Sinónimo: costumbre (Gro) (1) (Sin) (2). Lengua Indígena: Huave akoy omeaac, dolores en las entrañas; sakaaw, mi mes (3).
Denominación popular para designar a la menstruación.
Las expresiones comunes que aluden a la mujer menstruante son "anda enferma de su mes", "anda mala de allí", "tiene su luna", "anda reglando".
En el medio rural, la llegada de la menstruación es vista generalmente como un indicador de que la joven puede iniciar su vida sexual, es decir, que está preparada para la procreación. Por otro lado, la menstruación es considerada por algunos grupos indígenas como una enfermedad, un estado transitorio especial que requiere de aislamiento al igual que el puerperio, e incluso algo sucio y vergonzoso que la mujer debe ocultar. Por ejemplo, entre los huaves oaxaqueños, así como entre los nahuas poblanos de Santiago Yancuictlalpan y los de Tepoztlán, Morelos, una mujer que no sepa esconder su estado es mal vista y considerada una desvergonzada (3 al 5). Los kikapúes y pápagos aislan a la mujer en una habitación expresamente construida para el caso durante este periodo, allí se le provee de agua y alimentos, prohibiéndosele el contacto con hombres. Dicho aislamiento obedece a la creencia de que ese estado es peligroso: las casadas pueden debilitar al marido y "contaminar" los instrumentos de trabajo y enseres domésticos (6 y 7). Los kikapúes limitan con un círculo de ceniza dicho recinto, remarcando de tal modo la prohibición (6).
Una creencia popular muy difundida en todo el país, es la de estimar de calidad caliente a la mujer que atraviesa por este periodo, por lo que se le aconseja no exponerse a enfriamientos de ningún tipo, a fin de evitar complicaciones que puedan culminar en la esterilidad; sin embargo, también se cree que a su término la mujer queda fría, debido a la "pérdida" de sangre menstrual. Los huaves consideran dicha sangre "muerta" porque, como la Luna, cada mes debe desaparecer, morir; nada tiene que ver con la sangre que brota de las heridas y que corre por las arterias y venas. A la sangre menstrual la consideran como un expurgo que la mujer expele, sin más explicación. Creen que de mantenerse relaciones sexuales durante este periodo, dicha sangre puede causar enfermedades venéreas u otras afecciones genitales, debido a que suponen que algo de la sangre puede penetrar en el canal de la uretra y pudrirse adentro, provocando una inflamación (3). Esta creencia es compartida por los nahuas poblanos de Santiago Yancuictlalpan y los totonacos poblanos de Zapotitlán de Méndez (4). Sin embargo, otros ven a dicha sangre como el futuro alimento de un nuevo ser durante el embarazo (V. embarazo).
Popularmente se establece una relación entre el ciclo lunar y el menstrual, con sus particularidades, debido a la coincidencia entre la duración de ambos. La expresión usada en Santiago Yancuictlalpan, Puebla, "a la mujer la lleva la Luna", indica que la mujer tiene su ciclo menstrual cada veintiocho días, paralelo al lunar (4). Los otomíes creen que la aparición de la primera regla tiene origen lunar; la Luna representa un elemento fecundante masculino que puede convertirse en un hombre rico o un caballero de plata, por lo que las mujeres durante esos días deben evitar los lugares peligrosos, como fuentes y bosques, para no ser víctimas de ella (8). Entre los totonacos poblanos, existe un mito en el que explican por qué la Luna es responsable de enviar las reglas a las mujeres. "Cuenta el mito que durante su lucha contra el Sol, antes que éste ascendiera al cielo, la Luna se apoderaba de las flores que el Sol depositaba sobre su altar como ofrenda, y las arrojaba al suelo; esas flores son las reglas de las mujeres" (9:108). Para los totonacos de la costa, de acuerdo con Palerm, "los dioses han autorizado a la Luna después de su derrota a descender a la Tierra una vez al mes para ver a sus mujeres: es cuando éstas tienen sus reglas" (9:109).
Existe una serie de recomendaciones y restricciones en torno a la dieta y al trabajo cotidiano que la mujer debe seguir durante la regla para prevenir problemas futuros: evitar alimentos de calidad fría que pueden ocasionarle "enfriamiento de vientre", o provocar que "se le hiele la matriz" (4) o se detenga el flujo menstrual (5); rehuir también alimentos ácidos porque se le "descompone la sangre" (4) y le sale paño (4) (10); así como evitar alimentos como frijoles, lentejas y plátano porque "caen pesados" y aumentan la intensidad de los dolores menstruales. La mujer menstruante debe procurar reposo, o en su defecto, evitar trabajos que requieran de mucho esfuerzo, pues corre el riesgo de que aumente considerablemente el flujo menstrual. Otras recomendaciones son evitar impresiones o sustos que ocasionarían la interrupción del flujo menstrual con un consecuente enfriamiento del vientre (4) (V. frialdad en la matriz y esterilidad femenina).
Por otro lado, existen creencias en torno al daño que la mujer en este estado puede causar a terceros: no debe asistir a la siembra porque se seca la semilla (11), ni debe mirar o visitar enfermos porque puede ocasionarles la muerte (11). Se le cree portadora del mal aire y agente causal del mal de ojo.
(1) Coordinadora Estatal del INI, 1989.(2) Werner, D., 1976.(3) Signorini, I. et al., 1979.(4) Cuerno Clavel, L. et al., 1989.(5) Hermitte, E. HL, 1970b.(6) Fabila, A., 1945.(7) Underhill, R., 1975.(8) Galinier, J., 1979.(9) Ichon, A., 1973.(10) Guardein Estrada, E., 1989.(11) Córdoba Olivares, F., 1975.