Los tzotziles constituyen una de las etnias más conservadoras de México. Se denominan a sí mismos con el término bats´il winik, "hombres verdaderos", y a su idioma, bats´il kop, "lengua verdadera". El tzotzil está comprendido dentro del grupo Maya-Totonaco, subfamilia Yax, según la clasificación lingüística de Swadesh y Arana, al igual que el tzeltal, tojolabal, maya peninsular, lacandón, chontal, chuj y jacalteco.
De acuerdo con el XI Censo general de población y vivienda, en 1990 se registraron 284 849 tzotziles, de los cuales 55 646 pertenecían al grupo etario de cero a cuatro años, y 229 203 al de cinco años y más; de estos últimos, 226 681 se censaron en el estado de Chiapas.
El territorio de los bats´il winik se ubica en una vasta superficie del centro de Chiapas, en la región llamada los Altos de Chiapas, así como en una porción noreste de la entidad, una fracción de los valles de Cuxteques y, actualmente -debido a la presión demográfica-, en algunos municipios del oeste chiapaneco como Cintalapa, Ocozocuautla y Tecpan, y del este central, como Las Margaritas. Son numerosos los municipios que concentran población tzotzil; destacan en las tierras altas: Chamula, Zinacantán, Mitontic, Larraínzar y Chalchihuitán y, en tierras bajas: Simojovel, Amatan, El Bosque, Huitiuapan, entre otros. Debido a que las áreas tzeltal y tzotzil son contiguas, en algunas comunidades se hablan indistintamente las dos lenguas; tal el caso de algunas localidades de los municipios de Oxchuc y Huixtán.
La región de los Altos de Chiapas, la cual concentra más del 60% de la población tzotzil, se caracteriza por presentar un terreno sumamente accidentado, con numerosas cumbres, barrancas, cañadas y lomeríos que hacen difícil su acceso. El clima predominante es templado con lluvias abundantes de junio a noviembre. La vegetación característica de las partes altas está formada por bosques de pino y roble, en tanto que en las zonas menos altas predominan los bosques de pino, intercalados con bosques caducifolios y sabanas.
Pese a la topografía accidentada y mala calidad de sus tierras, la agricultura es la principal actividad económica de los tzotziles. Los principales cultivos son: maíz, frijol, trigo, papa y hortalizas; sólo en algunos lugares se cultiva café y caña de azúcar. Los frutales más comunes son: perón, durazno, manzana y pera, y en donde impera el clima semitropical: naranja, piña, aguacate y mango. La baja productividad de las tierras y la alta densidad poblacional en algunos municipios como Chamula y Zinacantán, han obligado a algunos integrantes del grupo a rentar o comprar tierras en las partes bajas, o bien, a migrar temporal o definitivamente en busca de empleo. De hecho, un considerable número de campesinos de la región salen periódicamente a las fincas cafetaleras del Soconusco para complementar sus ingresos. Asimismo, las mujeres coadyuvan a la economía familiar vendiendo sus productos artesanales, especialmente prendas de lana, así como huipiles y camisas bordadas con motivos típicos. Sus precarios ingresos y la imposibilidad de sobrevivir con la escasa producción agrícola, son los factores fundamentales que determinan una dieta deficiente; los componentes básicos de su alimentación son el frijol y el maíz; con el segundo se prepara el pozol (bebida tradicional con alto valor nutritivo) y las tortillas; muy ocasionalmente se consumen alimentos como carne o leche.
La vivienda común es la tradicional, construida con paredes de bajareque, techo de zacate o palma y piso de tierra apisonada; posee una forma rectangular con una puerta y pequeñas ventanas, aunque a veces carece de ellas Alrededor de la habitación principal están el gallinero, el chiquero y algunas veces el push o baño de vapor. En fechas recientes, en las zonas más urbanizadas, existe la tendencia a construir las casas con paredes de ladrillo o madera y techo de lámina de asbesto, metálica o tejamanil. Tanto el servicio de energía eléctrica, como el de agua entubada y drenaje, son notablemente deficientes. De acuerdo con los Tabulados básicos del INEGI (Chiapas, Hablantes de lengua indígena, 1993), de 55 804 viviendas tzotziles, únicamente 5 517 gozan de los tres servicios; sólo 26 199 cuentan con energía eléctrica, 27 511 con agua entubada, y 8 013 con drenaje; pero en 1 542 casos, las aguas negras son vertidas al suelo, río o lago, determinando en gran medida condiciones de contaminación que repercuten en la salud de la población.
Los servicios de salud son proporcionados en unidades médicas rurales del IMSS-Solidaridad y en los centros de salud de la SSA. Destacan por la afluencia de pacientes tzotziles, las clínicas que se localizan en los municipios de Chamula, Chalchihuitán, Amatan, El Bosque, Huitiuapan, Huixtán, Chenalhó, Jitolol, Bochil y Las Margaritas, muchas de ellas ubicadas en las cabeceras municipales. La cobertura de servicios de salud abarca gran parte del territorio tzotzil; sin embargo, es un hecho que la demanda del servicio médico supera por mucho los esfuerzos institucionales. De acuerdo con los datos proporcionados por las jurisdicciones saniatarias II (San Cristóbal de las Casas) y IV (Palenque) del estado de Chiapas, las cuales incluyen la mayor parte del territorio tzotzil, las principales causas de morbilidad en 1991 fueron: infecciones respiratorias agudas, infecciones intestinales y las mal definidas, amibiasis, ascariasis, paratifoidea, sarna, angina estreptocócica, dermatoficosis y dermatomicosis, neumonías y bronconeumonías, influenza, paludismo y oxiuriasis.
Cabe resaltar que los terapeutas tzotziles, al lado de otros curanderos indígenas chiapanecos, cuentan con una de las más numerosas y antiguas organizaciones mexicanas de practicantes de la medicina tradicional, la Organización de Médicos Indígenas del Estado de Chiapas, A. C. (OMIECH). Esta fue fundada a principios de 1986, y actualmente está constituida por más de 750 integrantes de los municipios de Chamula, Larraínzar, Chenalhó, Tenejapa, Oxchuc, Huixtán, Simojovel y Las Margaritas. Dado que sus objetivos primordiales son los de preservar y difundir sus conocimientos médicos, así como mejorar las condiciones de salud de sus comunidades, los miembros de la OMIECH han desarrollado proyectos de capacitación en preparados herbolarios, huertos comunitarios, herbarios, atención materno-infantil; proyectos de investigación relacionados con el estado actual de la práctica médica en la región; labores de difusión como publicaciones y videos, así como la vinculación con otras organizaciones e instituciones relacionadas con su labor terapéutica.