Entre los mames, al igual que entre otros grupos indígenas del país, la fiebre o calentura es considerada un padecimiento que se origina por una brusca exposición a temperaturas bajas, como las que suelen presentarse en la región durante la temporada de lluvias, en la cual la enfermedad se hace más frecuente. La calentura puede también presentarse como uno de los síntomas de enfermedades tales como las infecciones intestinales, por ejemplo, una afección común entre los habitantes de las comunidades mames que se produce por la ingestión de alimentos en mal estado o preparados en ollas mal lavadas. Además de la elevación de la temperatura corporal, el enfermo con fiebre presenta una intensa sensación de frío y dolores en todo el cuerpo. El terapeuta reconoce la enfermedad mediante una revisión del paciente, durante la cual constata la presencia de los síntomas mencionados anteriormente.
Los tratamientos empleados por los curanderos para lograr bajar la temperatura dependen de las causas que la provocaron. Si ha sido ocasionada por un cambio repentino de condiciones ambientales, las terapias recomendadas son variadas; en una de ellas, al paciente se le da "un baño de paquete o envoltura", es decir, se le da un baño con agua fría y luego se le envuelve en una sábana seca. En otros tratamientos se emplean preparados de plantas medicinales; así, se recomienda hervir en un cuarto de litro de agua, diez astillas de ocote colorado; por separado, se quema un poco de resina de la misma planta, hasta convertirla en "carbón", y enseguida se muele y se agrega a la decocción; después, se cuela y se le agrega el jugo de una naranja y dos paquetitos de SaI de uvas el medicamento se administra tibio en dosis única. El tratamiento siguiente combina dos procedimientos curativos: la administración, como agua de tiempo, de una decocción a base de betónica, siete cogollitos de sauco y "cinco piecitos de apio de monte", al que se le agregan, una vez que el recipiente ha sido retirado del fuego, mozote y jugo de limón; simultáneamente, al enfermo se le aplican, diariamente, cataplasmas de barro en el vientre; la curación se prolonga hasta que mejora el paciente.
Cuando la fiebre es el resultado de una infección estomacal, el procedimiento para tratarla consiste en aplicar al enfermo lavados intestinales preparados con hojas de borraja: las hojas crudas se machacan en agua fría y el preparado se aplica una vez al día, por dos días. Los terapeutas afirman que, 15 minutos después de la primera aplicación, ya se nota mejoría "porque sale el calor y produce refrescamiento". Se recomienda al paciente tomar sal de uvas, medicamento que actúa como laxante.