Biblioteca Digital de la Medicina Tradicional Mexicana
Universidad Nacional Autónoma de México
Diccionario Enciclopédico de la Medicina Tradicional Mexicana
Costumbre

También el costumbre, la costumbre.

Es la ceremonia mágico-religiosa más importante realizada por los otomíes, tepehuas y nahuas de Hidalgo, Puebla y Veracruz. Tiene por finalidad pedir a las deidades que los protejan de enfermedades y elementos naturales, así como la resolución de los problemas que han sido causados por haberlas agraviado. También se emplea entre los indígenas de Chiapas; cuando se les pregunta por qué hacen tal o cual cosa, responden: "es el costumbre" (1).

El vocablo El costumbre es un sustituto de la palabra tradición, con esa voz quiere significar que mantienen la herencia de sus antepasados, notándose que el término abarca desde San Pablito hasta los municipios veracruzanos, concretamente hasta Naranjo Dulce, Municipio de Ixhuatlán de Madero, de manera que entre otomíes, totonacos, tepehuas y nahuas se mantiene el uso de la palabra que ilustra las clases de ceremonias realizadas por estos grupos (2:32).

Estas comunidades indígenas piensan que las enfermedades son causadas por la ofensa a alguno de los espíritus, y no se logra la curación hasta no llevar a cabo el ritual (V. costumbre para la fuente). También se celebra para prevenir diversas enfermedades (V. costumbre a Moctezuma, costumbre para la casa), así como para ofrendar a los espíritus de la tierra, de la lluvia, de la milpa, etcétera y lograr buenas cosechas (V. costumbre para la milpa).

Casi siempre son realizadas por el curandero o brujo de la comunidad; sin embargo, los tepehuas incluyen también una adivina y una o dos parteras; entre los otomíes de San Pablito, Puebla, la persona afectada es quien en ocasiones realiza el ritual (V. costumbre para la casa).

Cuando se trata de pedir por el bien del grupo, buenas cosechas o lluvias abundantes, participan todos los habitantes de la comunidad; cuando la finalidad perseguida es el logro del bienestar personal o la curación de algún enfermo, sólo asisten los afectados. Así para diferenciarlas, los tepehuas de Ixhuatlán de Madero, Veracruz, nombran a la primera "la costumbre" y a la segunda, "la costumbrita".

En la mayoría de los casos, la ceremonia se realiza en el lugar de residencia del espíritu que será ofrendado (V. costumbre para la fuente y costumbre al señor del monte).

Pueden ser actos simples o complejos, durar unas horas o extenderse varios días, llevándose a cabo en diferentes formas; en general se dice que son organizados de acuerdo con la finalidad perseguida y el estilo personal del curandero que lo realiza. Es el terapeuta el encargado de preparar el material que utiliza en la ceremonia (recortar figuras de papel, adornar el altar, etcétera).

Aun el ritual más sencillo contempla el recorte de figuras de papel, la construcción de un altar, ofrendas y el uso de copal, velas, flores, adornos de palma y cantos sagrados del terapeuta. En las costumbres más elaboradas, se agrega música de guitarra y violín, el sacrificio de animales, las procesiones y la visita a cuevas y montañas sagradas. En estas últimas, las figuras de papel colocadas sobre el altar (cama), son rociadas con sangre de gallina o guajolote.

En todos los ritos, sean éstos sencillos o elaborados, se utilizan grandes cantidades de aguardiente como ofrenda a los espíritus y bebida para los participantes. En algunas ceremonias se emplean figuras de madera que simbolizan a ciertas deidades (V. intermediario).

A pesar de que la forma de llevar a cabo los rituales difiere de uno a otro curandero, en las comunidades se parte de símbolos y mitos que son comunes a todos sus habitantes.

Según Sandstrom, en la costumbre se entremezclan actualmente elementos europeos (demonio), americanos (ofrenda a las semillas, espíritu del agua, la sirena) y africanos (aportes musicales) (1 a 11).

// En áreas rurales de Guerrero y Sinaloa, mensiruación(12 y 13) (V. regla)

Índice de Autores

(1) Campos-Navarro, R., 1983.

(2) Williams García, R., 1961c.

(3) Berlin, B. et al., 1973.

(4) Sandstrom, A. R., 1981.

(5) Dow, J., 1986.

(6) Galbis, R., 1974.

(7) Williams García, R., 1963.

(8) Ichon, A., 1973.

(9) Christensen, B., 1953.

(10) Torres, B., 1987.

(11) Christensen, B., 1942.

(12) Coordinadora Estatal del INI, 1989.

(13) Werner, D., 1976.

YG y MZ