El resfrío es una enfermedad de calidad "caliente", particularmente común entre la población purépecha durante los meses de diciembre y enero. Las causas más frecuentes que la originan son "una mojada de lluvia o bañarse cuando hace frío" (V. gripa).
Los síntomas que permiten identificar la enfermedad son el aumento de la temperatura corporal que se concentra sobre todo en la frente del paciente, la presencia de ojos llorosos y enrojecidos, el malestar generalizado producid por los escalofríos, así como el dolor de cabeza y de todo el cuerpo que manifiesta el sujeto afectado.
Los terapeutas tradicionales formulan el diagnóstico a partir del interrogatorio al paciente, la observación de su semblante y de los ojos, y la revisión de la frente para constatar el aumento de la temperatura.
El tratamiento tiene la finalidad de quitar el calor del interior del cuerpo del enfermo, lo cual se logra mediante la aplicación de un emplasto y la ingestión de un té, el cual tiene la propiedad de hacerlo sudar. El procedimiento se desarrolla generalmente en la casa del paciente para impedir que "le dé el aire frío". Para preparar el emplasto el terapeuta asa un jitomate o dos en el rescoldo o ceniza, los pela y los pone en una cazuela con un poco de alcohol una pizca de carbonato, sal y el jugo de dos limones; enseguida mezcla los ingredientes, los calienta y los aplica en todo el cuerpo del paciente; en las plantas de los pies, coloca el emplasto sobre una hoja de mazorca que luego amarra con un trapo; finalmente, le da un té de canela bien caliente, y le recomienda que se acueste, que al otro día no se bañe y que se levante "cuando ya no haga frío".
Como medidas de prevención los informantes recomiendan a las personas no quitarse la ropa y zapatos cuando se encuentren en un estado de acumulación de calor, como al término de una actividad laboral intensa.