Popularmente conocida como yanaachi-ga o caán-a, la gripa es una enfermedad que afecta con frecuencia a los habitantes de las comunidades triquis. Es causada por los contrates térmicos a que se exponen las personas cuando se mojan, o "cuando la mujer le prepara la comida al marido y está mucho tiempo en la lumbre, sale de repente y toma aire frío"; o bien por las corrientes de aire frío que recibe "el hombre que trabaja en el campo o haciendo adobe, y se baña por la tarde", refieren los curanderos (V. frío-calor). Estos mismos terapeutas manifiestan que cualquier sujeto puede sufrir la afección, principalmente durante los meses de noviembre, diciembre y enero.
Inicialmente, el enfermo de gripa siente que se le tapa la nariz; enseguida le comienza a doler la garganta y la cabeza; sus ojos se ponen llorosos, le da calentura, sufre escalofríos y le sobreviene dolor de espalda. Generalmente, la presencia de estos síntomas es suficiente para establecer el diagnóstico; sin embargo, algunos terapeutas toman el pulso al enfermo: si la sangre corre más lentamente que de costumbre, entonces determinan que se trata de un caso de gripa.
Los tratamientos para curar la gripa tienen el propósito de hacer sudar al enfermo y, de este modo, quitarle el exceso de calor que está provocando la afección. Con este fin, se le frota con alcohol todo el cuerpo o se le soba con bálsamo. Al día siguiente, el paciente se debe bañar con agua tibia a la que se agregan siete gotas de alcohol. Al mismo tiempo que inicia esta terapia, el enfermo debe comenzar a tomar ya sea limón con miel, un té de eucalipto endulzado con miel, o un preparado que se hace colocando en un jarro con agua hervida siete dientes machacados de ajo junto con dos cucharaditas de miel; mientras siga enfermo, el paciente no debe consumir nada frío. Si no se atiende a tiempo, esta enfermedad se puede complicar con tos y diarrea, situación que agrava el estado del enfermo. La gripa puede ser particularmente peligrosa cuando ataca a los niños.