Biblioteca Digital de la Medicina Tradicional Mexicana
Universidad Nacional Autónoma de México
La Medicina Tradicional de los Pueblos Indígenas de México
Mayos (Yoreme).
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Descripción de demandas
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Descripción de demandas

Vobetiriata. Ardor de pies

El "ardor de pies" es una causa de demanda de atención de la población adulta de las comunidades mayos, frecuente entre aquellas personas que deben caminar largas distancias. Los médicos tradicionales que la atienden son de preferencia los curanderos. Se trata de una dolencia provocada por caminar en exceso, que inicia con ardor en los talones, el cual se propaga enseguida al resto del pie, en donde se transforma en dolor principalmente, sin dejar de estar acompañado todo el tiempo por una intensa sensación de ardor, síntoma del cual deriva el nombre de la dolencia. El interrogatorio es la forma común de diagnosticar este padecimiento, especialmente se considera la localización del malestar: la planta de los pies.

Los tratamientos usuales destinados a curar el ardor de pie se realizan mediante aplicaciones locales de fomentos de "vino" (tequila), o "pulpeando [cortando la hoja por el borde en sentido longitudinal] hojas de sábila sin tatemar, y amarrando en la parte adolorida". En esta última receta, se coloca la hoja, con la pulpa hacia la piel, en la planta de los pies, y se deja por espacio de media hora "para que pegue"; después se fija con un trapo y se mantiene así durante toda la noche. Se recomienda no "tatemar" la sábila, ya que de este modo es más efectiva: quita el dolor y el ardor con más rapidez, e incluso se puede emplear si la zona dolorida tiene alguna herida. Los informantes mayos refieren una forma singular de curar el dolor y ardor de los pies, la cual consiste en colocar "los zapatos volteados hacia el piso, y con las puntas en sentido contrario".

Aunque el ardor de pie es más que nada una dolencia molesta, si el paciente no se trata puede complicarse con dolor de huesos, problema de salud que requiere un tratamiento más largo. Esta situación se torna peligrosa sobre todo cuando al paciente "le faltan vitaminas", aseguran los informantes (V. guásima).

Es más frecuente en épocas de calor, cuando los terapeutas atienden hasta diez enfermos al mes.