Los tojolabales se autodenominan en su idioma tojolwinik´otik que significa "hombres legítimos o verdaderos". Su lengua, el tojolab´al (de tojol, "legítima" y ab´al, "palabra"), pertenece al grupo Maya-Totonaco de la familia y tronco Mayense, emparentada con el tzotzil, el tzeltal y, más estrechamente, con el chuj hablado en Cuchumatanes, Guatemala, de donde según la tradición proceden los tojolwinik´otik.
Habitan un territorio ubicado al sureste del estado de Chiapas, en tierras que colindan con Guatemala. La mayor concentración de la etnia se encuentra en el municipio Las Margaritas; otras poblaciones con un número importante de tojolabales pertenecen a los municipios de Altamirano, Comitán, Independencia y La Trinitaria. El área que ocupan es de aproximadamente 6 000 km2, y de acuerdo con los datos del XI Censo general de población y vivienda (1990), la población tojolobal asciende a 45 197 individuos, con 9 186 integrantes de cero a cuatro años, y 36 011 hablantes de la lengua de cinco y más años de edad.
La región de los tojolwinik´otik comprende tres zonas ecológicas bien definidas. Al norte, se encuentran las tierras altas, donde el clima varía de frío a templado y la vegetación característica corresponde al bosque deciduo -en donde predominan el liquidámbar, palo amarillo y especies de encinos-, además de considerables extensiones de bosques de encinos, bosques de pino y bosques de pino-encino. En el centro, el paisaje es dominado por pequeños valles intermontanos irrigados por afluentes de los ríos K´abastatik, Comitán y Tzaconelha. Y al oriente, predominan las áreas de selvas altas y bajas de hojas perennes, con clima cálido húmedo, en donde los principales componentes florísticos son: amate, ceiba, guanacaste, cedro, caoba, guayacán, además de diversas especies de bejucos, epifitas, musgos y helechos.
Es importante hacer notar un deterioro cada vez mayor de los ecosistemas antes mencionados, debido fundamentalmente a la tala inmoderada ejercida por parte de compañías madereras privadas y estatales. No obstante, todavía es posible encontrar una considerable diversidad faunística, incluso de aquellas especies importantes en la dieta del tojolabal. En tierras altas habitan el gato de monte, tepezcuintle, venado cola blanca, zorrillo, puma y comadreja; en los valles hay tuza, conejo, liebre, zorrillo y tejón; y en la zonas selváticas se puede encontrar jaguar, ocelote, venado cola roja, armadillo, tepezcuintle, saraguato, mono araña, puerco espín y jabalí.
Las actividades económicas varían de acuerdo con los recursos que presenta cada región. En las tierras altas se cultivan, con fines de autoconsumo, maíz, fríjol y calabaza. En los valles y cañadas hay mayor diversificación, pues siembran, además, legumbres, caña, café, cítricos y otros frutales. En la selva se dedican al cultivo comercial del café y, en algunos casos, a la ganadería, así como a la venta de productos forestales como el cedro y la caoba. Debido a que las fuentes de ingresos son más escasas para los tojolabales de las tierras altas, cañadas y valles, éstos se ven obligados a solicitar trabajo en las fincas cafetaleras del Soconusco, además de comercializar parte de sus productos agrícolas, aves de corral, cerdos, ovinos y, ocasionalmente, artesanías.
Los asentamientos siguen por lo común el patrón compacto de baja densidad, y a sus alrededores se encuentran las tierras de cultivo, áreas de pastoreo y bosque comunal. Las viviendas son rectangulares y se construyen con los recursos naturales disponibles; los pisos son de tierra apisonada o cemento, las paredes de tablones de ocote cedro caoba, y los techo de lámina de asbesto o metálica, palma o teja. La unidad doméstica dispone por lo general de una a tres habitaciones, con un promedio de seis ocupantes; otras construcciones adicionales son el gallinero, el chiquero, la troje, el corral para ovejas y el baño de temazcal.
La zona está comunicada por brechas y carreteras no pavimentadas que se vuelven intransitables durante la temporada de lluvias. Pocas comunidades cuentan con energía eléctrica, agua entubada y drenaje. Según los Tabulados básicos del INEGI (Chiapas, Hablantes de lengua indígena, 1993), de 8 037 viviendas, sólo 2 595 contaban con energía eléctrica, 1 811 con agua entubada, y 705 con drenaje; en 127 casos las aguas negras se vertían al suelo río o lago, siendo esto último un factor determinante de las condiciones de salud. Aún más escasos son los asentamientos que gozan de atención médica; las pocas clínicas existentes carecen con frecuencia de atención profesional y medicamentos.
De acuerdo con los datos proporcionados por la jurisdicción sanitaria V (Pichucalco) -que incluye parte importante de la región tojolabal-, las diez principales causas de morbilidad durante 1991 fueron: infecciones respiratorias agudas, infecciones intestinales y las mal definidas, amibiasis, ascariasis, angina estreptocócica, tricomoniasis urogenital, dermatofitosis y dermatomicosis, hipertensión arterial, otras micosis y candidiasis urogenital.
Para 1986, los curanderos tojolabales del municipio Las Margaritas, junto con otros terapeutas de municipios vecinos de origen tzotzil y tzeltal, conformaron la OMIECH, Organización de Médicos Tradicionales del Estado de Chiapas A. C, la cual agrupa actualmente a más de 750 integrantes. Es importante resaltar que la OMIECH fue una de las primeras organizaciones de médicos indígenas en el país, y ha desarrollado proyectos comunitarios de capacitación, investigación, difusión y vinculación con otras agrupaciones e instituciones de salud.
Para la cultura de los tojolwinik ´otik, es significativo mantener un equilibrio entre las distintas fuerzas que habitan el universo, ya que el predominio de alguna de ellas puede acarrear catástrofes a nivel comunal, como sequías, inundaciones, epidemias y plagas y, en el plano individual, la pérdida de la salud y la desventura. Conciben el universo integrado por tres niveles: el cielo o Satkínal, habitado por K´ajwaltik Dios (nuestro señor Dios), Natik santa María (nuestra señora), y los dos astros que rigen la vida cotidiana, K´ak´u (Sol) y Ixaw (Luna); el Lumk´inal o espacio terrestre, dividido a su vez en tres capas, mar, tierra caliente y tierra fría, en donde residen los hombres, los "dioses" o santos y los aliados del pukuj; y el inframundo, donde radica el Pukuj o Niwan winik, el señor del inframundo, del bosque y sus habitantes. Para mantener el equilibrio de estas fuerzas, los tojolabales consideran necesaria la observancia de los rituales tradicionales -con una fuerte carga de elementos cristianos-, en los que rinden culto a sus deidades y a sus familiares muertos. Por otra parte, el individuo debe procurar y conservar su equilibrio personal en la entidad anímica sk´ujol, situada en el corazón, pues en ella residen el pensamiento, el espíritu, el carácter, la memoria, la confianza, la bondad, la felicidad, la tristeza, el genio, la fuerza del alma, el juicio y la voz interna (V. corazón).