Con el término bilis, los habitantes de las regiones zapotecas conocen un padecimiento gastrointestinal que puede afectar a toda la población, en cualquier época del año. La causa principal que da origen a la afección son "los corajes, principalmente con algún familiar". Estos momentos de cólera son provocados con frecuencia por "peleas y chismes, muinas familiares", u otros contratiempos; en los niños, la dolencia puede surgir "por hacer berrinches".
El enfermo que padece de bilis "sufre dolores de estómago, especialmente debajo de las costillas derechas, no le cae bien la comida que recibe, tiene vómitos, dolor de cabeza, mareos y se le nubla la vista"; aunado a los síntomas anteriores, puede presentar falta de apetito y boca amarga.
La bilis se trata mediante la administración oral de preparados medicinales. El de uso más frecuente se hace "con un manojito de hojas de huele de noche, uno de durazno y otro de ruda; se muelen estas hierbas y se hace una masita, la cual se pone en agua hirviendo; se cuela y se toma en ayunas durante varios días". Ciertos terapeutas emplean hierba maestra (V. ajenjo) o hierba de bilis, en lugar de las hojas de huele de noche.
Si el enfermo no inicia el tratamiento oportunamente, su estado se complica rápidamente; según afirman los informantes, "se le corta el apetito, se debilita, enflaquece, cae en cama con frío y puede morir".
Para prevenir la bilis, los terapeutas recomiendan "no comer cosas grasosas, ni frijol después de haberse amuinado mucho", es decir, evitar consumir "cosas pesadas" luego de sufrir un altercado. Por lo general, recomiendan dejar de comer por algunas horas, o consumir sólo "una tortilla con sal", si se ha tenido una molestia considerable.