Barrida

La "barrida" es un procedimiento de la medicina tradicional que se puede aplicar tanto con fines terapéuticos como con propósitos preventivos (V. limpia). En el primer caso, se ejecuta para eliminar del cuerpo del paciente "alguna enfermedad"; en cambio, en el segundo se lleva a cabo con la finalidad de evitar que éste sufra "algún contagio". La barrida se hace casi siempre con un ramo o rama sola de plantas olorosas, ya que el intenso aroma de estas especies es lo que hace salir a la dolencia. Se llama barrida, porque el terapeuta literalmente barre el cuerpo del paciente para limpiarlo de la maldad, de la enfermedad. Entre la población de las comunidades pames, esta práctica constituye una causa de demanda de atención bastante frecuente.

Antes de dar inicio al ritual de curación, la terapeuta coloca al paciente frente a su altar, en donde se encuentran los "santos de su devoción, como el divino rostro", la imagen de la virgen de Guadalupe, la de san Juan de los lagos y la del señor de Chalma; el altar también contiene unas piedrecitas de río pequeñas, que "tienen pisadas de san Juan de Porres", además de las velas ofrecidas por el enfermo para que su curación "tenga buen fin". El divino rostro es una piedrecita de río de color blanco que tiene pintado en el centro un círculo rojo; la curandera la tiene adherida a una tabla completamente ahumada por el humo de las vela del altar. Al iniciar la curación, la terapeuta "hace la señal de la cruz en la frente del paciente" y, mientras reza oraciones al señor Jesucristo y a todos sus discípulos, comienza a barrer al sujeto por los pies y termina en la cabeza, pasando por las articulaciones; en el curso de la barrida, reza nueve credos y tres avemarías. El movimiento de esta limpia se realiza de adentro hacia afuera del cuerpo, con el objeto de "sacar la enfermedad y que ésta se aleje del paciente". El procedimiento dura alrededor de media hora.