Como en otros grupos indígenas de México, entre los mazahuas la diarrea constituye una importante causa de demanda de atención y una muy severa causa de muerte, especialmente en los niños o en los paciente adultos que no logran ser atendidos a tiempo. Las parteras, los hierberos y los limpiadores son los terapeutas tradicionales que atienden a la población efectada por esta afección.
Entre los mazahuas se reconocen tres tipos diferentes de diarrea, cada una con sus causas particulares y su tratamiento específico. A continuación se indican las características de cada una de ellas.
a) La "diarrea de coraje" es el primer tipo de diarrea, como su nombre lo indica, aparece a raíz de un fuerte coraje. Precisamente por esto, los adultos son los únicos que pueden llegar a padecer este tipo de diarrea, puesto que los niños están exentos de "hacer corajes", según los terapeutas.
Los síntomas de la diarrea de coraje comprenden: evacuaciones diarreicas de color verde, calentura y vómito; este último aparece en la forma aguda del padecimiento, esto es, cuando la persona, después de sufrir un coraje, ingiere "leche, sardina, aguacate o carne de puerco". Aunado a los síntomas anteriores, el enfermo adquiere una coloración amarillenta y presenta una gran debilidad (V. muina y bilis).
La "diarrea de coraje se detecta en las manos y en la cara del enfermo, que se ponen muy amarillas", refieren los terapeutas. Además de observar al enfermo, los curanderos lo interrogan para saber si hizo algún coraje; ellos aseguran que en presencia de esta forma del padecimiento, no necesitan corroborar "qué color tiene su baño".
El tratamiento empleado por los terapeutas mazahuas consiste en administrar al enfermo un preparado de "hierba de coraje", nombre dado a una mezcla de varias plantas medicinales, entre las que se encuentran la hierba del burro, hierba de san nicolás, estafiate y ajenjo; se cortan finamente cuatro ramitas de cada especie, y se tallan con las manos sobre un plato que contiene la cantidad de un vaso de agua previamente hervida. Después, el líquido se cuela y se pone en un vaso junto con el jugo de dos limones; el enfermo debe tomar este preparado en ayunas por tres mañanas (V. cedrón, maestra, manrrubio, salvia real, hierbabuena lisa y hierbabuena china).
La "diarrea de coraje" puede llegar a provocar la muerte del enfermo que no recibe el tratamiento a tiempo, especialmente cuando se trata de la forma aguda del padecimiento: "uno siente como cólico y empieza a vomitar y se muere pronto, en menos de dos días", afirman los terapeutas. Para prevenir esta dolencia, los informantes aconsejan cuidarse de no incurrir en las causas que la provocan, esto es, "tratar de no hacer corajes y, si se hacen, hacerlo con sentimiento"; recomiendan sobre todo evitar el consumo de aquellos alimentos que vuelven aún más peligrosa la enfermedad.
b) La "diarrea de pasado de la comida" es otra forma de la misma enfermedad. Contrariamente al primer tipo de diarrea, ésta afecta principalmente a los niños, aun si los adultos no están exentos de contraerla. Es causada por la calidad de los alimentos; como afirman los terapeutas, cuando el niño "come elote, capulín y duraznos, todo esto se le pega en el estómago", lo que hace que resulte "empachado de la comida" (V. empacho). Las personas adultas, al contrario, suelen enfermar "cuando comen demasiado y toman agua". En ambos casos, la diarrea también puede presentarse por "comer cosas sucias, que están echadas a perder y crían parásitos" (V. lombrices).
Este tipo de diarrea se manifiesta mediante evacuaciones de mal olor, "diarrea mal pasada, que huele mal", aun si su aspecto es el de una diarrea normal, "a veces aguada"; por las noches el enfermo con frecuencia vomita y se siente "abotigado", es decir, hinchado. El diagnóstico se realiza interrogando al enfermo acerca de los síntomas que padece, prestando particular atención al hecho de que se sienta "abultado".
Uno de los tratamientos empleados consiste en suministrar al paciente una decocción fría que se prepara hirviendo "pericón, raíz de hierba de san nicolás y un terral de cal"; la dosis recomendada es de "un vasito" en ayunas, dos o tres veces al día. Con la misma finalidad otros terapeutas aconsejan tomar un té preparado con hojas de perarillo, en dosis de una tacita cada hora, durante cinco o seis días; "con esto se quita la diarrea", aseguran (V. apio, ruda, manrrubio, malva lisa, hierbabuena china).
Si este tipo de diarrea no se trata, "el niño se debilita y necesita mucho más tiempo para recuperarse". Los terapeutas aconsejan no comer demasiado para evitar el riesgo de contraerla.
c) El tercer tipo de diarrea es conocido como "la diarrea que no para, que afecta de repente y sin comer nada". Algunos terapeutas consideran que su causa más probable es "un frío que agarra el enfermo", lo que trae como consecuencia la aparición de evacuaciones con "mucosidad pintada con sangre", y "sin color, como agua"; muchas veces la afección se acompaña de vómitos. El terapeuta diagnostica preguntando al paciente acerca del malestar que lo aqueja, prestando particular atención a las características de la diarrea.
Este tipo de diarrea se trata mediante la administración de una decocción tibia preparada con hierba del cáncer, y llantén con todo y raíces endulzada con un trocito de piloncillo; el enfermo debe tomar el medicamento como agua de uso por espacio de tres a cuatro días. Si el vómito llega a ser muy fuerte, el tratamiento se complementa con un vaso de pulque, en el cual se han tallado altamiza y un puñito de orégano; según los terapeutas, "con eso se para el vómito y la diarrea".
Las complicaciones de esta forma de diarrea derivan del recrudecimiento de los síntomas que la caracterizan; esto trae como consecuencia "que se laven los intestinos, lo que puede provocarle hemorragia" al enfermo; por esta razón, todos los terapeutas aconsejan buscar atención médica en cuanto aparecen los primeros malestares del padecimiento.