Biblioteca Digital de la Medicina Tradicional Mexicana
Universidad Nacional Autónoma de México
Atlas de las Plantas de la Medicina Tradicional Mexicana
Tamarindo
Tamarindus indica L. — Leguminosae


La imagen fué proporcionada por:
Miguel A. Marmolejo

Sinonimia popular.

Dátil de la India, palo de tamarindo; Oaxaca: tamarín, tzon terinto (amuzgo); Quintana Roo: pahch´ukuk. (maya); Yucatán: paj ch´ujuk.

Botánica y ecología.

Árbol de hasta 15m de altura con muchas ramas, de corteza café y áspera. Tiene las hojas plumosas; con flores que están agrupadas, de color amarillo con manchas rojas y llamativas. Los frutos son vainas cafés que contienen semillas rojizas envueltas en una pulpa ácida y dulce.

Originario de Asia tropical, probablemente de la India y sureste de Asia, y África tropical; habita en climas cálido y semicálido desde los 8 hasta los 1554msnm. Es cultivado en huertos familiares, solares, y terrenos para su cultivo, siendo ornamental en zonas urbanas; asociado a bosques tropicales caducifolio, subcaducifolio y perennifolio.

Etnobotánica y antropología.

El tamarindo es un fruto muy apreciado desde el punto de vista comestible, y también poseedor de cualidades medicinales para aliviar diversas enfermedades, principalmente para bajar la calentura o fiebre, en estados como Oaxaca y Veracruz. Se pueden ingerir los tamarindos tiernos y molidos o las hojas junto con las de cacahuananche (Madre cacao) y las de paraíso (spp. n/r), se le agregan dos huevos crudos con mezcal y poquita agua, con esto se frota todo el cuerpo del enfermo; o sólo las hojas del tamarindo con mezcal, usadas del igual manera o en cocimiento para dar baños. Se recomienda preparar agua fresca con la raíz y las hojas jóvenes que se machucan añadiéndole jamaica y tamarindos maduros sin cáscara (pulpa y semilla), ésta se endulza y se deja reposar en una olla de barro, de la cual se toma una jícara mediana en ayunas.

En casos de diabetes, se emplea la pulpa disuelta en agua sin azúcar, durante el día o la semilla sancochada, en infusión o macerada en fresco. La vaina verde o seca, molida y colada, se emplea como agua de uso.

Cuando hay vómito o diarrea, es útil el cocimiento de las semillas ingerido varias veces al día hasta que se corte, o el de los cogollos junto con los de hierbabuena (Mentha piperita),arrayán (Psidium sartorianum), guayaba (Psidium guajava) más su tallo, los de granada (Punica granatum) con su corteza, chichitas de lima corriente (Citrus limetta), raíz de orégano (Origanum vulgare) y una palmillita de apio (Apium graveolens). Se administra como té 3 ó 4 veces al día.

En mordeduras de serpiente se aplica la corteza hecha polvo. La hoja molida con aceite de marrano o simplemente la hoja administrada localmente sana las quemaduras.

Otros padecimientos en los que se emplea son disentería, dolor de estómago, espinilla o espinillo, estreñimiento, sarampión, úlceras estomacales o intestinales, y contra áscaris (V. lombrices). Se reporta útil como diurético y laxante.

Historia.

En el siglo XVI, en la obra de Francisco Hernández se relata: es de temperamento frío y seco; cuece la bilis, corta la pituita, mitiga el calor y purga los humores dichos. Dan a comer algunos a los enfermos las vainas verdes, despojadas solo de su corteza y con azúcar, para cocer los humores, principalmente los biliosos y prepararlos para su evacuación; el agua o liquido en que las mismas han sido exprimidas después de remojarse por algún tiempo, purgan el humor bilioso y adelgazan los humores crasos y otros, en fin, toman esta agua mezclada con el llamado aceite de nuez de indias para evacuarlos mas suave y seguramente. Por último hacen también las veces de vinagre, sobre todo ya maduras y las hojas machacadas se aplican a las ericipelas con gran provecho.

Gregorio López, en el siglo XVII indica: los frutos son útiles a grandes fiebres, hervidos purgan el cólera y humores adustos. Son contra frenesís, melancolía y flema salada.

A finales del siglo XVIII, Vicente Cervantes refiere: se usa en las fiebres inflamatorias y pútridas, en la diarrea biliosa, disentería epidérmica, histérica y otras enfermedades.

La Sociedad Mexicana de Historia Natural, en el siglo XIX la señala como: catártico.

En el siglo XX, Maximino Martínez la consigna como: antipirético y catártico. Narciso Souza comenta: la pulpa de su fruto es usada como laxante. Luis Cabrera, la reporta como: antidisentérico, antiparasitario y catártico. Finalmente, la Sociedad Farmacéutica de México la indica como: catártico y referescante.

Química.

En las hojas se han identificado los flavonoides orientín, isoorientín, saponaretín y vitexín, y los ácidos orgánicos alfa-oxo-glutárico, glioxélico, oxaloacético y oxalosuccínico, éstos últimos componentes también están presentes en las flores y el fruto. El fruto además contiene los ácidos acético, cítrico, mélico, succínico, y tartárico. En la semilla se han detectado pectinas y un aceite fijo en el que están presentes ácidos grasos comunes en otros aceites comestibles.

Farmacología.

Se ha demostrado que el extracto etanólico del fruto ejerce una actividad antibiótica contra Bacillus cereus, B. megaterium, B. subtilis, Escherichia coli, Pseudomona aeruginosa, Salmonella typhimurium, S. typhosa, Staphylococcus albus, S. aureus y Vibrio cholerae. El extracto acuoso del fruto provocó una fuerte acción diurética en rata, cuando se le administró por vía nasogástrica, a una dosis de 1g/kg, y un efecto nocivo sobre Schistosoma mansoni a la concentración de 100ppm, el fruto incluido en la dieta (2.5mg/ 100g), provocó en la rata la inhibición de oxidasa en la función hepática. El extracto acuoso de la planta inhibió necrosis de células de hepatocitos aislados de rata, intoxicados con hidroperóxido terbutílico.

Los extractos acuoso y etanólico de las hojas presentaron un efecto espasmolítico en el íleon de cuyo, y el último extracto mencionado tiene un efecto vasodilatador en rata. Los extractos acuosos de la corteza del tallo y alcohólico-acuoso de la flor poseen actividad antiviral.

Se describe en la literatura que la pulpa del fruto presenta una acción laxante e inhibe la cristalización del oxalato de calcio en la orina.

Toxicidad.

Estudios de toxicidad aguda en ratón mostraron que la máxima dosis tolerada de un extracto etanólico-acuoso de las flores fue de 1g/kg. Se describe que el polvo de una muestra comercial del fruto al ser aplicado externamente en el hombre en una prueba del parche, provocó una ligera acción alérgica.

Comentarios.

Tamarindus indica es una planta introducida de uso muy antiguo. Se han demostrado experimentalmente las acciones antibiótica, diurética, laxante, contra el Schistosoma mansoni, parásito del hombre, y la acción antihepatotóxica del fruto, lo cual evidencia la efectividad de varios de los usos populares. Es muy probable que aun cuando no hay estudios que demuestren la acción antipirética del tamarindo, la permanencia del uso desde el siglo XVI, da indicación de la efectividad del tamarindo para estos casos.

Herbarios.

CCIRIO, CHAPA, CIBUVX, CICY, CIESAS, CIIDIRO, CIQRO, CSAT, EBUM, ENCB, FCME, HUMO, IBFFA, IMSSM, IZTA, MEXU, UAG, UAS, UJAT, XAL, YUC, ZEA.

Literatura.

Botánica. Alarcón H. 1980; Antonio N. 1989; Arévalo M. T. 1976; Centro Coordinador Indigenista de la Región del Istmo 1987; De Niz D. 1989; Escolástico R. 1983; Espinosa J. 1985; Garcés A. y cols. 1987: García S. 1984; González R. 1984; Heinrich M. y Rimpler H 1987; Hernández E. 1983; Hernández J. 1988; Herrera N. 1986; Instituto de Ecología, 1991; López R. e Hinojosa G. 1988; Martínez I. 1980;. Mata S. 1986; Mena G. 1989; Ordorica E. 1990; Ortíz G. 1987,1990; Romero C. 1984; Ruíz T. 1989; Zizumbo D. y García P. 1982.

Ecología. Alejandre V. y cols. 1988; Antonio N. 1989; Calatayud 1990; Centro de Investigaciones de Quintana Roo, 1991; Centro de Investigaciones Científicas de Yucatán, 1991; Espinosa A. 1985; García 1984; Hernández E. 1983; Herrera N. 1986; Index Kewensis; Instituto de Ecología, 1991; López R. e Hinojosa A. 1988; Martínez M. A. 1991; Ruíz T. 1986; Tapia F. 1985; Zizumbo D. y García 1982.

Etnobotánica. Alarcón H. 1980; Alejandre V. y cols. 1988; Antonio N. 1971; Arévalo M. T. 1976; BADEPY 1987; Calatayud A. 1990; Centro Coordinador Indigenista de la Región del Istmo 1987; De Niz D. 1989; Espinosa J. 1985; García S. 1984; Heinrich M. y Rimpler H. 1987; Hernández E. 1983; Hernández J. 1988; Herrera N. 1986; Instituto de Ecología 1991; López R. e Hinojosa A. 1988; Martínez I. 1980; Mata S. 1989; Mena G. 1989; Ordorica E. 1990; Ortíz G. 1980; Puch A. s/a; Ruíz T. 1986; Santos M. 1988; Tapia F. 1985; Zizumbo D. y García P. 1982.

Historia. Cabrera L. 1959 (1943); Cervantes V. 1889 (1790); Hernández F. 1959 (1571-1576); Martínez M. 1969 (1934); Sociedad Farmacéutica de México. 1952; Sociedad Mexicana de Historia Natural. Primera Serie Vol. III 1876; Souza N. 1942.

Química. Anasuya A. 1990; Badami R. C. 1969; Bhatia V. K. 1966; Haq Q. N. 1973; Karawya M. S. 1980; Mukerjee D. 1974; Pitre P. M. 1977.

Farmacología. Sambaiah K. 1989; Cáceres A. 1987; 1987; Elsheikh K. 1990; Feng P. C. 1962; George M. 1969; Ray P. G. 1976; Ross S. A. 1980; Singh R. 1971; Dhar M. L. 1698.

Toxicidad. Dhar M. L. 1698.