Macachani

El nombre macachani -que recuerda el cachán de los pueblos nahuas- es empleado por los ixcatecos para designar un padecimiento propio de la mujer puérpera, causado por mantener relaciones sexuales prematuras durante la cuarentena. La afección es atribuida a la calidad "fresca" del semen del hombre que, por esta razón, altera el equilibrio frío-calor del vientre de la mujer, tan importante en este periodo.

La puérpera que ha contraído la afección presenta diarrea y se queja de dolor de estómago, se le cae el pelo y pierde el apetito, a consecuencia de lo cual se debilita rápidamente. Por cuestiones de pudor, generalmente se presenta con la terapeuta sólo cuando las molestias han deteriorado seriamente su estado, lo cual hace que el diagnóstico se establezca fácilmente ante la evidencia de los signos.

El macachani es tratado, generalmente, por las parteras-hierberas, quienes administran un preparado medicinal que la puérpera ingiere mientras recibe un baño de asiento en el temazcal. Para elaborar el medicamento, es necesario que el esposo salga al monte a buscar un cráneo de cachorrito de perro -de los muchos que suelen encontrarse esparcidos por el campo- secado a la interperie; el cráneo se tuesta en la lumbre, luego se muele y el polvo se mezcla con atole de nixtamal. Mientras se prepara la medicina, se calientan las piedras del temazcal y, una vez calientes, se les echa agua para producir el vapor; es entonces cuando la enferma se coloca en la entrada del recinto con las asentaderas hacia el interior, mirando hacia fuera, y bebe el medicamento, mientras recibe los vapores del baño. Según las terapeutas, a los pocos minutos la mujer empieza a expulsar "la maldad que tiene (el semen del hombre), como carne podrida de color verde y olor desagradable".

Como se mencionó anteriormente, la calidad fresca del semen del hombre altera el equilibrio frío-calor de la puérpera y provoca la producción de podredumbre en el interior del vientre de la mujer. Por esta razón, el macachani es considerado un padecimiento peligroso que, si no es atendido oportunamente, causa frecuentemente la muerte entre las recién paridas que cursan el periodo de la cuarentena. Su peligrosidad se incrementa en razón de que las mujeres tardan en demandar los servicios de la partera o del médico de la clínica, por la vergüenza que les provoca su estado y el reconocer haber mantenido, en contra de lo que prescribe la costumbre, relaciones sexuales durante el puerperio (V. cuarentena).