Unicmept o embarazo. Unk yaj tsiibo o parto
La atención al parto, conocida popularmente con la expresión unk yaj tsiibo, es una causa de demanda de atención tratada principalmente por la partera, especialista tradicional designada de diferentes maneras, entre ellas tijba jaashpa, expresión que quiere decir "la que levanta niños y soba".
El embarazo es la consecuencia lógica de la madurez biológica y social de la mujer mixe. Una particularidad propia de este grupo indígena, es la existencia de una autoridad médica y social que ofrece "orientación" a las mujeres solteras y jóvenes de la comunidad para que "no se embaracen porque las parejas se quieren", lo cual refleja de alguna manera la idea de que la planificación de la familia es también una necesidad sentida en otros conjuntos sociales.
Las terapeutas reconocen el estado de gestación, durante los primeros meses, gracias a la observación de determinados síntomas característicos; así, "los ojos de la embarazada son de un blanco suave, el cachete cambia de color, ella muestra el semblante triste, preocupado y hay un crecimiento de la espalda; tiene náusea y su sangre de cada mes ya no baja", afirman las parteras. Cuando una mujer mixe sospecha que ha quedado encinta, va a casa de la partera, quien la somete a un interrogatorio para constatar la existencia de los síntomas antes mencionados, a los cuales se añaden otros como el dolor de cabeza y la pérdida de apetito; además, le observa el semblante, prestando particular atención a los ojos (si éstos están o no sumidos) y a la existencia de eventuales manchas negras en la cara (paño). Una de las prácticas más comunes para confirmar un embarazo, consiste en un procedimiento que se realiza dentro del baño de temazcal; la partera prepara el recinto del baño y, una vez dentro de él, procede a palparle y sobarle el vientre a la mujer en busca de la cabeza del niño; cuando el producto tiene un mes, "se siente como una bolita", aseguran.
Una vez confirmado el embarazo, se recomienda a la paciente una serie de medidas de carácter preventivo destinadas a asegurar una preñez sin complicaciones. Dentro del conjunto de indicaciones se encuentran la necesidad de recibir masajes en el vientre, cada 15 días, con el fin de asegurar una posición correcta del feto, así como sobadas, que se aplican a ambos lados del abdomen, de abajo arriba. El procedimiento se realiza en el interior del temazcal, y va acompañado de rameadas, que la partera realiza utilizando para ello un ramo de hierbas destinadas a esta práctica. Los masajes a la parturienta se intensifican con la cercanía del momento del parto, prácticamente "ya casi cada ocho días".
Muchas veces, durante la sobada la terapeuta advierte que el feto ha asumido una posición inadecuada, esto es, que está atravesado o de pie. Generalmente, cuando esto ocurre la mujer siente "dolor a la cadera, ya no duerme; cuando se duerme de lado tiene mucho dolor, y de allí se sabe que está mal el niño, que está atravesado; se siente que su cabeza está salida por un lado de la barriga"; entonces la partera corrige la posición defectuosa. También esta vez la maniobra se lleva a cabo en el interior del temazcal: "nosotros ocupamos temazcal, que es un vapor: se le echa leña y todo esto y ya, y allí se calienta la mamá y se mete con la partera", la cual la soba y busca al niño "para saber cómo está; si el niño viene atravesado, la partera lo acomoda y al siguiente día ya la mamá no siente dolor, cosa que siente cuando el niño está atravesado". En sus palabras, las informantes señalan que los masajes están dirigidos al feto, y no a la madre, a quien "la partera soba bien con pomadas de bálsamo; hay pomadas también de alcanfor, que es caliente, y con esa pomada la partera lo soba bien y así siente dónde tiene su cabecita y ya lo acomoda". Ambas mujeres entran al temazcal desnudas, o sólo en ropa interior, y los masajes se aplican mientras la gestante está acostada boca arriba sobre un petate colocado en el piso del recinto; a su lado, hincada, la terapeuta realiza la maniobra. Por lo general, el procedimiento de acomodar al niño se efectúa tanto en el embarazo como al momento del parto.
Si por alguna razón la mujer no va a la terapeuta para controlar la posición del producto, corre el riesgo de tener serios problemas al momento del parto; "así crece el niño, y a la hora del parto, ya cuando siente el dolor, pues no se alivia luego, ya siente mucho el dolor y a la partera se le hace bien difícil para aliviarla a la mamá", aseguran las informantes.
El temazcal mixe más común es una construcción rectangular de adobe, cimientos de piedra y un techo de tablas cubiertas con cemento; mide 2 m de largo por 1.20 m de ancho y 1 m de alto. En la parte inferior de uno de sus lados, se encuentra una abertura en forma de arco de aproximadamente 40 X 40 cm, cubierta de piedras blancas de río, colocadas unas sobre otras dejando huecos por donde sale el calor producido por la leña, que se quema en el exterior del temazcal, precisamente junto a estas piedras; en otro lado de la construcción se halla la entrada, también de dimensiones pequeñas. En las áreas mixes, la mayoría de las unidades domésticas poseen un temazcal en la cocina, para que las personas, que diariamente se bañan por la tarde, no salgan al aire. El tiempo máximo que un enfermo puede permanecer en el temazcal es de 10 a 15 minutos, cuando la finalidad del baño es terapéutica; en estos casos, la especialista pone en su interior una cubeta con agua para rociar las piedras calientes con ayuda de una jícara, produciendo de esta manera el vapor, y regulando el grado de calor del ambiente.
Las pomadas empleadas en los distintos masajes son preparadas por las parteras mismas: "la pomada de bálsamo se prepara con vaselina; le ponemos, además, plantas de gordolobo, hojas de sábila, flor de furibundo y el bálsamo, y así la preparamos. La de alcanfor nada más tiene alcanfor; en un vasito echamos 10 tabletas de alcanfor, las molemos bien, bien, y ya sólo las mezclamos con la vaselina; esta pomada sirve porque el alcanfor es caliente, y así lo ocupamos". Otra pomada utilizada con frecuencia durante las sobadas, se prepara con el tallo y la flor de la hierba santamaría, hervidos en un poco de vaselina; se utiliza después de dejarla enfriar, una vez que ha adquirido una cierta consistencia. Su función es la de "ensuavecer la piel y disminuir posibles dolores".
Las terapeutas mixes afirman que ya desde los primeros meses del embarazo se puede predecir el sexo del feto, porque durante la sobada "la cabeza de un niño se siente diferente a la de una niña; su posición es como si estuviera sentado en silla, sólo que hacia abajo; en el caso de las niñas, sus piernas y pies se encuentran cruzados, su cuerpo se siente más suave y se mueve muy despacio; cuando se sienta, recoge sus pies y se acomoda; cuando es niño y se sienta, entonces estira sus pies muy duro".
Las parteras pueden señalar si el día del parto está próximo, después de palpar la barriga de la embarazada en la región del bajo vientre; si se advierte vacía esa zona, esto indica que todavía es necesario esperar; mientras que "si ya está llena abajo, y se pone caliente y blandita la parte del kunij (fontanela), y la mujer suda mucho", las terapeutas están seguras de la proximidad del nacimiento. Se considera que el parto ha comenzado cuando "sale agua-cuando ya viene, sale sangre". Ocurre a veces que, después de revisar a la parturienta, las parteras advierten que el niño se encuentra "atravesado"; en estos casos, las terapeutas utilizan también el temazcal. La mujer, que ya tiene los dolores, entra al temazcal junto con la terapeuta; ya, en su interior, esta última soba y ramea a la paciente con un ramo de hierbas de yukshunk, huele de noche u hojas de aguacate. Cuando el niño tarda en nacer es porque la mujer está "fría"; en estos casos también se utiliza el temazcal: "cuando la mamá siente el dolor, se mete en el temazcal...el huele de noche es para ramearla...así todo el cuerpo se caliente en el temazcal, y cuando siente más los dolores, cuando ya ha bajado más, quiere decir que ya viene el niño, ya da un signo que ya va a aliviarse".
Para agilizar el parto, además de los masajes, las parteras mixes administran a la mujer diversos preparados elaborados con plantas medicinales. Entre las especies de uso más común están la hierba santamaría, la manzanilla y el, de las cuales se utilizan los tallos y las hojas; las dos primeras plantas se preparan en forma de té, en cambio el mirto se machaca, se cuela y el líquido se toma crudo. Por lo general, el medicamento se da a tomar una sola vez, unas dos horas antes del nacimiento del niño. En caso de que el niño no baje, las terapeutas aumentan la dosis del té, o administran otro, preparado con "un puño de flor de jícara (Crescentia cujete) puesto a hervir en una taza y media de agua"; se toma muy caliente. Como último recurso, "cuando el dolor no se quita y no baja el niño", se prepara un té con siete o nueve trocitos de 1 a 2 cm de ocote (tajpck), que se da a la paciente en dosis de una taza; "y como es una de las infusiones más fuertes, el niño baja", declaran las parteras.
Al momento de dar a luz, la parturienta se hinca, lo cual le permite a la partera recibir al niño, por la cabeza, con un trapo limpio. Después que el niño ha nacido, la mujer sale del temazcal y la terapeuta la acomoda en un petate, previamente, ha preparado cobijas y sábanas para cubrirla, además de tijeras, vendas y pañales para atender al recién nacido. A continuación, la terapeuta "le corta el ojo del niño", es decir, le corta el cordón umbilical (unk ´win o miajts), operación que se realiza después de "medir un dedo del lado de la criatura", y de amarrar con un hilo. La otra parte del cordón se deja sangrando, hasta que baje la "bolsa", término con el que se denomina a la placenta; en caso de que la mujer tenga dificultades para expulsarla, algunas parteras suelen "darle a que trague 13 frijoles crudos; luego se masajea y así baja rápido", afirman. La placenta es colocada en una o dos jícaras, y enterrada en algún lugar desconocido por todos, lejos de la vivienda.
Tanto la mamá como el niño deben ser bañados en el temazcal; la primera vez, a la mujer sólo se le "lava su parte" con el cocimiento de una planta medicinal llamada "nariz de guajolote"; a partir del tercer día, ambos se bañan con jabón. En ciertas zonas mixes, en los baños sucesivos la madre nuevamente es rameada con las hierbas de yukshunk. Terminado el baño, la partera venda a la puérpera, un poco más arriba de la cadera, con una faja (win, o zoyate) de tres dedos de ancho y, finalmente, al salir del temazcal, le permite dar el pecho al niño. Durante los siguientes 20 días después del parto, la mujer debe tomar, todas las tardes, un baño de temazcal para que "amacice su cuerpo y cadera". La terapeuta encarga la vigilancia de la convaleciente a la madre o a la suegra, si bien regresa periódicamente a visitarla.
Diferentes son los alimentos que deben ingerir la madre y el niño en los días que siguen al parto: a la primera, se le recomienda comer "a diario atole de chintestle, por un tiempo, según como se vaya sintiendo, porque no puede comer grasa y eso no tiene nada de grasa. Nosotros acostumbramos preparar atoles, atoles blancos sin azúcar; preparamos salsa o chintestle de semillas de calabaza, así como salsa, no más que lo molemos en el metate y así hacemos unas gorditas bien calientitas y así la mamá come, con atole". Algunas terapeutas acostumbran preparar "amarillo de hierbabuena o amarillo de hoja de aguacatillo con chile" y darlo a comer a la madre para que sude; además, le recomiendan tomar agua tibia hasta que "sane". Se aconseja dar al niño un té de hojas de canela, sin azúcar, "para que se limpie y evite posibles dolores al estómago"; antes de administrarlo, se deben tirar tres chorritos "para que lo pruebe la madre tierra, y así se pide permiso, porque es la que nos alimenta".
Varias son las complicaciones que pueden surgir durante el embarazo o después del parto. Además de la posición correcta del feto, la cual ya se ha comentado previamente, a veces la gestante sufre sangrados, situación considerada con aprensión por las terapeutas mixes; al respecto afirman que generalmente ocurren antes de que "el hijo baje de la barriga"; recomiendan en estos casos acudir lo antes posible con un médico para evitar un aborto. Otro problema que suele ocurrir durante el embarazo, es que "se sale la casa donde se encuentra el niño: ésta se ve de color rojo, negro o morado, mezclado con puntijos rojos; la enferma llega con mucho dolor o casi muriendo", afirman las parteras. Frente a estos casos, la terapeuta enreda en sus dedos un trapo limpio y empuja "esa casa del niño para adentro de la madre". Después de esta maniobra, la embarazada debe guardar reposo durante algún tiempo. Con la expresión miajaw´ kixp, traducida por las informantes como "porque se acaban las fuerzas y ya no", las parteras señalan una causa de muerte durante el parto, caracterizada por la falta de fuerza de la mujer, quien sufre agudos dolores que no puede soportar: "se ven amarillas, blancas, con ojos y boca abiertos, se llenan de sudor, gritan muy feo y se mueren".
Una de las formas de lograr un embarazo y un parto sin dificultades, es la de no realizar trabajos pesados, y cuidarse de no caer "una vez que les crece la barriga", para evitar posibles riesgos de aborto. Después del alumbramiento, recomiendan respetar la cuarentena y, nuevamente, evitar los esfuerzos físicos demasiado grandes.
Con respecto a los casos de aborto, las terapeutas señalan que, por lo general, se producen "cuando la mamá no come, o hay veces que tiene mucho vómito y asco; o cuando se cae y allí fácil hay un aborto".