(Oax, Pue y Ver) (1 y 2) (Ver) (1) (3).
Expresión utilizada para referirse al empacho que presenta una mayor intensidad en su sintomatología, y que pone en peligro la vida del enfermo (V. empacho seco, empacho aguado y enlechado).
Existe la creencia de que determinados alimentos y sustancias no alimenticias son capaces de originar este cuadro. Así, en Oaxaca, Puebla y Veracruz se considera que el chicle es, entre otras, una de las sustancias que más daño puede ocasionar al niño que lo ha tragado (1); en Jalapa, Veracruz, se reporta que "recargar" al estómago con exceso de alimentos, puede ser también una de las causas del empacho fuerte (3).
Para su curación, generalmente se recurre a un especialista que combina diversos procedimientos. En Nahuzontla, Puebla, se prepara una purga con el cocimiento de hojas de malva (Malva parviflora) y de malvón (Pelargonium inquinans), y se le agrega aceite de comer para que su acción sea más rápida. Una vez que la purga hace su efecto, se administra en ayunas miel virgen, con la intención de "sanar" el lugar del estómago en el que permaneció "pegada" la sustancia; después se soba la "pancita" y se procede a tronar el empacho. Por último, se repite la sobada durante tres días, utilizando manteca, carbonato o tequezquite, hojas de higuerilla (Ricinus communis) y aceite de oliva. Paralelamente a los procedimientos descritos, se administra en ayunas un té de manzanilla (Matricaria recutita) o hierbabuena (Mentha piperita) (2).
(1) Zolla, C. et al., 1988.(2) Zolla, C. et al., 1989.(3) Lagarriga Attias, I., 1977.