Mordedura de víbora

La mordedura de víbora es un accidente poco frecuente ya que -según los terapeutas- estos animales sólo atacan si son molestados.

Los síntomas que produce la inyección del veneno, a través de la mordedura, son: inflamación de la parte dañada, sensación de hormigueo -atribuido a la calidad fría del tóxico-, nerviosismo y dolor intenso.

De acuerdo con un terapeuta, para contrarrestar el veneno es conveniente administrar de inmediato al accidentado "bálsamo de la familia". De no ser posible, hay que conseguir en el monte un bejuco de hojas redondas y sabor amargo, llamado curarená extranjera. De la raíz del vegetal se toma un trozo de 15 cm se hierve en 1/4 litro de agua y se cuela; si el paciente es un adulto, se agrega una copita de aguardiente a la decocción; la toma debe hacerse de una a dos veces, "según tenga dolor". Además, se recomienda al paciente no comer cosas grasosas ni frías.

Cuando es un caballo el que sufre la mordedura, se le da a tomar una dosis mayor de "bálsamo de la familia", al que se agrega manzanilla; después se aplica al animal una sangría en el sitio mordido, con el propósito de extraer el veneno.