Biblioteca Digital de la Medicina Tradicional Mexicana
Universidad Nacional Autónoma de México
La Medicina Tradicional de los Pueblos Indígenas de México
Mixes (Ayuuk Jä´Äy).
La población

El nombre de esta etnia proviene de la palabra mixy, que significa "varón", "hombre", y que al ser pluralizada en castellano deriva al gentilicio mixes, "los hombres". Ellos se autonombran ayuuk jä´äy, "gente del idioma elegante", y llaman a su lengua ayuuk, cuyo significado metafórico es "el idioma elegante, florido como la selva". Dicha lengua se clasifica dentro de la familia lingüística Mixe-Zoqueana, emparentada con el zoque y el popoluca. Se han detectado múltiples variantes dialectales aun entre pueblos vecinos, pero inteligibles entre sí. No obstante, se reconocen dos niveles culturales en el habla mixe: la lengua cotidiana y un habla refinada, al parecer exclusiva de los especialistas de la medicina tradicional, consejeros, rezadores y casamenteros.

La región ayuuk se encuentra enclavada en la serranía del Zempoaltépetl, al norte del estado de Oaxaca, ocupando 17 municipios del distrito de Yautepec y dos de Juchitán. Según el XI Censo general de población y vivienda (1990), la población mixe ascendía a 112 951 individuos, de los cuales 17 687 ocupaban el estrato de cero a cuatro años de edad, y 95 264 el de cinco y más años. De estos últimos, 88 863 se localizaron en el estado de Oaxaca.

En esta región se pueden distinguir tres zonas climáticas de acuerdo con las características topográficas y ecológicas de la región: la zona alta con elevaciones mayores a 1 800 msnm y clima predominantemente frío; la parte media con altitudes que van de 1 300 a 1 800 msnm, de clima templado; y la zona baja, donde los asentamientos se localizan desde los 35 a los 1 000 msnm con un clima caluroso.

El área habitada por los mixes es rica en recursos forestales; abundan el ocote, roble y pino, y en menor escala, el cedro, caoba, fresno y ciprés. Sin embargo, las ganancias sobre la extracción maderera son pobres comparadas con las obtenidas ilegalmente por empresas y talamontes privados que cuentan con los recursos técnicos y financieros de que carecen los ayuuk.

El café es el producto de mayor comercialización en la región, y la agricultura es fundamentalmente de subsistencia. En las partes altas y frías se cultiva papa, maíz, frijol y calabaza, mientras que en las zonas templadas y cálidas, además del maíz y el frijol, se siembra camote, caña de azúcar, chile, y se cosechan ciertos cítricos. Aparte de las actividades agrícolas, un número considerable de la población económicamente activa se dedica a las actividades industriales de la zona, así como al comercio y a los servicios.

La vivienda tradicional -de techo de palma, paredes de tabla y piso de tierra- está siendo reemplazada por construcciones rectangulares de adobe, tabicón, ladrillo o piedra, con techo de paja o lámina y piso de cemento. Consta de un espacio destinado a la cocina y dos o más habitaciones que son usadas como dormitorios, por lo regular, con escasa ventilación e iluminación. Es ocupada por un promedio cercano a los cinco habitantes. Según los Tabulados básicos del INEGI (Oaxaca. Hablantes de lengua indígena, 1993), los servicios de agua entubada, energía eléctrica y drenaje son insuficientes: de 23 052 casas, 8 679 cuentan con agua, 13 000 tienen energía eléctrica y 3 189 poseen algún tipo de drenaje; del total, sólo 2 040 disponen de los tres servicios primarios. Todavía es frecuente la defecación al aire libre, pero cada vez son más las viviendas que cuentan con letrina.

Desde el punto de vista nutricional, la región mixe es considerada como zona crítica, al igual que otras zonas indígenas del estado de Oaxaca, en donde las enfermedades infecto-contagiosas son de gran incidencia, afectando principalmente a la población infantil. Entre las principales causas de morbilidad en la Jurisdicción Sanitaria VI (Sierra) -que incluye las tres zonas ayuuk antes mencionadas-, están las infecciones respiratorias agudas, amibiasis y otras infecciones intestinales, traumatismos y envenenamientos, sarna, paludismo, tricomoniasis urogenital, micosis, angina estreptocócica y varicela. La atención institucional a la salud está cubierta con unidades rurales del IMSS-Solidaridad, la Secretaría de Salud, el INI y algunas instituciones religiosas. Pese a que la aceptación de la medicina moderna va en aumento, todavía son rechazadas algunas de sus prácticas particularmente las transfusiones sanguíneas y las intervenciones quirúrgicas.

Son tres las organizaciones que reúnen a médicos de este grupo indígena. La Organización de Médicos Tradicionales Mixes (OMETRAM), fundada en 1987, con sede en San Cristóbal Chichicaxtepec, Municipio de Mixistlán de la Reforma, que cuenta con alrededor de 20 miembros de los asentamientos San Cristóbal Chichicaxtepec, Santa María Mixistlán y Santa María Tlahuitoltepec. Las otras organizaciones agrupan también a médicos tradicionales de etnias vecinas: la Organización de Médicos Indígenas Mixes, Zapotecos y Mixtecos (OMIMIZAMI), constituida en 1991, con sede en San Juan Guichicovi y con 29 agremiados de ocho comunidades de los municipios Matías Romero, Santa María Petapa, Santo Domingo Petapa y San Juan Guichicovi; la Organización de Médicos Indígenas Zapotecos y Mixes (OMIZYM), creada en 1990, con sede en Santa María Guienagati, que reúne a más de 40 asociados pertenecientes a trece comunidades de una extensa área geográfica.

En la vida ceremonial y religiosa del pueblo mixe subyace una fuerte interacción de creencias católicas con las propias de su tradición. Mantienen vivo el culto a ciertas deidades como el viento (Poj), el rayo (Anaw), el cerro (Kopk) y el agua (Nee) y, por otro lado, celebran respetuosamente las fiestas dedicadas al santo patrono de cada localidad: en Ayutla a san Pedro y san Pablo, en Guichicovi a san Juan, en Alotepec a Jesús Nazareno, en Tlahuitoltepec a la virgen de Guadalupe, etcétera. La integración de estos dos cultos se manifiesta claramente en la celebración de algunas ceremonias agrícolas -particularmente las ligadas a la fertilidad- y en las terapéuticas, donde elementos de ambas religiones se manifiestan en los discursos y oraciones destinados a implorar buenas cosechas y salud.