También diabetes, betis (Mich) (1). Sinónimo(s): azúcar (Gro) (2) (Ver) (3), azúcar en la orina, azúcar en la sangre. Lengua Indígena: Totonaco (Pue) ixkgalhni (4). Maya chu´uhuk uix, orina dulce (5), ch´ujuk wix (6).
Padecimiento identificado por el deseo frecuente de orinar, cansancio, sed y hambre insaciables.
Por lo común su causalidad se asocia a una fuerte experiencia emocional: un susto (7 a 9) o una muina (1) (7 y 8). También se atribuye a ciertos desórdenes en la dieta, tales como un desequilibrio frío-calor debido a la naturaleza de los alimentos ingeridos (5) (10), o bien a comer en exceso, particularmente dulces. Esto último queda de manifiesto entre los mayas peninsulares, quienes señalan que a ciertas personas "no les caen" los alimentos azucarados, pues con el paso del tiempo éstos se acumulan en su cuerpo "en forma de suciedad que sale por la orina", enfermando así de chu´uhuk uix, "orina dulce". De aquí que los curanderos y ancianos de la región la diagnostiquen haciendo orinar al paciente cerca de un hormiguero y observando si las hormigas se concentran a su alrededor atraídas por el azúcar, conducta que, afirman, no ocurre con la orina de un individuo normal (5). Otra práctica muy difundida para identificar la enfermedad, consiste en recomendar al paciente que pruebe su orina para confirmar su dulzura (11).
Aparte de los síntomas habituales antes señalados, en ocasiones se reconocen ciertas complicaciones propias de la diabetes, tales como frecuentes infecciones (en particular de vías urinarias) (5) (11), heridas reacias a la cicatrización, retención de líquidos y coma diabético (11).
Se emplea una gran variedad de recursos herbolarios para combatir o controlar esta afección, en la mayoría de los casos preparados en forma de extractos acuosos (licuado, macerado infusión, té o cocción) administrados en ayunas (12). Destacan por su frecuencia de uso: nopal (Opuntia sp.), tronadora (Tecoma stans), guarumbo (Cecropia obtusifolia), elemuy (Guatteria gaumeri o Malmea depressa), cocoyol (Acrocomia mexicana), claudiosa (Capraria biflora), gobernadora (Larrea tridentata), ajo (Allium sativum), lágrimas de san Pedro (Coix lachryma-Jobi), tejocote (Crataegus mexicana) y prodigiosa (Brickellia sp.). Basta señalar que existen pruebas farmacológicas que han comprobado el efecto hipoglucemiante de las seis primeras plantas mencionadas (13 a 15).
Como se dijo, la medicina tradicional reconoce al susto y al coraje como las causas principales de la diabetes. La medicina académica acepta que atravesar por experiencias emocionales fuertes, puede desencadenar la enfermedad en individuos pre-diabéticos. Sin embargo, aún se desconoce cuál es el mecanismo o agente causal que daña al páncreas limitando su producción de insulina, sustancia que controla los niveles de azúcar en la sangre. Esta hiperglucemia supera la capacidad renal, por lo que el azúcar tiene que ser eliminado por la orina (glucosuria), que a su vez provoca un aumento en la diuresis (poliuria) y un desgaste hídrico y metabólico que se manifiesta por sed y hambre intensas (polidipsia y polifagia) (11).
(1) Sassoon Lombardo, Y., 1982a.(2) García Jiménez, S., 1984.(3) Gerónimo Mateos, J., 1979.(4) Salgado Herrera, A., 1985.(5) Mata Pinzón, S., et al., 1989.(6) Zavala Ramos, F., 1990.(7) Zolla, C., 1988.(8) Baytelman, B., 1986.(9) Signorini, I., 1982.(10) Palacios de Westendarp, P., 1986.(11) CamposNavarro, R., 1990.(12) IbáñezCamacho, R., 1978.(13) Pérez, R. M., et al., 1984.(14) IbáñezCamacho, R., et al., 1983.(15) Lozoya Meckes, M., et al., 1985.