Sarampión

Enfermedad contagiosa, que afecta principalmente a los niños, y que se da con cierta frecuencia en las comunidades pimas, especialmente en época de calor. Los informantes afirman que "hace muchos años se moría mucha gente por el sarampión; llegaba a una casa y allí prendía, y luego se pasaba a otra casa; se morían familias completas... por fin la detuvieron con una inyección", es decir, con la vacuna. En la actualidad, tanto la frecuencia como la mortalidad por esta enfermedad han disminuido debido a las campañas de vacunación.

Según la concepción de los terapeutas pimas, el sarampión es una enfermedad de calidad caliente que se produce por "hervor de la sangre". Los granos de color rojo que aparecen en la piel del enfermo serían, de acuerdo con este concepto, consecuencia del acto de "hervir" del líquido vital.

En un principio, la afección se manifiesta con elevada temperatura y, posteriormente, aparecen los granos. Los terapeutas consideran que durante el lapso en que éstos están latentes, la enfermedad es particularmente peligrosa, ya que puede brotar hacia adentro y producir la muerte del paciente. Según los informantes, "el sarampión primeramente se da dentro del cuerpo y debe brotar pa´fuera y no pa´dentro; si no, se muere la persona".

Los tratamientos propuestos tienen la finalidad de conseguir que "el calor y los granos broten y salgan para afuera" lo antes posible. Esto se logra utilizando en las terapias medicamentos de calidad fría con el propósito de "sacar el calor", y elementos curativos para hacer que los granos aparezcan sobre la piel a la brevedad posible. Para conseguir esto último, los terapeutas pimas utilizan recursos medicinales que funcionan mediante mecanismos de eficacia simbólica. Así, es común en los tratamientos el empleo de minerales de color rojo, o de vegetales que al ser remojados en agua, hacen que ésta se ponga también roja. El medicamento rojo tendría la capacidad de hacer brotar los granos de ese mismo color.

En los tratamientos, que deben iniciarse "a la primera calentura", se utilizan recursos vegetales, animales y simbólicos. Algunos medicamentos son administrados por vía oral; en cambio, otros son aplicados directamente sobre la piel. En ciertos casos se emplean medicamentos de patente. Entre los medicamentos ingeridos encontramos: nata de leche de chiva; el cocimiento, frío, preparado con la carne seca de cacharon -"lagartijo roñoso y prieto"-; la mezcla de piedra colorada y agua; la cáscara interna y seca del ocotillo -"palo de tierra caliente"-, raspada y remojada en agua, la cual adquiere un color rojo; cinco o seis bolitas de excremento -"cagarruta"- de liebre o chivo, amarradas en un trapo limpio y cocidas en un vaso de agua; agua de piedra zapa -"piedra de color rojo, a veces blanda y otras veces dura"-, la cual se desmorona, se echa en agua helada y se deja asentar; el cocimiento de la raíz de la planta de nombre juananpili, sola o combinada con la hierba de güirote; el cocimiento de la raíz de escorsionera. Según la mayoría de los informantes, estos medicamentos "refrescan la panza y todo el cuerpo, no dejando que la enfermedad haga sus efectos adentro". Generalmente, estos preparados hacen brotar la erupción entre el primer y segundo día. Estos medicamentos se dejan de administrar una vez que aparecen los granos, y se procede a aplicar sobre ellos una mezcla de Pomada de la campana con azufre, o la cáscara seca de ocotillo, molida y mezclada con "untosinsal", para secarlos.

Se recomienda que durante el tratamiento el paciente se abstenga de comer carne; su alimentación debe ser a base de "tortillas y atole sin sal". Es muy importante que el enfermo evite exponerse al viento, porque de lo contrario "el sarampión se mete para adentro" y puede ocasionarle la muerte. Algunos terapeutas recomiendan que una vez que el paciente beba el preparado, se quite la ropa y se le acueste en un cuarto fresco donde no le dé el sol, "para que se le salga el calor del cuerpo" (V. escarlatina).

El sarampión es una afección que puede complicarse en caso de que el enfermo no sea atendido a tiempo, ya que el mal "se queda adentro, allí brota y esto es grave"; puede causar "diarrea, calenturas muy altas y pulmonía, muchas veces mortales".