(DF) (1) (Mor) (2) (Tab) (3). También cerrada de orín. Sinónimo(s): entapiadura (Chis) (4), mal de orín (Mor) (5) (SLP) (6) (Tab) (7), retención de orina (Mor) (5), tapado de orín (DF) (1), tapiadura (Tab) (3). Lengua Indígena: Maya k´al uix, atrancamiento o retención de orina (8). Pame niptajo´o dapmiét, no puede orinar (6).
Expresión popular genérica, inclusiva de todos aquellos padecimientos de vías urinarias que manifiestan la dificultad para orinar como trastorno común.
Se atribuye a un desequilibrio corporal frío-calor, con las siguientes variantes: ingerir alimentos o bebidas frías cuando el cuerpo está caliente (6) (8), tomar líquidos fríos después de haber bebido uno caliente (9) o la ingestión de alimentos de calidad caliente después del trabajo (1). Los mayas de Quintana Roo creen que la causa está asociada a una acumulación de "suciedad que va guardando el cuerpo y que sale a través de la orina en forma de piedra", reacción que se manifiesta al estar acalorado e ingerir bebidas o alimentos frescos, como la piña y la jícara (8). Los chontales de Tamulté de la Sabana, Tabasco, dicen que los hombres son más susceptibles a padecer este mal (8); asimismo, los nahuas de Santa Ana Tlacotenco, Distrito Federal, reiteran que los varones son más propensos a padecerlo, y atribuyen su origen al arco iris hembra, entidad sobrenatural que persigue al hombre y le "cierra los orines" como expresión de burla o castigo (1).
La dificultad para orinar es el síntoma constante, referido bajo expresiones tales como: "cuando se sienten ganas de orinar y sigue la misma gana y va orinando chorrito a chorrito" (5) o "cuando se sienten ganas de orinar a cada rato, salen gotitas y duele mucho"(6). Las manifestaciones de dolor y ardor son comunes; sin embargo, existen variantes en la sintomatología reportada que sugieren padecimientos diferentes. En comunidades nahuas del Distrito Federal se alude a un abultamiento y dolor abdominal, micción escasa con ardor, de color café o negra, o con sangre, y ocasionalmente estados febriles (1) (V. vulgarcillo). En comunidades chontales de Tabasco y nahuas del Distrito Federal, se reporta un fuerte ardor en la "uretra del pene", con una marcada dificultad para orinar (1) (3). Para los mayas de Quintana Roo, la micción se presenta con dolor y dificultad: dicen que "se ve aventozada", a veces con sangre y/o arenillas o piedras (8) (V. k´al uix).
En su mayoría los tratamientos son herbolarios, en forma de infusiones o macerados acuosos, preparados con una o varias plantas, administrados como agua de tiempo y dirigidos fundamentalmente a hacer orinar al enfermo. Por su frecuencia de uso destacan las siguientes: pelos o cabellos de elote (estilos de Zea mays), diente de león (Taraxacum officinale), cola de caballo o carricillo (Equisetum spp.), flor de Jamaica (Hibiscus sabdariffa), tamarindo (Tamarindus indica), saúco (Sambucus mexicana), llantén (Plantago major), cuajilote o pepino kat (Parmentiera edulis) y agua de coco (Cocos nucifera). En comunidades mayas de Quintana Roo se administra una infusión de raíz de elemuy (Malmea depressa o Guatteria gaumeri) para "sacar la suciedad acumulada en el cuerpo" en forma de arenilla o piedras (8) (V. mal de piedra); los mayas de la península y los nahuas del Distrito Federal recomiendan tomar un cocimiento de patas de grillo hasta que el "orín se abre" (1) (10). Es una práctica común proporcionar al enfermo baños de asiento con agua tibia para estimular la micción y calmar el dolor (4), o bien baños de vapor, pero no de temazcal por ser demasiado calientes (1); también se suelen aplicar lienzos con infusiones o macerados alcohólicos sobre el abdomen (3). Con frecuencia, se procura dar al enfermo una dieta libre de alimentos condimentados, picantes, irritantes y grasos, prefiriendo la ingestión de frutas, en especial cítricos; sin embargo, los nahuas de Milpa Alta, Distrito Federal, consumen grasas "para que afloje el orín, ya que dicha sustancia recorre todas las venas" (1).
La sintomatología reportada para estos padecimientos podría ser reinterpretada en la medicina académica como diferentes manifestaciones de disuria. Ésta se puede presentar en cualquier enfermedad infecciosa, en particular de vejiga o uretra, así como en estados de intoxicación agudos; por lesión o parálisis de la vejiga, o bien por obstrucción de la uretra debida a la presencia de cálculos, estrechez, lesión por traumatismo, tumores o inflamación de la próstata. Una de las causas más frecuentes en hombres jóvenes es la prostatitis, a menudo de origen blenorrágico; mientras que en hombres de edad mediana es común una estrechez uretral, y en hombres de edad avanzada, la hipertrofia o adenoma de la próstata (11). Sin embargo, no se debe descartar la posibilidad de una anuria verdadera, o bien una obstrucción del uréter. Es importante notar que la mayoría de las plantas antes mencionadas, cuya administración favorece la diuresis, han sido validadas experimentalmente como diuréticos suaves o de acción intermedia (12 y 13), y en el caso del cuajilote y el llantén, se ha comprobado una actividad antimicrobiana (13 y 14).
(1) Palacios de Westendarp, P., 1986.(2) Magdaleno Mora, R., 1987.(3) Pérez Salvador, A., 1987.(4) Moscoso Pastrana, P., 1981.(5) Baytelman, B., 1986.(6) CheminBässler, H., 1976.(7) Garcés Medina, A. R., 1987.(8) Mata Pinzón, S. et al., 1989.(9) Álvarez Heydenreich, L. 1976.(10) Mata Pinzón, S., 198788.(11) Hammerly, M. A., 1978.(12) Cáceres A. et al., 1987.(13) Pérez Gutiérrez, R. M. et al., 1985.(14) Domínguez X. et al., 1985.