La palabra "triqui" parece derivar de los vocablos dri, "padre", y qui, "grande" o "superior", es decir, "señor supremo", término con que los nativos designaban a sus superiores y que los españoles generalizaron para denominar al grupo. Hoy, los oriundos de Copala se llaman entre sí tinujei, que se traduce como "hermano mío". La lengua triqui pertenece al grupo Otomangue, tronco Savizaa y familia Mixteca, según la clasificación de Swadesh y Arana. Se trata de un idioma tonal muy difícil de aprender debido a que una misma palabra tiene diferentes significados, dependiendo del tono con que se pronuncie. De acuerdo con los especialistas, existen tres variantes dialectales, la de Chicahuaxtla, la de San Martín Itunyoso y la de Copala, mismas que dificultan su mutuo entendimiento.
Los datos recabados en el XI Censo general de población y vivienda (1990), revelan un total de 18 361 triquis, de los cuales 3 380 entran en el grupo etario de cero a cuatro años, y 14 981 en el de cinco años y más. De estos últimos, 12 910 se registraron en Oaxaca, y el resto, en varios estados de la república, particularmente en Sinaloa y Baja California.
El área ocupada por estos indígenas se encuentra ubicada en el extremo occidental del estado de Oaxaca. Limita al norte con el municipio mixteco de Mixtepec, al sur con Constancio del Rosario, al este con el poblado mixteco de Santo Tomás de Ocotepec y al oeste con la localidad de Juxtlahuaca y el estado de Guerrero. En total, son cinco los pueblos triques: San Andrés Chicahuaxtla y Santo Domingo del Estado, en el municipio de Putla; San José Xochistlán, del municipio de Tlaxiaco; San Martín Itunyoso, cabecera del municipio que lleva el mismo nombre, y San Juan Copala, perteneciente al municipio de Juxtlahuaca.
Es una región geográfica muy accidentada, comprendida dentro de la provincia fisiográfica de la sierra Madre del Sur, que presenta alturas que varían de 800 a 3 000 msnm. El clima está determinado por las variantes altitudinales: así, de los 800 a los 1 500 msnm la zona es caliente, alrededor de los 2 000 msnm el clima es templado, y a alturas superiores se presentan temperaturas frías. Asimismo, las características del suelo y los componentes florísticos están en función de ambos factores, de tal manera que en la primera de las zonas -localizada en la parte sur del territorio trique- cuentan con las mejores tierras y disponibilidad de agua pues en ella se encuentran los ríos Copala, El Pájaro y El Venado; abundan los pastizales, y el cultivo de cítricos y otros frutales es factible. En la zona templada, los suelos son de mediana calidad, existen bosques con especies no maderables y las corrientes fluviales son escasas. La parte fría -que corresponde principalmente a Chicahuaxtla- se distingue por presentar suelos poco profundos y arenosos, neblina constante y bosques de pino, oyamel y cedros. La fauna en toda la región es poco variada; entre las especies favoritas para la caza figuran: conejo, liebre, coyote y pequeñas poblaciones de venado y jabalí.
La agricultura es la principal actividad de subsistencia del pueblo trique y se practica bajo el sistema de roza, tumba y quema. Los cultivos más comunes son: maíz, frijol, calabaza, chilacayote y chile, productos que conforman parte de su dieta básica. En las tierras bajas se cosechan algunos frutales como: plátano, piña, mango, aguacate, mamey, naranja y guayaba. En el área de Copala, el cultivo del café es el más importante; sin embargo, su rendimiento resulta bajo debido a la falta de asistencia técnica. Respecto de la actividad ganadera, los triques se dedican al cuidado de animales que son propiedad de mestizos, a quienes rentan sus pastizales. Sólo algunos indígenas cuentan con un reducido número de vacas, bueyes, ovejas, cabras, caballos, mulas y asnos que emplean en sus labores agrícolas o venden para obtener ingresos adicionales.
Muchos integrantes de este grupo se emplean, en su tiempo disponible, como jornaleros en el corte de la piña y el jitomate en Loma Bonita, Oaxaca. También, es común que migren temporal o permanentemente en busca de fuentes de trabajo a los estados norteños de Sinaloa, Baja California o Sonora.
La mayoría de las viviendas están provistas de una a dos habitaciones y son ocupadas por un promedio de cinco habitantes. Pueden ser construidas con madera: las paredes son de troncos gruesos y los intersticios rellenos con una mezcla de piedra y lodo; el techo, de dos pendientes, es de tejamanil o, en algunos casos, de paja y zacate; la casa sólo está provista de una puerta, carece de ventanas y a veces cuenta con una troje de madera ubicada como anexo en el solar. Otro tipo de viviendas, actualmente común, se edifica con paredes de madera, adobe o bajareque, techo de láminas de asbesto, metálicas o de cartón y piso de cemento. Con base en los datos proporcionados por los Tabulados básicos del INEGI (Oaxaca, Hablantes de lengua indígena, 1993), los servicios básicos de agua entubada, energía eléctrica y drenaje, son insuficientes: de 3 037 casas, 1 245 disponen de agua, 1 604 tienen electricidad, 142, algún tipo de drenaje, y sólo 89 cuentan con los tres servicios.
El área trique está comunicada por medio de la carretera Tlaxiaco-Putla-Pinotepa Nacional con Chicahuaxtla y San José Xochistlán, y conecta con un camino de terracería a Juxtlahuaca y Copala; parte de los poblados se comunican por brechas y veredas.
Es importante señalar que San Andrés Chicahuaxtla, Santo Domingo, San José Xochistlán y San Martín Itunyoso conservan todavía una organización política peculiar con un antepasado mítico común; cada pueblo corresponde a un clan, con un territorio bien delimitado, en el que nadie ajeno puede establecerse. Pese a la influencia católica, su religión conserva rasgos prehispánicos y es politeísta; aún veneran a los astros del firmamento, al rayo, al viento, al agua, al fuego y en especial a Nexquiriac, padre de todos los dioses del bien y del mal, responsable de proporcionar calor, luz, salud y otros beneficios.
Dentro de los elementos católicos más importantes para los triques se encuentra la imagen de san Pedro, relacionada con el Sol, y la cruz que, según ellos, es un símbolo propio de su religión al que se venera, quizá, como representación de los cuatro puntos cardinales.
Una de las festividades más importantes es la feria de Cópala, que tiene lugar el primer viernes de Cuaresma, a ella asisten integrantes de todas las localidades triques, y un buen número de mixtecos y mestizos vecinos. También son importantes las fiestas patronales correspondientes a cada pueblo, además de otras fechas del calendario litúrgico como la Santa Cruz, el Carnaval, el jueves de Corpus, Todos Santos, la virgen de Guadalupe y la Navidad.