Biblioteca Digital de la Medicina Tradicional Mexicana
Universidad Nacional Autónoma de México
Atlas de las Plantas de la Medicina Tradicional Mexicana
Coco
Cocos nucifera L. — Palmae


La imagen fué proporcionada por:
Soledad Mata

Sinonimia popular.

Cocotero, marón, palma, palma cocotero, palma de oco. Distrito Federal: coyolli; Morelos: coco-coyolli; Oaxaca: tzon te x a t oan; San Luis Potosí: lab map, paktda map (tenek).

Botánica y ecología.

El cocotero es una palma alta y sin ramas, con el tronco grueso y recto. Las hojas están en la parte de arriba de la palma y miden de 3 a 4m de largo, formando penachos. Las flores están sobre un eje principal que es carnoso. Los frutos son grandes y regularmente no se abren, con una capa externa de textura similar al cuero que es resistente pero flexible, después, una capa fibrosa y por último, una leñosa que encierra a la semilla que es voluminosa.

La palma del coco es originaria de la región tropical y habita en climas cálido y semicálido desde el nivel del mar hasta los 700m. Planta ampliamente cultivada, constituye en sí un tipo de vegetación característico de las planicies costeras.

Etnobotánica y antropología.

En el Distrito Federal, Guerrero, Hidalgo, Michoacán, Morelos, Oaxaca, Quintana Roo y Tabasco, es importante el uso del fruto como antiparasitario contra Ascaris lumbricoides (V. lombrices), solitaria, amibas y en casos de disentería. En Michoacán y Quintana Roo se bebe en ayunas el agua del fruto, serenada una noche, durante cinco o nueve días. En Atoyac de Alvarez, Guerrero, se consume el coco zocato asado, o se bebe el jugo de la carnosidad del fruto, dos o tres veces. En el Distrito Federal, se come en ayunas la carnosidad del fruto y se ingiere el agua durante varios días. Además, en Michoacán, se toma en ayunas y antes de acostarse, el té elaborado con la estopa del coco, para curar el "empacho" de comida, para cortar el "cuajo" del niño agitado por comer cosas ácidas, como purgante y durante la dentición. Incluso, se le emplea en la diarrea. Se recomienda también en el tratamiento de la "caída de mollera".

Por otra parte, tiene aplicaciones en ginecología: como anticonceptivo, se bebe el cocimiento elaborado con el mesocarpio, mezclado con pata de vaca (Bauhinia americana) y raspasombrero (P. arborea). Para tratar la esterilidad femenina se consume crudo con las mismas plantas. Cuando hay hemorragia y flujo vaginal, se hacen lavados con el cocimiento del fruto, con frijolillo (Senna occidentalis) y una moneda de cobre. Igualmente se ocupa en trastornos menstruales y algunas afecciones dérmicas, como calvicie, chancros, "granos de antojo" e irritaciones de la piel. En Guerrero se menciona de manera general, para tratar las "enfermedades calientes" (V. frío-calor).

Historia.

En el siglo XVI Francisco Hernández relata "aprovecha admirablemente a los tísicos, eficaz para los enfermos de los riñones que arrojan los cálculos, pero hace daño a los que padecen obstrucciones, principalmente si son del bazo o hidropesía. Alivia el catarro, fortalece el estómago, el cerebro y ayuda a la digestión". Agrega, "es eficaz para contener las diarreas, curar la indigestión y tonificar el estomago. Alivia la parálisis, fortalece los nervios, calma los dolores, principalmente los que provienen de causa fría, alivia admirablemente las heridas pues detiene la sangre, limpia y evita el pus, mitiga el dolor y produce al fin la cicatrización". Por último añade, "suaviza el pecho y lo limpia, quita las fiebres, templa el calor, bueno para curar y lavar los ojos, corrige la sangre, purga el estómago, limpia las vías urinarias, cura los ojos inflamados y consume las excrecencias carnosas que hay en ellos y es admirable contra las fiebres biliosas".

Vicente Cervantes, a finales del siglo XVIII, repite parte de la información proporcionada por Hernández y agrega "es humectante, calefaciente y pectoral. Además, mata las lombrices de los niños".

En el siglo XX Alfonso Herrera la menciona sin indicar sus usos medicinales. Mientras Maximino Martínez la consigna como "antiparasitario, diurética, hemorroides, engendra humores buenos, pectoral y aumenta la secreción espermática". Posteriormente Narciso Souza escribe: "el agua de sus frutos tiene propiedades diuréticas y su carne es empleada para expulsar parásitos intestinales". Finalmente la Sociedad Farmacéutica de México la cita como "emoliente, hemostática y sedante".

Química.

La semilla de C. nucifera contiene un aceite fijo en el que se han detectado los triterpenos alfa y beta-amirina, cicloartenol, 24-metilen-cicloartenol y escualeno; y los esteroles campesterol, estigmasterol y beta sitosterol. En el endospermo del fruto se han identificado los alcaloides 2-3-5-6-tetrmetil-pirazina y 2-3-5-trimetil-pirazina y las lactonas delta-dodecalactona y delta-octalactona. En la savia se han encontrado los sesquiterpenos ácidos dihidro-faseico e hidroxi-faseico. Y en la leche de coco, el alcaloide 2-(3-metil-but-2-enil-amino)-purín-6-ona.

Farmacología.

El jugo del fruto presenta acciones, hiperglicémica, hipotensora, estimulante de la agregación de plaquetas y de la diuresis, así como actividad pirética, efecto arritmogénico y efecto bifásico en la presión sanguínea; probada en perros por vía intravenosa.

Se observó también una actividad diurética en perros con una infusión del jugo de frutos secos, por vía intravenosa, así como también con un extracto etanólico-acuoso de hojas, que se evaluó en ratas machos, por vía intraperitoneal.

Otras actividades que han dado resultados positivos son la actividad hipoglicémica de un extracto acuoso de la cáscara del fruto, evaluada en perros por vía intragástrica; espasmogénica en cobayos, con un extracto etanólico; estrogénica, con aceite de las semillas, evaluada en ratones por vía oral, e hipercolesterolémica, también con aceite de las semillas, evaluado tanto en perros por vía intragástrica, como en adultos humanos tratados por vía oral.

En cambio, se han estudiado y han dado resultados negativos: la actividad antianquilostomiasis en adultos humanos que ingirieron el fruto, observado en un ensayo clínico con 22 pacientes; las actividades analgésica, anticonvulsivante, antiespasmódica y antiinflamatoria con un extracto etanólico-acuoso; y también las actividades espermicida en humanos y activadora de los virus Epstein-Barr, ambas estudiadas con aceite obtenido de las semillas.

Toxicidad.

Las dosis tóxicas mínimas en ratón de los extractos acuoso y etanólico de hojas y tallos fueron de 0.1ml/animal para el primero y de 1ml/animal para el segundo, cuando se administraron por vía intraperitoneal.

También se observó un efecto sensibilizador de la piel de cobayos y adultos humanos, tratados por la vía subcutánea con el jugo de los frutos.

El jugo de los frutos presentó actividades hemotóxica y nefrotóxica al ser evaluado en perros por vía intravenosa, a la dosis de 5ml/min (infusión total administrada 300ml).

Se ha reportado que el agua del fruto maduro puede ser irritante, no así la del fruto verde. El agua del fruto seco administrado a animales de experimentación por vía intravenosa, puede provocar taquicardias.

Comentarios.

Cocos nucifera, es una planta introducida de uso antiguo en nuestro país de la cual experimentalmente se han demostrado los efectos hipotensor, diurético, hiperglicémico e hipoglicémico de diferentes partes de la planta, además de las acciones analgésica, antiinflamatoria, entre otras, que validan algunos usos del pasado.

Herbarios.

CIB, CIESASO, CIQRO, CSAT, EBUM, HUAT, MEXU, UAG, UAS, UJAT.

Literatura.

Botánica. Alarcón F. 1980; Álvarez J. 1986;Calatayud A. 1990; Espinosa G. J. 1985; González R. 1984; Gutiérrez M.A. 1989; Herrera N. 1986; López R. e Hinojosa A. 1988; Ortíz G. 1990; Pulido M. T. 1989; Ruíz T. 1986; Serralta L. 1993; Tapia F. 1985; Zimbrón G. y Feingald M. 1988.

Ecología. Centro de Investigaciones de Quintana Roo, 1991; Espinosa A. 1985; García S. 1984; Herrera N. 1986; Index Kewensis; Ramírez L. 1988; Ruíz T. 1986.

Etnobotánica. Alarcón F. 1980; Álvarez J. 1986; Calatayud A. 1990; Espinoza J. 1985; García S. 1984; González R. 1984; Gutiérrez M. A. 1989; Herrera N. 1986; López R. e Hinojosa A. 1988; Ortíz G. 1990; Pulido T. s/a; Ramírez C. 1988; Ruiz T. 1986; Serralta L. s/f; Tapia F. 1985; Zimbrón A. y Feingold M. 1988.

Antropología. Zolla, C. 1988.

Historia. Cervantes, V. 1889 (1790); Hernández, F. 1959 (1548-1582); Herrera, A. 1921; Martínez, M. 1969 (1934); Sociedad Farmacéutica de México. 1952; Souza, N. 1942.

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