Mollera

Causa de demanda de atención de la población de las comunidades guarijías, que afecta tanto a los adultos como a los niños. Se origina por caídas, golpes y movimientos bruscos, aunque en los adultos se produce generalmente por "cargar cosas pesadas en la cabeza", y por "caídas de caballos".

En los niños, el signo más evidente del padecimiento es el hundimiento de la fontanela anterior. En las personas mayores, la mollera no se sume; sin embargo, manifiestan los otros síntomas que acompañan a la enfermedad. En ambos casos, rara vez se "cae" la fontanela posterior, pero cuando esto ocurre la enfermedad se torna particularmente peligrosa, y su curación, más difícil. Los menores, sobre todo los lactantes, "no pueden tomar el pecho" o comer, porque tienen dificultad para deglutir; lo mismo ocurre con los adultos, los cuales sienten inflamado el paladar, presentan "como presión dentro de la cabeza, y se tarantan", esto es, sufren mareos. En ambos casos, la enfermedad cursa con calentura y diarrea de coloración verdosa.

El tratamiento comprende la aplicación de varios procedimientos terapéuticos, el más común de los cuales consiste en "jalar los cabellos mojados, muy despacio, para subir la mollera, la cual debe tronar", indican los terapeutas; la maniobra se debe realizar en las dos molleras. Enseguida, se procede a sobar al enfermo con ayuda de aceite o con polvo de raíz de coronilla; después, se mojan las molleras con raíz machacada y remojada de pakanawa, ya que "esto ayuda a levantar la mollera y a fijarla en su lugar". Ciertos curanderos acostumbran lavar la cabeza del enfermo con agua tibia de remolino (resina de torote), después de cada sobada. Otros "paladean" al paciente, es decir, con el dedo pulgar le dan masajes en el paladar inflamado, para así subirlo poco a poco.

Todos los tratamientos incluyen la administración de tes medicinales con el propósito de combatir la diarrea y la calentura. Para estos fines, se emplea la planta de nombre cola de alacrán, o la coronilla en cocimiento. Se debe ingerir en dosis de dos tazas diarias, durante tres días, si el enfermo es un hombre, o cuatro si es mujer.

La mollera es considerada un padecimiento grave, que requiere atención médica oportuna; de lo contrario, "la mollera se seca, el enfermo decae y muere si no se cura", comentan los informantes. Los terapeutas consultados refieren que reciben "pacientes casi a diario".