Biblioteca Digital de la Medicina Tradicional Mexicana
Universidad Nacional Autónoma de México
La Medicina Tradicional de los Pueblos Indígenas de México
Nahuas.
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Descripción de demandas
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Descripción de demandas

Alferecía

Enfermedad de la población infantil que se presenta con relativa frecuencia, especialmente entre los niños recién nacidos. Es tratada por parteras y curanderas.

Las terapeutas del estado de Puebla refieren que ciertos niños nacen con alferecía debido a conductas inconvenientes y a accidentes que ha tenido su madre durante el embarazo. Así, si la gestante se ha asoleado en demasía o ha sufrido de muina frecuentemente o un susto, su hijo se ve afectado por el estado que originan esos sucesos.

Numerosos son los síntomas que presenta el lactante, los cuales comienzan con molestias persistentes, calentura y llanto constante; el niño se queja continuamente y no quiere comer; se le ponen morados los labios, las uñas, las manos y los pies; el aumento de la calentura, la salida de espuma por la boca y la aparición de ataques indican un agravamiento de su estado; "el niño queda desfallecido, y ya ni siquiera llora", señalan los informantes. Todos estos síntomas, en especial el color que adquieren las uñas y los labios, son de utilidad para establecer el diagnóstico.

El tratamiento más común consiste en suministrar al niño una cucharadita de miel rosada (jarabe expendido en las boticas) dos veces al día, antes que "agarre el pecho", y acto seguido administrar un té de manzanilla; por último, se le baña con agua de rosa o de muite. Con este tratamiento se le quitan lo morado y las molestias, hechos que se reflejan en que el enfermo comienza a mamar nuevamente. Los informantes recomiendan seguir exactamente el tratamiento mencionado para que el niño se restablezca (V. mouij).

Si el paciente con alferecía no recibe la terapia adecuada, los síntomas de la enfermedad se hacen más intensos, la fiebre aumenta "pero no se nota porque se va hacia adentro, razón por la que se le entiesan las quijadas y el niño no puede llorar ni mamar; en los casos críticos, los terapeutas refieren que la criatura "se pone muy fría antes de morir. El uso del jarabe de miel rosada se aconseja para los niños recién nacidos, "aunque no presenten la enfermedad".