El chol es una lengua mayanse que se habla principalmente en los municipios del norte del estado de Chiapas y zonas colindantes de Tabasco. Está emparentado con el chontal, tzotzil, tzeltal y el chortí; los primeros tres también se hablan en el estado de Chiapas, mientras que el último persiste hoy en la república de Guatemala. El chol presenta tres variantes dialectales, cada una específica para una región determinada: así, existen el chol de Tila, el de Tumbalá y el de Sabanillas, todos inteligibles entre sí. El término "chol" parece ser uno de los nombres con el cual los españoles denominaban a los indígenas asentados en la selva chiapaneca, conocida desde la época colonial como la lacandonia. Sin embargo, quienes han recibido este gentilicio, se llaman a sí mismos winikon ba lojon, "nosotros los hombres". Las primeras incursiones españolas en este territorio se enfrentaron a la tenaz resistencia indígena, por lo cual, la Lacandonia nunca fue del todo conquistada por los invasores europeos. Aquí cabe aclarar que los españoles se enfrentaron a grupos choles, no a los que hoy se conocen con el nombre de lacandones. Estos últimos provienen de migraciones yucatecas de los siglos XVI y XVII, que huían de la explotación colonial y se asentaron en la región selvática de Chiapas. Por otra parte, cabe mencionar un dato interesante: en las últimas dos décadas, los glifos e inscripciones encontrados en las ruinas de Palenque, Yaxchilán y Bonampak se han descifrado parcialmente usando como base la lengua chol que aún persiste.
Este pueblo indígena se asienta en los municipios de Palenque, Salto de Agua, Sabanilla, Tila, Tumbalá y Yajalón, del estado de Chiapas. Los choles de Tabasco se concentran en los municipios de Macuspana y Amatán.
La región es dominada por selva alta perennifolia, aunque en los parajes más elevados existen bosques de pino-encino. Así, el clima es cálido-húmedo, salvo en las regiones elevadas, donde predominan temperaturas más templadas. El tipo de suelo más prominente es el luvisol. Las especies vegetales más destacadas son el paloquelite, la chaya, el cuajinicuil, la palma y el cedro. Puesto que en el territorio chol la temporada de lluvias se prolonga nueve meses, los escurrimientos forman numerosos arroyos y ríos, entre los cuales destacan el Tulijá, el Ixtialjá, el Chinal y el Pulpitillo, todos los cuales desembocan en el Usumacinta. La fauna se compone de tigrillo, venado, tepezcuintle, onza, pequeños mamíferos, aves como el loro, la guacamaya, la perdiz y el faisán, y diversos reptiles, entre los cuales cabe mencionar las serpientes venenosas nauyaca y cascabel tropical.
Según los Cuadernos de demografía indígena, elaborados por el Instituto Nacional Indigenista con base en los datos arrojados por el XI Censo general de población y vivienda de 1990, existe un total de 122 272 hablantes de chol, 7 804 de los cuales viven en el estado de Tabasco, y 114 468 en el de Chiapas. Parece haber un mayor grado de aculturación entre los de Tabasco, puesto que el 93% de ellos son bilingües de chol y español, mientras que sólo el 64% de los choles chiapanecos dominan ambas lenguas.
Conviene abundar más en los datos demográficos relativos a los choles del estado de Chiapas, por dos motivos: 1) representan el 94% del total de la etnia, y 2) recientemente el INEGI publicó los Tabulados básicos (Chiapas, Hablantes de lengua indígena, 1993) con una gran información estadística acerca de este grupo, pero aún falta por publicarse la información relativa a Tabasco. Definitivamente es una etnia asentada en el medio rural, pues el 74% de sus integrantes viven en comunidades menores a los 1 000 habitantes; sólo el 9% reside en localidades mayores a los 2 500 individuos. Es una población relativamente joven, puesto que el 49% de los censados tiene menos de 20 años de edad, 33% oscila entre los 20 y 39 años de edad, y el 18% restante es mayor de 40 años. Si se observan estos mismos datos, pero ya discriminados por sexo, aparecen tendencias interesantes. Hasta los 14 años de edad, hay un ligero predominio de hombres sobre mujeres, pues los primeros constituyen el 51%; sin embargo, entre los 15 y 39 años de edad, las mujeres constituyen el 52% de la población, y a partir de los 40 años, vuelven a predominar los hombres con un 54% del total. Esto quiere decir que en la edad más productiva, entre los 15 y 39 años, hay menos hombres que mujeres, sea por efectos de la migración, sea por una mayor mortandad, o bien por una combinación de ambos factores. El 76% de los hombres mayores de cinco años hablan español; en cambio, sólo lo hacen el 53% de las mujeres. El 66% de los choles masculinos mayores de 15 años sabe leer y escribir, mientras que sólo el 34% de las mujeres poseen estas aptitudes. En cuanto a la escolaridad de los jóvenes y adultos (mayores de 15 años), el 44% no tiene instrucción alguna (30% hombres; 58% mujeres), el 32% ha cursado parte de la primaria (38% hombres; 26% mujeres), el 11% ha completado la primaria (15% hombres; 7% mujeres), el 7% cuenta con instrucción media básica (10% hombres; 4% mujeres), el 2% con instrucción media superior (2% hombres; .6% mujeres) y el .5% con instrucción superior (.7% hombres; .3% mujeres).
En lo que respecta a las actividades económicas, los winikon ba lojon se ganan la vida de las siguientes maneras: el 86% de la población ocupada se dedica a la agricultura, el 2% a la ganadería, el .8% a diversos trabajos del campo como son la silvicultura, la pesca y otras actividades agropecuarias, el 1.6% es empleada en la industria, el 1.5% se dedica al comercio y el 5% de la población ocupada trabaja en el sector de servicios. En cuanto a su situación en el trabajo: el 6% es empleado u obrero, el 5% es peón o jornalero, el 74% trabaja por su cuenta, el .4% es empresario o patrón y el 7% es trabajador familiar no remunerado (una categoría nebulosa que maneja el INEG1, pero que no se especifica). Por lo que respecta a la percepción monetaria, el 30% de los choles ocupados no reciben ingresos (¿producirán para su autoconsumo? Los tabulados del INEGI no lo aclaran), el 39% gana el equivalente de hasta medio salario mínimo, el 12% entre medio y un salario mínimo completo, el 7% entre uno y dos salarios mínimos, el 3% más de dos y hasta tres salarios mínimos, el 1% entre tres y cinco salarios mínimos, el 1.3% más de cinco salarios mínimos, y para el 6.7% restante no hay datos específicos.
La economía está basada en la agricultura de pequeñas parcelas de tierra. El maíz, frijol, papa y café son los cultivos más importantes de las tierras altas; los primeros están destinados al autoconsumo, mientras que el último se vende para obtener ingresos. Las zonas ubicadas en la planicie costera son propicias para el cultivo de caña de azúcar, arroz y frutales como el mango, plátano y cítricos. No obstante, la economía familiar no es lo suficientemente productiva para satisfacer las necesidades de la unidad doméstica; por lo tanto, la migración a centros urbanos y turísticos, entre ellos la ciudad de Palenque, para contratarse como trabajadores asalariados, es una alternativa que deben afrontar muchos choles.
La vivienda, por lo general, es una casa de un solo cuarto de 6 a 8 m de largo, por 4 de ancho. Presenta techo de lámina de asbesto o metálica, aunque también es común la palma o zacate. El piso es de tierra y las paredes de madera, o bien de bajareque, es decir, de un amarrado de varas recubierto por una mezcla de barro, estiércol y paja. Según los Tabulados básicos del INEGI, el 10% de las casas tiene algún tipo de drenaje, pero de este total, el 25% lo tiene con desagüe al suelo o a un río, contaminando así los cuerpos de agua; el 42% de los hogares goza de agua entubada; y el 31% dispone de energía eléctrica. Sólo el 7% de las viviendas cuenta con los tres servicios de agua, drenaje y luz.
Son pocas las vías de comunicación en la región chol. Sólo la cruzan tres carreteras pavimentadas: la que corre de Villahermosa a Chetumal; la que va de Catazajá a Palenque, y de allí a Ococingo; y una carretera estatal que va de Ococingo a Yajalón, donde se bifurca, para seguir por un ramal a Tumbalá, y por el otro a Petalcingo. Tumbalá se comunica con Salto de Agua por medio de una terracería, la cual continúa a Tila y después a Petalcingo.
El Anuario estadístico del estado de Chiapas de 1993 señala que en la denominada región selva, existen una total de 109 Unidades Médicas Rurales (UMR) de consulta externa y tres de hospitalización general. Si bien los choles viven en la región selva que menciona el Anuario, este mismo documento no ofrece detalles en cuanto a la localidad específica de cada UMR. Sin embargo, la publicación menciona que el personal médico adscrito a Tumbalá consta de siete personas, seis incorporadas a IMSS-Solidaridad y una al ISSTECH; el que labora en Tila asciende a 15 personas, 13 en IMSS-Solidaridad, una en la SSA y una más en el ISSTECH; en Salto de Agua el personal médico cuenta con 11 elementos, ocho que prestan sus servicios en IMSS-Solidaridad, uno en el ISSSTE, uno en el ISSTECH y uno más en la SSA; en Sabanilla trabajan siete personas, cinco en IMSS-Solidaridad, una en el ISSTECH y una en la SSA.
Según la Jurisdicción Sanitaria no. VI de la SSA, que abarca la zona de Palenque, las principales causas de demanda de atención médica son: infecciones respiratorias agudas, infecciones intestinales, amibiasis, ascariasis, paludismo, traumatismos y envenenamientos, escabiasis, angina estreptocócica, diversas micosis y oxiuriasis.
Las festividades religiosas más importantes son el Carnaval, la Semana Santa, el Corpus Christi y el día de la Santa Cruz. Todas ellas se acompañan de danzas y música, y forman parte de un ciclo ceremonial afín a la Iglesia católica. Sin embargo, yuxtapuesta a las creencias cristianas, existe una religiosidad autóctona. Además de santos y vírgenes, la cosmología chol incluye a los ajau, los dueños de cerros, ríos y cuevas, quienes pueden beneficiar al hombre, si éste les rinde culto, o colmarlo de desgracias y enfermedades, si acaso no les muestra reverencia; los chajk o señores rayo, quienes traen los aguaceros tan necesarios para el cultivo; los xiba´, duendes maléficos del inframundo que comen carne humana; y el way, animal mágico con el cual cada persona comparte el mismo destino. Vale la pena anotar los datos del INEGI, en cuanto a los cultos religiosos que profesan estos indígenas: el 56% es católico, el 33% protestante, el .1% practica el judaísmo, el 2% pertenece al rubro de otra religión -los Tabulados no entran en detalle-, el 7% dice no practicar ningún credo y para el 2.3% restante no hay datos específicos.