Biblioteca Digital de la Medicina Tradicional Mexicana
Universidad Nacional Autónoma de México
Diccionario Enciclopédico de la Medicina Tradicional Mexicana
Antiguas

Sinónimo(s): ídolos (Pue) (1). Lengua Indígena: Náhuatl teteyome de tetetome, dioses o te, piedra y teome, dioses (2). Totonaco (Pue) tawilana (1).

Objetos diversos de origen precolombino identificados por otomíes, nahuas, tepehuas y totonacos, con deidades a las que rinden culto.

El origen de estos ídolos lo refiere la leyenda diciendo que en un principio era la Luna, Tlazoltéotl, la que iluminaba el cielo y las antiguas trabajaban durante la noche; al llegar el Sol no soportaron su resplandor y huyeron a esconderse a las zonas arqueológicas donde se convirtieron en piedras.

Actualmente se ha reportado el culto a estos objetos en los grupos otomíes, tepehuas y nahuas de los municipios veracruzanos de Tezcatepec, Tlachichilco, Zontecomotlán, Ilamatlán, Benito Juárez, Ixhuatlán de Madero y Chicontepec (2).

Por lo general se trata de estatuillas de piedra o cerámica, o sus restos, además de fósiles y piedras preciosas o semipreciosas (1) (3).

Para los nahuas y totonacos poblanos son representativas de dueños diversos, como podrían ser los naguales o divinidades como el dios del fuego, del trueno o de la vegetación (1).

Con el paso del tiempo comenzaron a venerarse otros objetos de origen no precolombino, figuras de vírgenes católicas entre los totonacos en Jalpan, Puebla, y muñecos confeccionados con varas, papel y vestidos con ropas masculinas o femeninas entre los otomíes (1) (V. intermediario).

Las antiguas pasan a pertenecer a la persona que las descubre y a su familia, de generación en generación, pero pueden ser prestadas a otras personas que las necesiten o que quieran cuidar de ellas (3). Por lo general, las parteras y los curanderos tienen sus antiguas (1) (3), pero también hay poblados como Jalpan y Pápalo (3) que poseen antiguas propiedad de la comunidad. Sin embargo la apropiación de las antiguas por las autoridades y el saqueo de las zonas arqueológicas ocasiona que, cada vez con mayor frecuencia, las antiguas sean guardadas en las casa de las personas que las encuentran.

El cuidado de estos ídolos brinda confianza y protección para la población o persona que los posea; la pérdida y falta a su culto pueden provocar diversas calamidades como enfermedades, malogro de las cosechas, etcétera (1). También son invocadas por los curanderos para conocer la causa del padecimiento que sufre algún enfermo y así poder elegir el tratamiento adecuado (3).

Estas figuras son guardadas dentro de la casa o en algún lugar alejado cuando existen peligros, tal es el caso de la antigua que representa al dios del trueno, oculta dentro de una caverna, pues la casa sería fulminada si se le mantuviera en su interior. Los otomíes tienen la costumbre de colocarlas en el altar de la casa junto con muñecos de papel que representan el zaki o fuerza anímica de las antiguas, indispensable para poder entablar comunicación con ellas.

Son invocadas y visualizadas a través de sueños, o por medio de la ingestión de santa Rosa (?), y el diálogo con ellas se mantiene por lo general en términos amables (3).

"Las antiguas materializan a las divinidades y las hacen accesibles al culto", culto que se ha propagado a los grupos mestizos y subsiste a pesar de la Conquista y la práctica en contra de los ídolos del clero mexicano (1). Para el indígena, las antiguas son "las imágenes de sus dioses. En realidad son mucho más que eso: contienen el alma, el espíritu de sus dioses: son por tanto deidades en sí mismas y no simples intermediarias" (1).

La ceremonia con que se ofrenda a las antiguas entre los grupos totonacos, recibe el nombre de costumbre o costumbrita (1).

En la península de Yucatán, también se han reportado el uso y cuidado de las figuras prehispánicas, con la finalidad de asegurar buenas cosechas y evitar enfermedades (V. alux).

Índice de Autores

(1) Ichon, A., 1973.

(2) Medellín Z., A., 1989.

(3) Dow, J., 1986.

YG y MZ