Se llama "seda" o "grano de tarántula" a una afección producida por la ponzoña de este animal, arácnido bastante frecuente en las zonas habitadas por los ixcatecos. La tarántula produce una ponzoña de color verde que acostumbra depositar en hoyos y que los lugareños llaman "seda". Si al pasar por estos hoyos, el pie u otra parte del cuerpo de un sujeto entra en contacto con la seda, aparece un grano en esa zona de la piel. El grano se reconoce con facilidad por las características tan peculiares que presenta: es grande, doloroso, corno "un tumor con siete hoyitos" por los que sale un líquido de color amarillento.
El tratamiento persigue la finalidad de hacer madurar el grano para poder así eliminar la seda de su interior. Con este propósito, se lava el área afectada con un cocimiento de árnica y se aplica a continuación un emplasto preparado con clavo, chile ancho, pimienta y comino. Al día siguiente, se retira la preparación -que ha "quedado de color negro por la seda", debido a que ha extraído parte de la ponzoña-, se coloca una nueva, se cubre con una telita untada con trementina y enseguida se fija mediante una venda; al tercer día se desprende la curación y "sale toda la seda verde de la tarántula". Si la telita presenta ese aspecto, es indicio de que la herida causada por el grano va a sanar. Se lava entonces la zona lesionada con té de epazote, se unta un poco de sebo "y al día siguiente ya está sana".
Si por algún motivo el enfermo no se aplica el tratamiento indicado, el grano se hace cada vez más grande, la herida se infecta, aparece calentura y los dolores aumentan y le impiden caminar, si la herida está ubicada en el pie. Por estas razones, los terapeutas recomiendan que el grano de tarántula sea curado inmediatamente después de advertirse la lesión.