Con el nombre de anginas la población chocholteca designa una afección cuya principal característica es la inflamación de las amígdalas. Es una enfermedad que afecta principalmente a la población infantil y que se produce por el contacto brusco con un ambiente frío, fenómeno que tiene lugar, sobre todo, durante los meses de invierno, cuando el aire fuera de las viviendas se torna particularmente helado; las personas que se mojan la ropa y permanecen con ella por largos periodos de tiempo contraen la enfermedad con más frecuencia que otras. Cuando las amígdalas se inflaman "se cierra la garganta", el enfermo tiene dolor de cabeza y, por lo general, también sufre calentura.
Los terapeutas del grupo reconocen la afección por la particularidad de los síntomas y por la revisión del paciente, examen que se centra en la palpación de la región del cuello correspondiente a las anginas, en donde es posible detectar dos nódulos endurecidos y dolorosos.
Los tratamientos destinados a curar las anginas tienen el propósito de lograr desinflamarlas a la brevedad posible, finalidad que se consigue aplicando varios procedimientos. Así, los terapeutas primero "tallan los tentones", esto es, soban ciertos músculos de los brazos en donde se forman concreciones pequeñas y duras, para así disolverlas; el masaje inicia desde la muñeca hasta concluir en las amígdalas mismas. Al mismo tiempo el enfermo debe comenzar a tomar un té, endulzado con miel virgen, que se prepara con una planta llamada limpia-plata, y con el cual también debe hacer gárgaras. Si las anginas se encuentran muy hinchadas, los curanderos proceden a aplicar emplastos de miltomate o de árnica, en la región dolorida del cuello; con esta última planta se pueden hacer los gargarismos en caso de no encontrar limpiaplata. El té medicinal se administra tres veces al día, y la terapia completa se debe hacer una vez al día, de preferencia por la tarde, durante tres o cuatro días.