Biblioteca Digital de la Medicina Tradicional Mexicana
Universidad Nacional Autónoma de México
La Medicina Tradicional de los Pueblos Indígenas de México
Amuzgos.
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Descripción de demandas
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Descripción de demandas

Guual. Nagual

El nagual es un síndrome de filiación cultural de los habitantes de las comunidades amuzgas. Si bien se trata de un padecimiento poco frecuente, los terapeutas tradicionales que lo tratan lo reconocen como una posible causa de muerte en los pacientes que no son atendidos a tiempo o que reciben un tratamiento equivocado. Las causas del nagual son de origen sobrenatural y se deben a la presencia de "aires malignos" que residen en determinados lugares, los cuales pueden afectar a quienes pasan por allí (V. aire). Los niños que todavía no han recibido el sacramento del bautismo contraen la afección con más facilidad (V. bautizo); los adultos, en cambio, resultan particularmente vulnerables a la intromisión de los aires inmediatamente después de recibir un susto. Los terapeutas refieren que estos aires enferman a las personas al introducirse en su cuerpo.

El enfermo afectado presenta un fuerte dolor de cabeza, moretones en todo el cuerpo, calentura, vómito, diarrea y una sensación de frío intenso; además, se siente nervioso, tiene dificultad para conciliar el sueño y muestra "desesperación".

Después de conversar con el paciente y de observar su aspecto, el terapeuta confirma el diagnóstico mediante la práctica de "sacar de rastro con la canasta", procedimiento que permite al rezandero, especialista en el tratamiento del padecimiento, "ver todo lo que la persona siente". Durante el interrogatorio, el terapeuta trata de averiguar si el enfermo amaneció alguna vez "moreteado o le espantó una sombra negra sobre la cabeza".

El tratamiento comprende la ejecución de diversas prácticas curativas, todas ellas destinadas a desalojar el "aire maligno" que se ha introducido en el paciente. En ellas se utilizan "toda clase de hojas que se encuentran a las orillas de los arroyos, que no tengan ahuates (espinas)", plumas y pelos de animales. La terapia, que debe ser aplicada dos o tres veces al día por dos días, se lleva a cabo mientras el terapeuta recita diferentes oraciones.

Las diversas prácticas terapéuticas consisten principalmente en limpias, que los rezanderos realizan de la manera siguiente: muelen las hojas con las manos y las colocan en una cubeta con agua; enseguida acuestan al paciente, y mientras rezan oraciones de la Biblia le rocían todo el cuerpo con el agua de las plantas; al terminar le administran una jícara de la misma agua. Hecho esto "esperan un tiempo, y si ven que no mejora, ocupan las plumas y los pelos ensomándolo, y finalmente lo llevan a bañar al arroyo para que le quite el mal y se lleve el arroyo su enfermedad"; el término "ensomar" significa recitar salmos. Los terapeutas advierten que el tratamiento ha surtido el efecto esperado cuando el enfermo comienza a dormir bien y a comer con apetito; en caso contrario, "se pone más desesperado", señalan. Los informantes refieren el caso reciente de una señora que murió a causa de las complicaciones del nagual. Generalmente, la condición del enfermo se agrava cuando los síntomas del padecimiento comienzan a intensificarse, esto es, la calentura va en aumento, el paciente tiene continuamente los pies fríos, siente mareos, "todo el tiempo trae la boca abierta, no le da sueño y se siente muy cansado".

Una vez concluido el tratamiento, el tipo de recomendación que el paciente recibe depende de su sexo. Así, si se trata de un hombre, no debe salir de su casa durante tres días; además, hasta que no sane completamente debe comer caldo de gallina, y "no debe ir al monte y salir mucho al aire". Si el paciente es una mujer, se le aconseja no levantarse temprano y no lavar ropa por tres días. Finalmente, "no se debe dejar que los niños salgan a la calle ni que se mojen".