En la medicina tradicional chinanteca se designa popularmente con el nombre de mi gua ("grano duro", según los terapeutas), a un padecimiento que se manifiesta mediante la aparición de erupciones cutáneas. Se trata de una afección atendida por el dsa jmo j´dsa -expresión traducida como "el que cura"-, también conocido como dsa ku´et o "el que conoce las hierbas".
La causalidad del padecimiento es atribuida a una persona "de tona malo", esto es, a un sujeto que tiene un alter ego ("animal compañero") de características maléficas -como suelen ser los tonas de los brujos-. El individuo que posee un tona malo tiene la capacidad de provocar daño a los que lo rodean valiéndose de diversas artimañas; así, por ejemplo, aprovecha los momentos propicios en que se reúne mucha gente para burlar la vigilancia de los "guardarrayas" -personas que han nacido con un "don" que las hace invisibles-, "y pasar veneno debajo de las alas de una gallina, o en alguna otra cosa. Si esto sucede, muere mucha gente, gallinas, puercos y hasta los caballos", refieren los informantes, quienes además comentan que los únicos que "pueden ver a los guardarrayas son los que tienen un tona bueno"; estos últimos, generalmente, son personas "güeras o pelirrojas". La fiesta del Santuario, en el mes de mayo, es uno de esos momentos en que aumenta el peligro de ser afectado por la maldad de algún poseedor de tona malo.
Una vez que el veneno pasa, el daño empieza a manifestarse en el sujeto afectado mediante comezón y ardor en la piel de alguna zona del cuerpo, la cual se torna "roja y caliente" en cuanto el enfermo comienza a rascarse; enseguida aparecen erupciones que van acompañadas de temperatura alta, inflamación y mucho dolor. El diagnóstico se establece por observación de las características de las lesiones cutáneas, así como mediante un interrogatorio al paciente, en donde el terapeuta intenta asociar el origen de la enfermedad a la participación del enfermo en alguna fiesta del grupo, como "la fiesta del Santuario".
Para tratar el grano duro, el terapeuta "caldea al enfermo", esto es, aplica sobre los granos una "masita" calentada en el comal, la cual se elabora con una mezcla de hojas secas y molidas de las plantas jiote y bejuco; al polvo resultante se le agrega un poco de agua para formar un preparado de consistencia pastosa, que se calienta antes de aplicarse en todas las zonas de la piel comprometidas por la enfermedad. En el curso del tratamiento, el enfermo debe evitar el consumo de carne de cerdo y chile; se le recomienda además no exponerse al sol, ya que de lo contrario "los granos maduran, se revientan y empiezan a llorar".
Como en otros grupos indígenas de México, entre los chinantecos se considera que el enfermo que padece grano duro, u otras afecciones de la piel, no debe acercarse a un cadáver ya que, si lo hace, su mal se agrava (V. cáncer de muerto). Esta creencia se fundamenta en la idea según la cual los cadáveres expulsan "malos aires", que pueden ingresar al cuerpo de un sujeto a través de los granos o lesiones cutáneas. Si el enfermo se encuentra en la necesidad de tener que asistir a un velorio -por la muerte de algún familiar, por ejemplo-, puede protegerse si se frota todo el cuerpo y la nuca con una preparación que se elabora dejando macerar hierbabuena en alcohol. Aun así, los terapeutas consideran prudente que el enfermo no se acerque mucho al finado.
Según los curanderos chinantecos, los guardarrayas son los únicos que pueden impedir que la enfermedad llegue a dañar a las personas, porque son ellos "quienes se dan cuenta y no dejan pasar el mal", afirman los curanderos. Este padecimiento puede afectar a cualquier sujeto "durante la fiesta del Santuario, pero también puede suceder que no pase nada".