, J., 1984.