Al igual que en muchos otros grupos indígenas, entre los amuzgos la disentería constituye una causa de demanda de atención frecuente de los habitantes de las comunidades. Se trata de una afección gastrointestinal que puede afectar indistintamente a la población adulta o a la infantil. curanderos y parteras son los dos especialistas tradicionales encargados de atender el padecimiento. Los terapeutas refieren que los factores básicos para que se desarrolle el proceso que conduce a la aparición de a enfermedad son la calidad y las condiciones de preparación de los alimentos, así como la higiene de los lugares en donde se consumen. Así, la disentería se manifiesta "porque los niños comen cosas sucias y toman agua sucia y les ponen de comer en el suelo", señalan las parteras.
La enfermedad se manifiesta inicialmente con fuertes dolores de cintura y de barriga; el enfermo "siente ganas de cagar cada ratito y hace poquito", simplemente un poco de "diarrea con moco y sangre". Precisamente la aparición de sangre en las heces fecales es el signo más importante para establecer la naturaleza de la enfermedad. En la consulta, el terapeuta primero interroga al paciente para saber el tipo de alimentación que ha ingerido; enseguida lo acuesta y le palpa la barriga para constatar "si está aventado", esto es, si tiene muchos gases en el estómago. Por último, observa las evacuaciones del enfermo.
El tratamiento recomendado por los terapeutas consiste en la ingestión de un té elaborado con "hojas de disentería", que es una mezcla de hojas y cáscara de hierba capricho y rajas de canela preparadas en forma de té, el cual se administra en dosis de dos tazas al día durante tres días. El preparado tiene la finalidad de eliminar la disentería y el moco con sangre presente en las evacuaciones, así como quitar el dolor y la inflamación de la barriga.
La disentería es considerada una causa de demanda de atención que debe ser atendida rápidamente, debido a las complicaciones que puede provocar: "se le cae el cagalar al tiempo de cagar" y el paciente puede morir, refieren los informantes.
A manera de prevención, los terapeutas recomiendan cuidar la higiene tanto de los alimentos, como de los lugares en donde se preparan. El régimen alimenticio a seguir también es importante, así que recomiendan evitar una serie de alimentos que pueden causar el padecimiento: la carne de marrano, los frijoles y el café en exceso. Aconsejan, al contrario, la ingestión del té de hojas de naranja, considerado un buen recurso para prevenir la disentería. De igual manera, estiman conveniente implementar pláticas sobre higiene en la preparación y conservación de los alimentos, tarea que debería estar a cargo de las instituciones de salud presentes en la zona.